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Nuestra primera vez (II: El regalo del compadre)

En una noche de copas y calentura, mi esposa y yo, hicimos realidad varias de nuestras fantasías sexuales, con Lalo nuestro compadre, pero la cosa no paró ahí, a mi mujer se le quitó la pena y la vergüenza y se volvió a partir de ese momento en una PUTA en toda la extensión de la palabra ya que le abre las piernas le para el culo o le mama la verga al compadre las veces que él se lo pide, mi mujer creo yo, se encuentra obsesionada con lo grande que tiene la verga el compadre, ya que con tal de que se la meta hace cosas de las que no la creí capaz, como por ejemplo: en ocasiones la hace que se masturbe enfrente de los dos con un consolador que él le regaló, mientras nosotros la vemos nos masturbamos, para luego echarle la leche de los dos en el cuerpo en la cara o en las nalgas, ya que no la quiere recibir en la boca pues dice que le da asco, tan luego llega Lalo a la casa ella inmediatamente se despoja de sus calzoncitos y sostén quedándose únicamente con su vestido puesto por si alguno de los dos se la quiere coger, ella ya se encuentra lista, la hace que se ponga sus batas transparentes que tiene para dormir sin traer nada debajo y que así ande por la casa haciendo sus labores, mientras él la está observando y de vez en cuando metiéndole el dedo o la lengua en cualquiera de sus hoyitos, aprovechando esta situación se la ha cogido en la sala, en la cocina o bañándose, en ocasiones me hablan por teléfono a mi trabajo dejando descolgado el auricular para que yo escuche lo que se dicen mientras están clavando o llego de improviso a la casa y los encuentro cogiendo o durmiendo cansados después de haber terminado, por tal razón quise comprobar hasta dónde eran capaces de llegar por una cogida e hice lo siguiente: Era 13 de Septiembre cumpleaños del compadre, lo invité a tomar una copa y festejar así ese acontecimiento, él me preguntó si mi esposa iba a estar con nosotros le contesté que sí y le comenté que fuera preparado ya que le daríamos una gran sorpresa, quedamos de reunirnos entre las 19:30 y 20:00 h.

En uno de los portales del Zócalo en pleno centro de la ciudad. Le dije a mi mujer que se pusiera muy guapa y cachonda porque íbamos a salir, de camino al lugar de la cita me preguntó que a dónde nos dirigíamos le dije que al Zócalo a festejar el cumpleaños de Lalo y que ella era el regalo, además le dije hoy quiero hacer algo diferente, le pedí que se desnudara completamente y de atrás del respaldo saqué unas zapatillas, medias color negro y un zarape, le dije que esa era toda su vestimenta, me dijo estás loco ni creas que voy a ir así, le estuve insistiendo y al final accedió, la llevé a un lugar solitario para que se cambiara, al estarlo haciendo noté que sus pezones estaban muy erectos comencé a jugárselos y cuando bajé la mano y le toqué su chochita ya le tenía muy húmeda, me comentó que estaba muy excitada y me preguntaba qué íbamos a hacer, le comenté que era una sorpresa para ella y para Lalo, cuando estuvo lista enfilamos hasta el punto de reunión estacioné la camioneta a unas cuadras y de ahí nos fuimos caminando, quiero comentarles que se veía preciosa muy bien arreglada, el zarape le llegaba arriba de las rodillas y de cuando en cuando por las aberturas de los lados se lograba ver parte de su desnudez, también aprovechaba estas aberturas para meterle la mano y jugarle los pelitos de su monte, acariciarle los senos y la redondez de sus nalgas, dos o tres veces le metí el dedo en el ojo del culo y la verija que se encontraba más mojada.

