Ese fin de semana me fui a pasarlo a la costa, y me acompaño Miguel, con quien teníamos un tiempo de conocernos y me invito al viaje y acepté, él era muy agradable y atractivo, no es una relación seria, pero la pasamos bien juntos y nos vemos de vez en cuando para tener buen sexo y pasar un momento agradable, me sorprendió un poco al invitarme pero necesitaba relajarme un poco así que acepté con gusto.
La verdad que yo también quedé impresionado, porque nunca se la había visto en vivo y en directo como en ese momento. Piru me había contado maravillas de Miguel pero uno siempre supone que a veces ellas exageran un poco para ponernos un poquito celosos y realmente no había mentido nada.
Todos se acobardan al último minuto y esto parece enojarla y se vuelve más atrevida. El interior de sus muslos comienza a brillar por su humedad. Mientras más baila, más caliente se pone y cada vez deja más en claro lo que quiere. Afrodita se acuesta en el suelo, abre las piernas y mueve sus caderas como imaginándose que la están cogiendo duro y fuerte.
Bueno, pues el roce de lenguas terminó y fue él quien siguió por mi cuello, mi pecho, lamió mis tetillas, les dio pequeños y delicados mordiscos, siguió por mi barriga, llegó a mi pubis, sólo lamió mi dura verga por encimita, fue hacia mis huevos y los chupó uno a uno, sin lastimar, tiernamente..... me abrió las piernas, siguió hacia el agujero de mi culo, lo lamió ávidamente, se daba un respiro y luego llevaba su lengua hasta mi hoyo.... la metió lo más posible, ensalivó sus dedos y me metió uno, luego dos y hasta tres dedos toleré jugando dentro de mi recto....
Te lo voy a dejar tan abierto que vas a sentir el aire entrando por tus tripas, como nadie te lo ha hecho". Me abrió las piernas y me subió las nalgas. Yo le decía que no, que nunca lo había hecho.
Sentí la dura verga de mi marido en mi vientre, él se dio cuenta que yo intentaba agarrar su pene, me pego un par de palmetazos muy fuerte – quédate quieta maldita ramera … ya te lo voy a dar por el choro … ya sé que quieres que te joda la concha … ya vi que tienes el chocho todo mojado … solo una putita como tú goza por todos lados … te haré bramar ese chochito tuyo … eres mi puta no te olvides − mi vagina estaba en total ebullición, lo único que quería era que él me lo metiera en lo profundo de mi chochito y hacerme acabar con él.
Y que se acerca el otro chavo y entre los dos empiezan a quitarme lo poco que me quedaba de ropa, dejándome totalmente desnuda con mi sostén y mis braguitas en el piso, a mis pies. Mientras el jefe me daba de lengüetazos en los pechos el otro exploraba con sus dedos mi sexo.
Fuimos a una discoteca, nos tomamos unos tragos, bailamos, bueno nos dieron las tres de la madrugada, y mi amigo ya con unos tragos de mas, me dijo que tenia sueño y me pidió favor de ir a dejar a su novia y a la amiga, que el se retiraba a su casa.
Me acerque a ella, aun se percibía el aroma de su sexo y su cuerpo estaba caliente. Cuando me dio aquel beso en el cual claramente pude aún distinguir la esencia de aquel otro macho que había estado entre sus labios.
Fuimos al velorio, después al sepelio, fue ahí donde después de un año volví a ver a mi tía, una mujer de 34 años un poco mas baja que mamá, pero tan deseable como ella, en fin, la depresión de Marina duro casi un mes después del sepelio de doña Mary.
Tenía cuatro manos en mis pechos, la lengua del andaluz entrelazándose con la mía, una verga chocándose con mi braga y mis muslos por detrás, unos dedos jugando en mis entrañas. El andaluz se hizo a un lado sin dejar mi boca ni mis pechos y el alemán pudo bajarme las bragas y meterme su lengua dentro de mí.
Me quedé helada. Le dije, nena, mira, tú sabes que yo soy sola, tu hijo es lindo y yo lo quiero mucho, realmente comencé con él porque me sentía muy sola, yo le gusto y él me gusta y de hecho desde que estoy con él no salgo con más nadie. Te juro que no lo voy a lastimar ni a engañar, no voy a jugar con sus sentimientos, te lo juro.... yo ya no sabía qué decir.
Contemplé sus pezones sonrosados y me abalancé sobre ellos succionándolos con avidez. Ella me acariciaba el pene y sobre todo el glande con suavidad, llevándose la mano a la boca lamiéndolo provocativamente y con ganas mientras se dejaba arrastrar por mis lametones y apretones en sus senos. Bajé la punta de mi lengua por su esternón, su estómago, su ombligo, su coño depilado en una sugerente línea de pelos cortos.
