Cuando Carlos me vio, le dijo a Esteban, yo solo con ella, vos solo con Estela. Me opinión no valía, mejor dicho, no hacía falta expresarla, todo fue a pedir de boca, Carlos un Maestro, Me puso un aparato en labio de la vagina , que tocaba el clítoris, mientras me introducía, un hermoso pene, acabe lo menos cuatro veces, me enseñó a mamárselo, el beso en succión de la punta, levantar el prepucio apretándolo, suave contra la lengua, cuando sus jugos preseminales, me llenaron la boca de salado,
Luego nos fuimos a bañar, ya que nuestros cuerpos estaban sudorosos, y luego nos acostamos, estuvimos toda la noche hablando acerca de las indirectas que él me hacía y las que yo le hacía, nos reímos y después nos dormimos, esa semana fue espectacular, aunque no volvimos a tener relaciones.
Estaba sudada y con las bragas en su parte baja completamente empapadas. Durante días y por mis creencias católicas tuve pensamientos fatídicos y un gran sentimiento de culpabilidad, aunque no dejaba de recordar cómo aquella bestia me había ensartado una y otra vez, sin yo poder hacer nada.
Volví a besarle hasta que sus brazos que intentaban rechazarme, se enroscaron en mi cuello y su lengua comenzó a devolver las caricias de la mía, juntó su cuerpo al mío y ahí me di cuenta de que el tamaño de mi verga no sería impedimento para cumplir mi capricho.
No podía quedarme viendo como una tarada como los perros cogían, seguí al supermercado y cuando regreso, me encuentro que los perros que antes estaban cogiendo, se quedaron pegados culo con culo.
Me apretó las tetas por encima de la camiseta y jugueteó con mis pezones que se pusieron duros como una roca....; Cierra los ojos y disfruta mi amor..... Los cerré... Sentí que me hacía levantar los brazos y me sacaba la camiseta... Su lengua se dedicó a mi canalillo.... Soplándome dentro de él....
No tenía vendas en los ojos y a la sorpresa de poder ver a su dueño se le sumaba la excitación de tener a Alejandra a su lado susurrándole instrucciones.
Ser miembro del club implica la sumisión de todos los hombres que forman parte de él y poder disfrutar de una nueva dimensión en el concepto ama-esclavo.
Seguí bajando por su espalda hasta llegar a su cintura y allí me detuve de nuevo, subiendo de vez en cuando recorriendo su columna vertebral. A continuación me dediqué a sus piernas, bajando rápidamente hasta hacerme con sus pies y comencé a masajearle las plantas de los pies.
Luego empecé yo a hacerle una mamada y recibí su leche hirviendo en mi boca y cara, pero por mi seguridad la arroje a una lado, entonces decidió el chupármela nuevamente y llegar a saciar su sed de leche; de allí me volteo y empezó seguir besándome luego de 10 minutos cuando estábamos nuevamente calientes, me la empezó a meter suavemente, muy delicado por cierto acabando dentro de mí y quedándose dentro.
Una vez adentro comencé a lamer sus pies, sus zapatos y tacones, luego la pierna, hasta llegar a sus partes íntimas donde me ordeno que parara. Mi ama se quitó la ropa y se colocó un traje de cuero que solo tapaba sus senos y su pubis. Seguidamente me ordeno colocarme de espalda tirado en el suelo, comenzó a caminar sobre mi cuerpo, luego me ordeno besar y lamer sus pies, mi excitación era máxima, pero mi ama no me dejaba que me tocara.
Su miembro se había endurecido de tal forma que me era imposible continuar sin encajarlo dentro de una cavidad carnosa. Se incorporó, de rodillas detrás de mí que continuaba lamiéndole el coño a Alba y apuntó su pene directo a mi vulva.
En un primer momento me asusté, pero abro despacio la puerta, y pude ver a escondidas que mi hijo menor, Néstor, se estaba masturbando. La escena me produjo un morbo increíble, por lo que me quedé escondida mirando como mi hijo se satisfacía sexualmente. Observé como con su mano sostenía un respetable miembro al que sacudía con cierta violencia, sentado en el borde del inodoro, con sus ojos cerrados apuntando al techo.
Mi pene rozaba con su culo y mi erección era total, dudo que ella no se enterara porque mi pantalón tenía un bulto muy visible. Cuando llevábamos la mitad del recorrido empezó a mover su culo arriba y abajo, no tarde mucho en correrme y cada vez me excitaba más.
Estaba disfrutando la muy puta de mi compañerita. En eso el hombre, que tendría unos 35 años, le toma la bombachita sacándosela por arriba del pantalón, la parte que se veía. Ahí ella di una especie de gemido. Mi verga estaba redura a esa altura con ese panorama.
Una pareja de Argentina, de viaje por Mallorca, goza de la naturaleza, los paisajes, la ciudad y de las ocasiones para echar buenos polvos y probar las incursiones anales.
Yo hacía lo imposible por contener mi eyaculación cuando ella platicó que, para no hacerlo enojar, accedió a las caricias de rigor el besito en la boca, las caricias con las manos, pero que cada vez eran más atrevida, pues comenzó a pasar sus labios y lengua por el cuello y nuca, mientras sus manos lo mismo le daban ligeros apretones a sus pezones, que le masajeaba las nalgas y le hacía sentir su entrepierna, con un paquete bastante duro.
Me puse detrás de ella, me admire al verla así, mostrándome sus nalgas blancas, mas blancas todavía porque el calzón le dejaba marcas que indicaba que el sol jamás conocía esos rincones, le puse mi pene no sé por dónde..., ella tampoco me lo decía, de repente le apuntaba a su ano y eso no quería hacerlo...
Arranco el ordenador y voy a chatear, se me ocurre que si quiero saber cómo masturbarme nada mejor que un chat de sexo, aunque no tengo la edad, entro y pido a alguna chica que quiera hablar conmigo en privado, al poco se me conecta una chica que quiere hablar conmigo, ahí me pongo un poco nerviosa
Le vino un vigoroso y prolongado orgasmo, que debió escuchar media barriada. Lo intensificó con unos quejidos intensos y fuertes. Yo no pude aguantar más y derramé mi leche sobre la pared de la terraza.
Se la metió en la boca hasta conseguir que la entrase toda hasta el final. La sacaba y la metía. Después de tamaña sesión de sexo y de lo que llevaba conteniéndome, yo no pude aguantar más y realicé otra descarga mayor que la anterior. Se tragó gran parte del semen que despidió mi polla, y otra parte la extendió por su cara y sus pechos.
Mientras su novio está examinando unos restos arqueológicos, el dueño del local, un cine para más señas, toma en silencio y con contundencia a la novia del alelado muchacho que se deja hacer con delectación.
Hasta hace unos cuantos meses estuve casado, con una tremenda mujer, pero ella se enamoró de otro tipo y sencillamente me pidió el divorcio, el cual se lo di sin mucho problema, ya que ni hijos tuvimos en nuestra relación.
Úrsula era una chica morena, escultural, de pecho abundante, sin ser una vaca lechera, de culo hermoso, pero sin ser culona. Usaba un body ajustado que nos quitaba el hipo a todas, y a más de un marica, como os digo, se le quitaba el hipo al verla. De ojos negrísimos y expresivos, nariz griega y labios sensuales.
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