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Sandy: La verdadera historia I

Contaban como mi esposa les bajaba desesperada la bragueta para mamarles la pija a fondo y masturbarlos hasta hacerlos acabar y después como se tragaba hasta la ultima gota de esperma. Lo que les sorprendía además de que le gustara tanto beber semen es que no quería que se la pusieran.

¡Enséñame tú, papi! IV

Los momentos pasaban y la Sole comenzó a respirar afanosamente y a chillar con gozo, no me atrevía a moverme y cogerla fogosamente para no romper el hechizo de este momento tan íntimo que se había formado entre mi hija y yo, la Sole empujaba hacia arriba para sentir mi pija penetrante restregando las paredes de su coño, yo trataba de variar la angulación en que mi pene entraba y salía de su estrecha conchita.

Mi hermana quiso

Durante su primera semana de estadía me percate que una costumbre de mi hermana (Verónica) era pasearse por la casa en shorts lycra y soleras cortitas, a veces se paseaba en ropa interior sport y me daba miradas medio raras, supongo que por el calor que hace acá, eso era un tanto perturbador ya que no estaba acostumbrado a ver a Vero como una mujer.

Yo soy Julieta I

En este relato contare como me fui dando cuenta de que yo debía de ser Julieta y no el niño que me habían impuesto, desde pequeño siempre desee ser diferente de lo que realmente era, no gustaba mucho de los juegos bruscos ni de coleccionar cosas raras como bichos o piedras, yo prefería ver cosas hermosas como los vestidos de mi hermana y de las demás niñas que lucían tan coquetas.

Anita, la amiguita I

Anita al principio ni siquiera quería oír hablar de sexo. Poco a poco, al calor de la amistad que le unía con Paula, empezó a abrirse y a revelar sus angustias. Cuando nació nuestro hijo, Sebastián, Anita empezó a estar en casa casi todo el día, y nos acostumbramos a su presencia cotidiana.

Marcela, la universitaria

Mis padres me dieron permiso y mi madre comenzó a ayudarme a preparar mi maleta, me puso ropa, útiles de aseo y demás cosas necesarias para el viaje, pero yo también puse mis cosas necesarias para mis reales propósitos, ocultas entre la maleta en especial el frasco de jarabe con 120 centímetros cúbicos de cloroformo y varias pastillas de rohypnol por si acaso había oportunidad de usarlas, una vez estuve listo le prometí a mis padres llamarlos todos los días que estuviera fuera y me despedí de ellos, salí a las 2 PM del viernes de mi casa tome un taxi hasta la terminal de buses y una vez allí compre el pasaje expreso mas económico rumbo hacia el pueblo donde iba Marcela.

La botella

En la ducha casi al mediodía , su goce de esa mañana lo rememoraba con el jabón dentro de su concha, la dilatación le hizo posible en pensar en los grandes falos , imaginándoselos dentro suyo , se puso el bikini partiendo a la quinta de su amiga Clara, la necesidad de tener adentro de ella algo verdaderamente grande, le hacia cerrar las piernas y apretar con sus dedos su vagina.

Betty pagó su deuda

Al recibir ese beso, sinceramente, me sentí incómodo, miré de reojo a Betty, quien estaba riéndose de su ocurrencia y supongo que de mi cara de sorpresa. Luego, Patricia saludó a Betty con igual efusividad, tras lo cual Betty se colocó detrás de ella, levantándole su breve remera y mostrándome las tetas de su amiga, me preguntó "y...¿ te gusta la sorpresa?..., tras lo cual y ante mi mudez súbita, se desnudaron recíprocamente, en forma lenta, a sabiendas de que yo, que ya me había acomodado en el sillón, no me perdía detalle.

Esclava puta-cerda609. Mi Historia II

Nada que ver con lo que, por voluntad propia es ahora. Un sumiso "cornudo chupaleches", como le llaman mis Amos, obligado a presenciar y colaborar en la degradación y emputecimiento extremo de su esposa, que tiene que suplicar para poder cubrirme alguna vez, y cuando le permiten hacerlo es solo después de que otros hayan descargado sus fluidos sobre esta ramera. Siempre el último, y siempre debe limpiar a la puta con su lengua.

Fantasías premonitorias entre dos antiguos compañeros de master

Yo mientras tanto, estaba besando y lamiendo sus pechos, dedicándole especial atención a sus pezones que estaban completamente erizados, mientras con las manos ya había accedido a su coño y comenzaba a acariciar un sexo que se encontraba totalmente empapado. Con el dedo anular localicé el clítoris y una vez hallado empecé una suave caricia mediante movimientos circulares que hizo que se arqueara y gimiera de forma maravillosa.

El reemplazo

La botella se había roto en un juego de orgía al caer sobre un pie de bronce de una lampara, el nuevo amigo la reemplazo es un plástico quirúrgico que succionado deja pasar pequeñas cantidades de agua simulando semen, el manejo de sus labios y músculos del canal por varias sesiones previas estaban a pleno, acabar gozada fue el primer paso en busca de la aventura necesaria para calmar la tormenta en su sangre iniciada.

Mi cuñadita caliente I

Esto fue hace varios años, yo vivo en otra ciudad y mi hermano vino a visitarme con su mujer para ir a una fiesta de unos amigos, quizá esto empezó poco antes de la fiesta cuando vi a mi cuñada arreglada para salir, se veía muy pero muy bien, unos senos medianos con buena forma, unas nalgas que piden ser acariciadas y bueno en conjunto un cuerpazo.

Educación real de una esclava I

Agachó la cabeza, esperando mi siguiente orden. Debía estar absolutamente inquieta, vestida solamente con unas medias y unos zapatos de tacón, en medio de un aparcamiento público, en el que constantemente está entrando y saliendo gente. Y aunque en la zona en la que estábamos, era imposible que alguien llegara sin que yo lo viera, seguro que a ella le parecía que estaba en medio de un pasillo.

¡Enséñame tú, papi! III

—¡Lo sabía, papi que lo hacías pensando en mí! … ¡Lo sé que te niegas a penetrarme, papi! … ¡Lo sé y no lo entiendo! … ¡Lo sé que también tú lo deseas, papito! … ¡Dime que te gustaría meterme tu verga, papi! … ¡Dímelo! … ¡Quiero escucharlo, papi! … ¡Sí quieres que me corra ahorita mismo, dímelo! … ¡Dímelo! …

¡Enséñame tú, papi! II

Sujeté a mi hija mientras se derrumbaba sobre el sofá y continuaba a convulsionar, sus ojos estaban cerrados al igual que sus muslos, tenía un brazo sobre su frente y su mano estaba todavía crispada en una especie de agonía post orgásmica, la contemplé por largo rato mientras sus tetas se cimbraban y temblaban, finalmente se recompuso un poco.

Mi primera vez

Tiré de la cintura del pantalón hacia abajo, saltando al momento que tiraba del pantalón, una enorme polla, es lo que en aquellos momentos me pareció. Quedé con la boca abierta y los ojos abiertos como platos, no creyendo lo que estaba viendo; era la primera polla que veía. Había visto algunas en vídeos, pero siempre había creído que no eran reales, pero aquello que estaba viendo, sí lo era.