Llegamos al zócalo y todavía no llegaba el compadre, había mucha gente tomando en las mesas de los portales otros caminaban alrededor del kiosco mientras escuchaban la marimba que tocaba en esos momentos, empezamos a dar algunas vueltas y me comentó que tenía miedo que se le fuera a levantar el zarape y me pedía por favor “ya no me metas la mano que se puede dar cuenta la gente de cómo vengo”. Por fin llegó Lalo nos sentamos y empezó la plática, después de algunos tragos y ya medio mareados le dije que tomara su regalo el cual traía mi esposa bajo el zarape, Lalo metió la mano y cuando se dio cuenta de cómo se encontraba mi mujer no ocultó para nada su sorpresa, nos comentó que nunca se imaginó encontrarla de tal forma, seguimos tomando y platicando, después de un rato Lalo le metía la mano en forma descarada para tocarle su monte de Venus o sus senos, además de cuando en cuando le metía también los dedos en sus hoyitos, me daba cuenta de esto ya que ella de repente pegaba, brinquitos, entrecerraba sus ojos o se pasaba la lengua por los labios o de plano se los mordía, es más Lalo me enseñaba lo mojados que se los dejaba cada vez que se los metía, de repente nos dijo que estaba muy caliente y que se la quería coger para esto tomó la mano de mi mujer y la puso sobre su bragueta para que ella pudiera sentir la erección que tenía, mi mujer tocó la mía y decidimos retirarnos del lugar, llegamos a la camioneta de él, una vagoneta con los vidrios polarizados, me pidió el compadre que yo manejara y ellos se fueron en el asiento de atrás, entonces les pregunté a dónde quieren que los lleve a coger y me contestaron a donde sea, ya dentro del carro inmediatamente se empezaron a besar, acariciar y se desnudaron, quedándose ella únicamente con las zapatillas y medias puestas y dio inició la función. Empecé a manejar por las calles del centro de la ciudad, primeramente él se acostó y a ella la puso hincada sobre su cara le empezó a dar una mamada fenomenal, yo veía cómo mi esposa se jugaba los senos, se pellizcaba los pezones, mientras él le metía la lengua por todos lados por el culo, por la verija le chupaba el clítoris ella gritaba pujaba y se retorcía de placer, luego hicieron el 69 ella como pudo se metió la verga en la boca y la mamaba con desesperación primero la cabeza que para esos momentos ya se encontraba muy hinchada y con gotas de lubricante en la punta, no sé sí por probar éstas o por metérsela más de la cuenta como que le quería dar vómito, pero seguía pegada a ese trozo de carne, dejó la cabeza y empezó a mamarle todo lo largo del tronco pasándole la lengua de arriba abajo o dándole chupetones, el compadre decía que si seguía haciéndole eso se iba a venir en su boca, por lo que ella se quitó inmediatamente de este manjar que se estaba comiendo. La puso sobre el respaldo mío y la hizo que se agachara lo más posible para que su culo quedará al aire le mamó el ano y ya que lo llenó bien de saliva con los dedos le embarró un poco del lubricante que tenía él y ella, le dirigió la punta de la verga hacía ese canal negro y de un solo empujón se la dejó ir, ella pegó un grito no sé si de dolor o de placer, mi mujer me pidió que me quitara los pantalones para que ella me masturbara con una mano mientras con la otra se masajeaba el clítoris, se movía en gran forma, gritaba y gemía con tal fuerza que en cada esquina que nos parábamos por los altos del semáforo, tenía que subirle el volumen al radio y pedirles a los dos que se callaran ya que las personas o algún agente de tránsito nos podía descubrir, ella sola se la metía y se la sacaba, se movía en círculos y con estos movimientos de inmediato se vino, llegamos al otro lugar donde tenía pensado llevarlos por lo que les pedí que se vistieran. Detuve el carro a unos metros de la entrada de un cine llamado “Rió” en el cual se exhiben únicamente películas pornográficas, le pedí a Lalo que comprara tres boletos para poder entrar, mi mujer me dijo cómo crees que vamos a entrar ahí le contesté que el compadre entraría primero y nosotros después y ya dentro nos reuniríamos, y así lo hicimos.

