Hacía varios años que no pasaba tanto tiempo en la finca, dado que prefería disfrutar del verano en la playa con los amigos, pero dado que tenía que terminar de una vez la carrera, me propuse aislarme del mundo por unas semanas.
Esa noche Aurora entró a su recámara a dormir, se cambió de ropa y se acostó; de rato llegó su mamá y le pidió que durmiera con ella, contestando Aurora, que mañana porque estaba cómoda en su cama; la mamá se retiró cerrando la puerta.
Pero antes le comí un rato más el culo, al igual que él metí un dedo, y luego dos, y luego tres, quedé extrañado de lo bien que lo recibía....el cabrón se retorcía.
La agente, con una sonrisa satisfecha, se tomo con bastante tranquilidad lo de ponerse la camiseta de nuevo, mirándonos con cierta insolencia mientras se abrochaba los botones. Sin importarle nada, al parecer, que tanto su compañero como yo vieramos de nuevo sus pechos desnudos...
Forcejeamos en la puerta un poco pero no quería lastimarla, y mientras tanto le dije algo así como que no le tenía miedo ya que con tus remilgos ningún tipo te va a dar bola, que era una forra; a lo que ella contestó que esperara sentado y que ya iba a ver de lo que era capaz, y tras soltar una par más de groserías salió dando un portazo.
Ella acompañaba con sus movimientos de pelvis, marcando el ritmo, por lo que yo no hacia apenas trabajo, entonces se paro y me dijo que sin sacarla bajara otro escalón mas, yo pensé, esta loca, con lo fría que esta el agua entonces baje y aunque ella me acompañaba se escapo la verga resbaladiza de se refugio.
Sentía como sus pechos rozaban mis muslos, y no pude resistir mas sin deslizarme hacia el suelo y lamer su piel, recorriéndola en linea recta desde su cuello, entre sus pechos, su ombligo hasta su pubis.
Ella estaba fuera de sí, ahora movía su trasero para cooperar con mi enculación y eso hizo que me corriera brutalmente en su ano, saqué mi polla de su agujero y la leche resbalaba de su ano manchando las sabanas, pero poco importaba eso.
Ruth se sentó sobre su marido y comenzó una cabalgata que envidiaría cualquier vaquero experimentado, yo por lo pronto, llevé a Lili hacia la mesa, colocándola en el mismo lugar que había ocupado Ruth rato atrás y comencé a acomodar mi pene en su ya mojada vagina, por lo que no tuve ningún inconveniente en penetrar.
Cuando se salió mi polla por la flaccidez post-acabada, de su culo salieron enormes cantidades de semen que mezclada con la abundancia del flujo que brotaba de su vagina, me dejaron los huevos empapados y pringosos. La besé en la nuca y lamí sus orejitas y con un "ya vuelvo" me fui al váter a lavarme.