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Esperando a alguien especial, conocí a algo mucho mejor que un amante casual

Era una mañana de Agosto, algo fría aquí en Lima, Perú, pero por cierto no dejaba de tener calentura, así es que salí dispuesto a encontrarme con Renzo – un amigo casi fiel – con quien había quedado en tener sexo. 

Pero al llegar al lugar de encuentro, vi como un chico bien agradable a la vista me miraba fijamente, por lo general nunca me intereso por nadie de raza blanca, pero ese día había algo en él, que me llamaba la atención.

Fue entonces que me decidí a retirarme algo más alejado, puesto que a la llegada de Renzo, iba a ser embarazosa la mirada que me de el chico, como de 24 o 25 años 1.75 cm. de estatura y ojos coló gris, muy atractivo para mí, puesto que no soy feo, pero bonito bonito tampoco soy.

Al retirarme media calle a la derecha el me miraba – pero a mí nunca se me ha notado mi preferencia sexual – y se acercaba lentamente cuando paso por mi lado dejo esbozar una sonrisa curiosa, la cual acepte de buena manera, pero con algo de temor, ya que nunca me había sucedido algo así, por lo tanto seguí esperando al ver que no llegaba Renzo, decidí regresar hacia la esquina, entonces el chico este se me adelanto y me dijo “Ya te vas?” le dije que no que esperaba a mi sobrino, el contesto – sobrino le dices ahora o estás buscando al de juego – no para nada, respondí.

Me invito a tomar un café y yo asentí con la mirada, el me replico que mirada más sugestiva tienes, te gustaría algo más después?

No se?, depende.

De qué?

De cómo nos conozcamos, pues-

Ahhh. Bueno tomamos el café o no?

Si! está bien!

Ya al terminar el café y luego de alguna que otra charla de lo más común, me pidió que lo acompañara a su oficina que tenía que hacer un listado para su Jefe, y que de allí debía tener como un tiempo libre, por lo que podíamos ir a algún otro lado.

Fuimos a su oficina lo espere en recepción al cabo de 10 minutos bajo y me dijo que lo siguiera hasta su vehículo que estaba en el sótano del edificio, de allí partimos presurosos hacia un rumbo desconocido para mí, cuando me di cuenta estábamos en camino hacia el sur de la capital, por las playas sureñas, entre la conversación deje claro mis gustos y forma de pensar en cuanto a una relación seria, debiendo el estar de acuerdo.

Llegamos a la zona residencial de un Balneario llamado Santa María, ingresamos a una cochera algo oscura y apago el auto, bajo y me abrió la puerta para que baje yo también – me encanto su detalle – ingresamos a la sala directamente era bien lujosa – me dije y este de donde tiene esta casa tan lujosa y elegante – y el percatándose de que me asombre me dijo que era la casa de playa de padrino y el tenía las llaves para llevar al personal de limpieza mientras su padrino estaba de viaje.

Fuimos hacia la piscina y me dio una tanga de playa, me la puse e ingresamos a la piscina, cuando me di cuenta él estaba desnudo dentro de la piscina, fue entonces que buceando me empezó a lamer los huevos y el pene, pasando después a mi esfínter. Saliendo de vez en cuando para tomar aire.

Luego empezó a besarme y con sus dedos iba descubriendo mi recto, llenando de placer esta relación, yo a la vez lo iba masturbando, sintiendo como el vibraba cuando le tocaba el ano con uno de mis dedos, pero no atrevía a meterlo porque no sabía si era moderno o solo activo.

Al fin salimos del agua y nos fuimos hacia una hamaca que estaba sujeta de los árboles que estaban ala lado de la piscina, fue entonces que le vi su pinga bien dura y grande media algo de 24 cm. pero era delgada, por lo que me sentí muy cómodo y confiado, ya que me considero estrecho y suelo tener penetración muy esporádicamente, por lo que cada vez que me penetran sangro mucho.

Me echo sobre el de espaldas e intentaba metérmela, al percatarse que era estrecho me dijo mejor vamos a la habitación era una que quedaba cerca de la piscina. Entramos y el empezó a lamerme el culo, mientras me hacía un paja.

Luego empecé yo a hacerle una mamada y recibí su leche hirviendo en mi boca y cara, pero por mi seguridad la arroje a una lado, entonces decidió el chupármela nuevamente y llegar a saciar su sed de leche; de allí me volteo y empezó seguir besándome luego de 10 minutos cuando estábamos nuevamente calientes, me la empezó a meter suavemente, muy delicado por cierto acabando dentro de mí y quedándose dentro.

Me besaba como un ser muy cariñoso, me pidió que me inclinara más y arremetió contra mi hasta que sus huevos chocaban con mis chicas nalgas, acabo nuevamente dentro de mí, cuando saco el preservativo de su pene, estaba bien lleno de leche, por lo que lo agarre y me lo escurrí en el cuerpo él se lo refregó y se volteo para que yo se lo metiera remojándose el culo con un líquido que tenía y con el cual me había untado antes. Yo empecé a metérselo suavemente y me dijo que era la primera vez que experimentaba esa sensación y que le gustaba, pero que soportaba el dolor por eso me comprendía en cuanto al dolor que yo sentía cuando me la intento meter antes, siguió sentándose sobre mí y de arriba a abajo lo hacíamos delicadamente hasta que no pude aguantar la velocidad y lo tire hacia adelante para quedar sobre el sin sacársela arremetí con todas mis fuerzas hasta vaciarme dentro de él, derramando toda mi leche.

Al salir me pidió que le dejara mi dirección, teléfono y que le gustaría ser mi pareja; le recalque que no quería tener una atadura sino una amante fiel pero no formal.

Estando de acuerdo, hasta hoy hace dos meses llevamos una relación abierta, pero fiel.

Nos encontramos y lo hacemos en diferentes lados y partes haciéndonos sentir nuestros más gratos y gustosos placeres sexuales.

Si alguien viene a Lima, Perú y desea intercambiar algo de sexo y placer no dude en escribirme.

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