Las uñas siempre las lleva larguísimas y de color rojo fuerte en sus delicadas y pequeñas manos a juego con sus carnosos labios y las de sus pies; y las joyas, que joyas todas de oro, haciendo un contraste increíble con su moreno, regalo de mi obeso padre para paliar sus largas ausencias debido a sus negocios de empresa y también a la falta de virilidad a la hora de montar a mi madre creo yo.
Volví a su espalda y comencé a quitarle el sujetador, tras liberar sus pechos, se los comencé a devorar, sus pezones, sus pechos, los metía en mi boca, lo más que podía y se los sorbía con fuerza, esto hizo que comenzará a reaccionar de nuevo.
El pasaba siempre en su auto enorme, saludando parcamente, mi marido se iba al trabajo muy temprano a las seis de la mañana volviendo a las siete de la tarde de lunes a viernes, mis fantasías fogueadas con mis visitas a la pornografía, cada día me llevaban más cerca de caer en el pecado, en el sexo caliente que en mis venas sentía fluir.
Jabibi, se retorcía de gusto y desesperaba por no poder emitir sonidos que nos pudieran delatar. No aguantó más y me levantó por las axilas, dándome la vuelta y colocar mis manos sobre la pared. Me sujetó por las caderas, haciendo que me inclinara un poco, y sacara un poco el culo para dejárselo a su alcance.
Le sujetaba la cintura con firmeza, y su poya entraba y salía de aquel minúsculo agujerito. El no podía verlo, pero mi hermana apretaba los labios con fuerza, igual que los ojos. Estaba claro que aquella cosa tan grande en un agujerito tan minúsculo tenia que dolerle. Pero era una chica codiciosa. Quería su coche. Seguía bombeándole dentro, y tardó bastante, lo que era lógico a pesar de su excitación, por que se había corrido ya dos veces.
Luego de sacar la tapa de adelante volví a pasar al otro lado con el pretexto de revisar los enchufes, advirtiéndole que no soltara el cable ya que iba a revisar las conexiones, esta vez al pasar hice una mayor presión en su trasero, sintiendo en mi pico la partidura de sus nalgas, deduciendo que si venía saliendo de la ducha y estaba sin sostén también estaría sin calzones.
Mi madre apretaba la poya con suavidad, y mantenía un ritmo constante y agradable. En sus tiempos debía haber sido una pajillera experta, y me estaba haciendo la mejor paja de mi vida. Era un cosquilleo que me subía hasta las tripas, con un placer que yo ni había soñado. Todo el cuerpo me hormigueaba, y tenia convulsiones de puro placer. Placer en estado puro.
Ya llego, tendré que levantarme para ducharme y ayudarla... que rica agua, solo de recordar lo que hicieron ellos bajo el agua, me orinare nuevamente... que sensación tan rica, lastima que no me la metieron anoche.... me hubiera gustado tanto... ojala y ya pronto suceda, solo quedan dos semanas para entrar nuevamente al internado y no se si las próximas vacaciones venga nuevamente con mi tía o iré al Pueblo...
Al meterla nos dolió a los dos. Poco a poco fuimos moviéndonos más rápido, primero yo y luego ella, que apoyo sus brazos en la pared. Me encantaba como se movía girando su cuerpo. Y no tardé en correrme.
Buá!, yo me puse a cien, en un momento no tenía pantalón para aguantar lo que tenía dentro... seguí haciendo las rayas... mientras ella me miró un buen rato seguido y yo pues me volví hacía ella un momento y, joder, vaya cara que vi... le había cambiado la cara un poco pero a mí me pareció muchísimo... joder, joder, estaba meando todavía, pero no estaba meando... estaba excitándose un montón mirándome... yo no supe qué decirla...me dijo:
Sebastián la empujó suavemente por entre el agua y los nenúfares del estanque jugando con su cuerpo, que ahora se dejaba deslizar hacia abajo y luego hacía arriba formando un remolino que a la vez que le producía cosquilleo le daba, entre las piernas, una sensación de quemazón que cada vez le estaba gustando más y más.
Ellos están adentro de las albercas, Clara dice que nos pondrán protector solar, Luis se lo esta poniendo, veo de vez en cuando como se lo aplica para lo me lo aplique a mi también, ha llegado mi turno, Clara quedo boca abajo con el sombrero puesto en la cara, Luis dice que esta dormida, por lo visto duerme mucho en el trayecto también lo hizo.
Y por eso, algunas noches, cuando salimos a la calle, ella se pone una falda muy corta, se deja las braguitas tanga transparentes, se coloca las sandalias de alto y fino tacón y me coge de la mano para salir a dar una vuelta y a sentarnos en una terraza, donde inexcusablemente abre mucho sus muslos para que todos vean sus braguitas mientras me susurra al oído que se siente como una puta salida y muy excitada porque, al verla, todos sepan que lo es.
Cuando nos vestimos con la ropa de trabajo, el moro solo se puso los calcetines, el buzo, y las botas de agua. O sea que debajo del buzo, iba totalmente en pelotas. Yo iba igual que él, solo que llevaba puesto un slip. Cuando me vio ponerme el slip, acariciándome el culo, me dijo, va a ser mejor que no lo pongas, mi amor, así no me darás tanto trabajo el tener que estar sacándote el slip, cuando quiera follarte.
Pero el no me escucho, se acerco a mi y me dio un fuerte bofetón, que me tumbo sobre el capo de su carro. Se acerco a mi, sentí su pene presionando mis nalgas, me jalo del cabello y me obligo a levantarme. Me puso su pistola a un lado de mi boca y me ordeno que la chupara. Yo no podía ver, me lo impedían las lagrimas.
