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La maestra de mi tía Maru

Hola, soy yo otra vez, Luis (huicho) en mi relato anterior en base a la relación que sostuve con mi tía Maru, quedo pendiente contarles la experiencia con una de las maestras que dan clases en su escuela, ella se llama Mariela, es una mujer de 35 años divorciada de un americano, mide 1.72 de cuerpo normal, ni gorda ni flaca, ojos de color miel y cabello castaño, y eso si tiene una boca que a cualquiera calienta.

Estando un día en la escuela de mi tía llego ella a la sala de maestros y empezamos a platicar, me contó su vida y que se sentía sola, etc,etc,etc, todo el drama que hace una mujer divorciada, yo le dije que siendo tan linda como era posible que no se hubiera casado otra vez o que por lo menos no tuviera novio, ella me dijo que en ese renglón no le ha ido muy bien y que llego a la conclusión de que ya no buscaría más que mejor se esperaría hasta ver que llegara alguien y si no pasaba no se lo iba a lamentar.

Entonces se me ocurrió decirle que, si aceptaría que fuéramos al cine, para que se le quitara su aburrimiento y bueno saliera un poco de la monotonía, ella lo pensó un poco y me dijo que aceptaba, entonces quedamos para ir al cine el Jueves que no tiene que dar ninguna clase en la escuela, era lunes y tenía tiempo suficiente para convencer a mi Tía de que me prestara su auto. (Cosa que no me costó trabajo pero eso es otra historia), entonces le pedí su dirección y teléfono y quede de hablarle el miércoles para confirmar la salida, así lo hice y me dijo que estaba en lo dicho que mañana iríamos al cine, que pasara por ella a las 6.30pm para ir a la función de las 7.40pm.

El jueves llegue por ella a las 6.30 tal y como me dijo, estaba muy bella, se había puesto un vestido que le llegaba por encima de la rodilla y dejaba ver medianamente el contorno del inicio de sus senos, en ese momento algo entre mis piernas reacciono y creo que ella lo noto pero no dijo nada, nos fuimos al cine y al salir le dije que si quería ir a cenar algo, a lo que ella me respondió que no, que mejor la llevara a su casa pues al otro día tenía que dar clases a las 8.30am, así lo hice y al llegar a su casa al despedirnos intencionalmente trate de besarla, pero me fallo, ella me dijo que, que me pasaba, y yo le dije que simplemente ella me parecía una mujer muy hermosa y quería darle un beso, ella no dijo nada y se bajó del auto, yo hice lo mismo y la seguí hasta la puerta de su casa, le pedí disculpas por lo que había pasado en el carro y ella me dijo, que no me preocupara, que si quería, entrar para platicar de lo sucedido.

Claro que yo acepte de inmediato ya en el interior de su casa, nos sentamos en una salita y ella me ofreció un vaso con agua, mientras Mariela me traía el agua, yo me puse a ver unas fotos que tenía ella de joven, cuando regreso me dijo que, que le parecían yo automáticamente le dije que estaba muy guapa, pero que la madures le había sentado mejor y que ahora estaba más buena, me miro medio molesta y me dijo que si ya iba a empezar de nuevo, yo le dije es que no he terminado y dicho esto me lance sobre ella y ahora si pude besarla, mientras la apretaba hacia mí, ella trato de separarse pero poco a poco fue cediendo y correspondiendo al beso, me separe y le dije que la deseaba que quería hacerle el amor en ese momento.

Ella se me quedo viendo fijamente y con su respiración entrecortada y sus pezones visiblemente excitados debajo de su vestido, de los cuales yo no podía quitar la vista de encima, su lengua pasó por la comisura de sus labios, mientras se bajaba lentamente el vestido hasta la cintura y me dijo: -Te gustan mis pechos ¿ eh ? — Sí Mariela, me gustan mucho, son preciosos. Me acerqué a ella, la rodeé con mis manos masajeando sus pechos, y mojándome un dedo con saliva para ponerme a acariciar circularmente esos dos pezones, mientras la empecé a besar el cuello, y susurrarle al oído que me gustaba mucho, que era toda una mujer y que me gustaba muchísimo su cuerpo y que quería disfrutar al máximo con ella. Se separó y se desnudó completamente mostrándome una vagina completamente depilada y bien formada.