Entramos al cine y este se encontraba casi desierto, sentamos a mi mujer en medio de los dos y de inmediato empezamos a mamarle cada uno un seno ella se calentó de inmediato por esta acción y por la película que estaba pasando, la abrimos de piernas poniéndoselas sobre los descansa brazos de la butaca, él le metió el dedo por la verija y yo por el culo, se puso tan caliente que nos pedía que nos la cogiéramos, en ese momento me pidió mi compadre que nos fuéramos a un motel a coger más a gusto y fue donde les respondí ” no compadre aquí quiero que te la claves” ella inmediatamente me dijo estás loco aquí nos pueden ver, mientras él ya se había bajado los pantalones y tenía la verga en todo lo alto pues lo calzones lo había dejado en la camioneta, la hizo ponerse de rodillas ella ya no dijo nada accedió de inmediato, le hizo a un lado el zarape se puso detrás de ella y se la dejó ir por la verija, ella pujaba y gemía de placer, tomó mi verga con sus labios y empezó a darme una mamada impresionante nunca antes lo había hecho así, yo aprovechaba para jugarle las chiches en algunos momentos le tocaba la verija que la tenía retacada de verga tomaba mocos que le escurrían y se los embarraba en las chiches quiero comentarles que en un determinado momento toqué la verga del compadre para sentir cómo se la dejaba ir, la tenía muy resbalosa por la cantidad de mocos que tenía y palpaba cómo se la dejaba ir completita, luego la desnudó completamente y la acostó sobre el zarape, le alzó las piernas y se la volvió a clavar, tomé a mi mujer por los tobillos y le alcé un poco más las piernas para que le entrara más y mejor, para este momento ella ya no sabía qué hacer únicamente gritaba: ¡¡¡ Así papacito cógete a tu puta !!! ¡¡¡ Lalo no me la vayas a sacar por favor!!! ¡¡¡ Muévete más rápido que me voy a veniiiiiiir!!! Y se vino copiosamente al igual que el compadre, cuando terminaron pensé en cogérmela yo y al voltear me di cuenta que en los asientos de atrás se encontraban dos personas viendo aquel espectáculo y masturbándose en plenitud se los comenté y se levantaron de inmediato y es que en ese momento también se acercaba personal de seguridad para ver qué sucedía todo por los gritos que dieron, se salió Lalo y fuimos detrás de él, al llegar a la puerta de salida del cine, todo mundo nos miraba mi esposa me decía apúrate que la leche del compadre se me está escurriendo por las piernas, llegamos nuevamente al carro y mi compadre insistió en que siguiera manejando, yo le comenté que ya no me aguantaba y quería hacerle lo mismo, me dijo dame chance es mi cumpleaños, empecé a circular por las calles y cuando vi ya la tenía nuevamente bien clavada y ahora sí la tenía completamente desnuda ya sin medias ni zapatillas, me fui a estacionar a una calle muy oscura y en la que no transita mucha gente, tomé una linterna de mano abrí la portezuela de atrás en donde ellos estaban y me senté en la banqueta a observarlos, cuando me bajé la tenía con las piernas al hombro y estaba dándole unas metidas fenomenales se la sacaba casi completamente y se la dejaba ir toda hasta la empuñadura, por los mocos que le había dejado en el cine se formó una espuma blanca alrededor del agujero de la verija y le bajaba por el culo llegando hasta el sillón, con uno de mis dedos tomé suficientes mocos lo lubriqué bastante y se lo metí en el culo a Lalo, este empezó a gritar de placer y le comentaba a mi mujer que se iba a venir, quité el dedo de ese lugar y metí mi cabeza entre las piernas de él y comencé a meterle la lengua en el ojo del culo de mi esposa, al sentir esto ella pegó un brinco y la piel se le puso de gallina, sentía yo el roce de la verga del compadre en mi nariz cuando entraba y salía, así la tuvimos un rato luego el compadre se tendió de espaldas y a mi esposa la puso sobre él dándole ella la espalda, se la metió por el culo, entonces le pedí que se recostara sobre el pecho del compadre y aproveché esto para mamarle ahora la verija y sobré todo el clítoris, toda su chochita tenía un sabor muy rico por la leche que tenía embarrada, seguía gritando y jadeando al sentir que se venía nos pedía: ¡¡¡ Por favor ya déjenme en paz!!! ¡¡¡ Así mis padrotes cójanse a su puta!!! ¡¡¡ Mámame más rápido por favor!!! ¡¡¡ Lalo muévete que me voy a veniiiiir!!!

De repente mi compadre sacó la verga de ese agujero y se la metió por la verija nuevamente, al sentir la cabeza de su verga pegarme en mis labios dejé de succionarle el clítoris, Lalo me pedía que le siguiera chupando, volví a mi tarea esta vez únicamente con la lengua le jugaba ese punto que la hacía ponerse tan loca, y ahora sentía en los labios el roce de Lalo al entrar y salir, por momentos yo sentía que el compadre en forma voluntaria sacaba más de lo debido la verga con el fin de que se saliera de su cauce y me pegara en la boca para mamársela, después de varias veces que esto pasó me quité de ahí y me senté en la banqueta para seguir observándolos, entonces vi cómo los labios de la verija de mi esposa rodeaban amorosamente el grueso y bien lubricado tronco de la verga que le seguía entrando y saliendo, no duraron mucho rato y se vinieron los dos, cuando vi que terminaron, puse a mi mujer boca abajo y se la metí primero por la verija para tomar un poco de mocos y luego se la dejé ir por el culo, como mi verga no tiene el mismo grosor que la del compadre, sentía este conducto muy ancho y aguado me moví lo más rápido que pude ella se volvió a venir y yo enseguida dejándole el culo lleno de leche. Después de un rato de descanso nos compusimos la ropa y nos alejamos de ese lugar, mi compadre quedó muy contento y agradecido con su obsequio y la forma de disfrutarlo, él hasta la fecha continua interviniendo de manera muy activa en nuestras vidas y juegos sexuales, en una de sus visitas nocturnas a mi casa estando yo encima de mi mujer él aprovechó este momento para ponerme la punta de su verga en mi culo sentí escalofríos, bueno eso se los contaré en otra historia.

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