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El vagabundo y su dama I

Yo me quedé embobado mirando para su polla cómo meaba. Joder menudo rabo tenía el vagabundo, sí que era larga la polla que se gastaba. Cuando levanté la vista hacia su cara, él estaba viendo cómo yo miraba y no sacaba los ojos de su verga.

El vagabundo y su dama II

¡Bufff! Quédate así me dijo, apoyando su polla y huevos en mi culo, empezando a subirme la cazadora y camiseta haciéndome estirar los brazos sobre la mesa, y que ambas prendas dejasen mi espalda y torso al descubierto. ¡Ay que bueno estás! ¡ooohhh que culito! Decía restregando su polla y huevos por mi culo, mientras besaba mi espalda y mordía mi nuca.

El vagabundo y su dama III

Yo ya empezaba a estar cachondo, poco a poco la polla se me iba empalmando con aquellos mordiscos que me daba en el cuello, y las caricias que me hacían sus manos. Llevé mi mano a su polla, notando que ya la tenía dura y tiesa. Empecé a acariciarla por encima del pantalón, hasta que le empecé a desabrochar el cinturón, y irle desabrochando luego el pantalón, hasta que pude sacarle la polla de fuera.

El vagabundo y su dama IV

Me hizo que abriera las piernas poniendo las suyas en medio de las mías, y luego de colocar su polla en la entrada a mi ano, se tumbó sobre mi espalda metiendo sus brazos por debajo de los míos. Pegó su boca a mi nuca y luego de mordisquearme, me dijo, levanta un poco el culito mi damita. Nada más levantar un poco el culo, dio un movimiento a su cadera, metiéndome más de media polla. Dio otro movimiento a su pelvis, terminando por meterme toda la polla dentro.