Se pegó a mí y al sentir el calor de sus tremendos pechos en mi cuerpo fui acercando mi lengua a todos los rincones de su cuerpo bajando lentamente desde sus pechos hasta su ombligo, pasando por su vagina, hasta llegar a sus muslos, los cuales besé por su lado interno, para empezar a sentir ese calor que salía de allí dentro, no pude resistirlo más, y comencé a comerme esa vagina con un aroma embriagador ella se sentó en el sofá y yo de rodillas continúe con mi trabajo de lamer sus labios y ver cómo ese clítoris me llamaba a gritos lo acaricié con la punta de mi lengua, cogiéndolo con mis labios en forma de O y succioné suavemente aquel clítoris, lo lamí circularmente de un lado a otro y vertical de arriba abajo mientras notaba aquellas suaves manos de aquella mujer en celo sobre mi cabeza. La verdad es que me encanta comerme la vagina de una mujer, todo el tiempo que me lo pida siempre estoy dispuesto para saborear el delicioso aroma de la intimidad de una mujer mi pene ya estaba como una barra de hierro candente, me dolía y todo pues aún estaba bajo mi pantalón solo había podido quitarme la camisa y ahora había vuelto a disfrutar de eso pechos que me volvían loco.

Ella me desabotonó el pantalón y me lo bajó junto con mis bóxer y sacó a relucir mi miembro, me empezó a acariciar se arrodilló delante de mí y sin dudarlo se lo comió por completo, yo sentí estar en la gloria, el simple hecho de ver la escena de mi pene entrando en su interior me excitaba sobremanera de repente se dio la vuelta y quedó a la vista su enorme culazo… comencé a masajear sus glúteos y al mismo tiempo le besaba la espalda bajando muy lentamente hasta llegar a su ano y detenerme ahí por unos instantes, ella empezaba a gemir con más entusiasmo hasta que llego su primer orgasmo, yo inmediatamente me baje a su vagina con la intención de disfrutar de sus jugos.

Yo ya no aguantaba más, la voltee puse sus piernas en mis hombro y de un solo movimiento comencé a penetrarla por la vagina, no pude más y en un orgasmo espectacular me vine dentro de ella, estaba cansado y mi pene se ponía flácido, ella de inmediato me dijo que fuéramos a su habitación, yo no me negué y al llegar ahí nos tumbamos boca arriba y nos fumamos un cigarro.

Una vez que terminamos el cigarro en ese instante se acomodó el cabello, me besó y se fue acomodando encima mío, nos besamos apasionadamente entrelazando nuestras lenguas, mientras acariciaba su espalda, luego sus nalgas, ahí estuve apretando esas nalgas, sintiendo como chocaban ese par de senos con mi pecho, luego volteamos nuestros cuerpos, ahora yo me encontraba encima, estuve disfrutando de sus pechos por un buen rato mi pene comenzó a reaccionar nuevamente tome una de sus piernas y chupé cada uno de sus dedos del pie, e me excitaba una barbaridad, Mariela daba rienda suelta a su excitación, luego hice la misma operación con la otra pierna.

Yo estaba otra vez totalmente caliente a punto de explotar por la excitación, pues ambas piernas en mis hombros y metí mi cabeza entre ellas, olía delicioso, ese aroma de mujer húmeda me excitó aún más de lo que ya estaba, nos besamos salvajemente por un momento, ya no aguantaba más sentía que era hora de hacerla mía por segunda vez me coloqué encima de ella, abrió las piernas esperando ser penetrada lo coloqué en la entrada de su vagina, empujé despacio, “AAAHHHH”, gritó pero se encontraba tan mojada que mi pene entro con mucha facilidad.

Fue entonces que empecé a empujar a un ritmo más rápido, Mariela no paraba de gemir fuerte y de hablar ¡¡¡AAHHH LUIS SIGUE SIGUE AAAHHH AAAHHHH HUICHO, gritaba como una loca, jamás me imaginé estar cogiendo con ella en la primera salida y por segunda vez y lo estábamos disfrutando una barbaridad, en esta ocasión llegamos a un orgasmo simultaneo fue maravilloso.

Después de un rato me comenzó a besar, colocándose encima mío, mi pene recobraba nuevamente su máximo tamaño, mientras ella me presionaba con su concha, al instante de sentir lo dura que se encontraba nuevamente se sentó encima mío y se introdujo mi pene, empezó a cabalgarme dando al comienzo brincos en forma lenta, sentía en ese momento explotar empezó a gemir y a excitarse, aceleró los movimientos, cogí sus senos totalmente duros, luego sus nalgas con mucha fuerza, cada vez Mariela brincaba más rápido, no aguanté ni un segundo más y empecé a correrme, mientras Mariela seguía saltando sobre mí y gritando como una loca, fue una corrida espectacular, al instante que me terminé de vaciar por tercera vez, cayó Mariela encima mío, quedamos muertos de placer en la cama, ella me dijo que hacía mucho tiempo no disfrutaba tanto, en ese momento vi la hora, era casi la 1 de la mañana le dije a Mariela que tenía que irme que mi tía debía estar muy preocupada por la hora que era, me acompaño hasta la puerta y nos despedimos con un beso y algunas caricias.

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