Mientras entraba en la ducha no dejaba de pensar en ella y fue entonces cuando me percate de ese cosquilleo que tan bien conocia por alla abajo, me estaba poniendo realmente cachonda de solo pensar en como podia ser su cuerpo.
Mi esposa se mordía el puño moviendo la cabeza a uno y otro lado tratando de no gritar; las tetas subían y bajaban con la agitada respiración, hasta que no pudo aguantar más y en medio de contorsiones y gemidos llegó al orgasmo, tapándose la boca con ambas manos.
Cuando la tocaba posó su mano sobre la mía, como indicándola y guiándola hacías donde deseaba ser tocada, por mi parte, puse mi otra mano y cooperaba con la maniobra. al poco tiempo tomó una de mis manos y la puso sobre su conchita, sobre su vestido, gimió y repitió la maniobra, yo estaba a mil.
Sintió un liquido espeso y fresco derramarse sobre ella. Las manazas de su hermano lo esparcieron sobre ella, y la empaparon del todo mientras no dejaba de empujar. Olía a mayonesa. Follaba bien, y tenia una buena poya. Tenia un movimiento rítmico, y entraba y salía de ella con ritmo. Ningún tío la había follado tan bien. O tenían demasiadas ganas, o demasiado pocas.
Nos metimos en el baño y cuando nos desnudamos ellas comprobaron que yo ya estaba empalmado. La japonesa era una auténtica monada. Estilizada; de rostro sumamente bello; pechos finos pero exquisitos. Mi mujer en cambio es más robusta como yo.
Obsesionados mis padres con la idea de que yo aprendiese a relacionarme; a abrirme a la gente habían quedado con unos amigos de Brasil en enviarme a un familiar, un chaval, para que pasase el mes de Agosto conmigo. Mis padres se iban a la playa de vacaciones y yo me quedaba estudiando por haber suspendido los exámenes.
Mientras mi boca seguía buscando la suya, sus pechos, su cuello, mis manos seguían acariciando sus nalgas y bajando cada vez más su falda, cuando iba bajando por sus muslos me arrodillé ante ella y comencé a besar su vientre, su ombligo, sus caderas, a pasar mi lengua por los ribetes de las pequeñas bragas que tenía puestas, su falda se fue al suelo y sus muslos quedaron ante mí, mis manos, mi lengua, me cara, todo era poco, para intentar darle placer.
Ni bien entro al baño, me dirigí al cuarto de servicio, en donde desplegué la tabla de planchar y comencé a planchar un pilón de ropa que yacía arrugada a mi lado. Aun no había finalizado mi tarea cuando sentí al amo salir de su ducha. Como no me dio ninguna orden seguí en concentrada en mi tarea.
Entonces Fran y yo nos agarramos de la mano y avanzamos hacia los baños, esperamos que no mirase nadie y entramos juntos al baño de caballeros donde empezamos a besarnos apasionadamente y a acariciarnos como locos, los dos estábamos cegados por la pasión del momento.
Su hermana era bastante puta, y con aquellas tetas en las que ahora reparaba casi por primera vez, le sorprendía que no follase aún mas. Ahora por ejemplo. En lugar de estar allí aburriéndose, podría haber estado pasándoselo en grande con una buena polla dentro. Esa idea le molestó profundamente. Era una verdadera vergüenza que una tía tan maciza y tan puta, que follaba con cualquier tío con el que se enrollaba, fuese su hermana.
La razón para ir así era muy fácil, tenía nombre se llamaba Oscar, Oscar era un chico deportista de mi edad al que mas que a ninguno le encantaba ir en chándal cosa que por cierto a nosotras nos venía de perlas, ya que solía llevar unos pantalones de chándal de los que parecen un pijama
De vez en cuando la espiaba en el baño abriendo la puerta sin que se diera cuenta, la veía enjabonarse y ahí mismo me volaba la paja utilizando una crema lubricante especial que un amigo me había regalado y que había robado a su padre que es proctólogo, la untaba en mi mano derecha y me acariciaba la verga suavemente y despacio, luego esperaba el preciso instante cuando se agachaba a enjabonarse los pies para acelerar el ritmo, cerrar los ojos imaginado metiéndosela por ese enorme culo
Pasaron algunos meses y así llegaron las vacaciones que tanto esperaba, junto con las de Daniel. En esos días, el único pensamiento que moraba en mi cabeza era poder coger con mi hijo, tener la mínima posibilidad de gozar juntos, como una hembra y su macho ahora si bien lucidos.
Me excitaba tanto la idea de que el tipo se la cogiera que se lo dije abiertamente y la convencí de que lo llamara pero que el creyera que yo no sabía. Al fin lo logré y oí la conversación; él le recordó la primera vez y hablaron de cuando la desvirgó en un paseo en el baño de la finca de recreo en una madrugada.
SeaLord le ofreció trabajo y cobijo, le enseñó, pacientemente, un idioma del que no conocía más allá de diez o doce palabras y le mostró un mundo insospechado de perversión y de placer. Aquel era un lugar extraño, gobernado por un ser extraño, donde ocurrían cosas extrañas.
Manuel, con la cabeza totalmente obturada de pasión se acordó que tenían el espejo justo delante de la ducha así que con las piernas empujo las cortinas a un lado y pudo ver reflejada una imagen impresionante, su cuerpo colgado de los fuertes brazos de su padre con las piernas en el aire y abiertas, y con la hermosa visión de los tremendos y peludos huevos de su padre colgando de entre sus gruesas nalgas y el comienzo de la gruesa polla de su papa totalmente penetrada en su culo.
Cualquier lengua, sea de hombre o de mujer, me viene bien. Ese día descubrí que, aunque no hay nada como una verga dura y caliente, una lengua bien dispuesta acompañada de mucha imaginación puede ser un buen sustituto.