Me levanté del silloncito y me pasé a la cama. Los tomé de las manos a los dos y le dije a Mario: "mi vida, dale un minuto para ajustarse, por favor" Me levanté y fui a servir vino para los tres. Regresé a la cama, les di sus copas. Hubo un momento de silencio pesado, Hilda seguramente estaba pensando que lo había arruinado y que ahí se terminaba todo.
Estaba en penumbra... y Ulises me pidió que esperara afuera... él entró y al salir me dijo que pasara, que él estaría viéndome, que hiciera todo lo que se me pidiera... Yo estaba muy nerviosa y me daba miedo pero Ulises me dijo que después podríamos tener todo el sexo que quisiéramos... así que entré...
Mario, sentado en un silloncito, se abría la bata para enseñarme su hombría dura y brillante y la cerraba de pronto cuando la mucama volteaba y hacía muecas de lo buena que estaba y hacía una mímica detrás de ella como si la estuviera follando…me moría de la risa..
Recuerdas que hace tiempo te hable del puesto que quedaría vacante dentro de poco y te dije que yo lo quería a lo que contestaste que aun no sabías quien sería la persona idónea para esas funciones, pues le platique a Ely que yo estaría dispuesto a cualquier cosa por ese puesto pero que estaba seguro que la única manera de sobornarte sería con una mujer a lo que Ely me dijo que ella estaría dispuesta a seducirte por lo que yo quería.
Tania comenzó a temblar de sólo escuchar todas las salvajadas que Romo el Pervertido le contaba a la indefensa jovencita. De pronto sintió como el desgraciado violador de menores le introducía los dedos por encima de las panties, quiso morderlo, quiso salir corriendo, pero en vez de eso se limitó a cerrar los ojos y así, mientras Bety la Fea vivía sus aventuras en la tele, Romo comenzó a bombear el hasta entonces virgen tesorito vaginal de Tania con sus dedos, clavándoselos mecánica y brutalmente en un violento meteysaca, sonriendo al tiempo que Tania sollozaba, de cuando en cuando Romo lamía las lágrimas que corrían por las mejillas de la niña, disfrutando de ellas como si fueran gotitas de miel.
Así que lo tiré sobre la cama y empecé a desnudarlo, él se dejaba hacer un tanto sorprendido lo dejé totalmente desnudo y entonces me lancé a mamar su verga de manera lasciva... con lujuria, como una puta profesional... empecé a lamer sus huevos, a lamerlos suavemente para después chuparlos despacio... los metía a mi boca alternadamente, jugándolos con mi boca, con mi lengua... lo tenía loco en pocos minutos...
Pero como el Chuy siempre muy atento y amistoso conmigo, pues no había habido interés entre nosotros, hasta que un día las dos de mis amigas que andaba picando este hombre le dijeron que ese tipo de pitos habían sido hechos como para mí. Porque a mí me gustan mas gordas que largas, y especialmente cabezonas.
Me despedí de los niños y me fui hacia la puerta ella me siguió y me abordo ya casi afuera diciéndome que era secreto yo le dije que no habría problema que me encantaba ahh y que le había dejado su postre en el baño encima del deposito de la taza ella sonrió y me dio un beso en la mejilla diciéndome gracias.
Se sentía apretadito por la posición, pero estaba delicioso, al poco empecé a gemir fuerte y dejo de importarme si alguien nos veía... Así que decidí disfrutarlo.... Siguió moviéndose dentro de mi un buen rato... tanto que yo acabe un par de veces más y el disfrutó inmensamente...
Yo sigo besándole el cuello, el pecho, voy bajando hasta el estomago, le paso la lengua. Me arrodillo delante de él y le desabrocho el pantalón. Tomo su verga dura en mis manos. Que grande, nunca había visto una así... Pienso en lo que voy a gozar cuando me la meta.
Ambas sabían exactamente qué hacer y comenzaron a tallar mi verga y mis huevos con las plantas de los pies, como un molinillo, tu pie moreno, delgado nervioso y el suyo blanco, lleno, de dedos pequeños que no alcanzan a rodear mi verga, mientras los tuyos, largos y finos son casi una mano que la acaricia de arriba a abajo.
Es excitante tenerla dentro, meterla y sacarla una y otra vez, mamarla cada vez con mas pasión, tus movimientos me indican que estas disfrutando que te encanta como te mamo y eso me excita cada vez mas, me pides que me ponga de pie, que deseas cogerme, penetrarme entrar en mi...
Como organizados de convenciones, él tiene un toque muy especial para hacer que una se sienta bien (no necesita más que meterme la verga para que yo me sienta bien), pero en este caso, hasta imprimió el menú de nuestra bacanal.
Acompañe a Lidaine a su oficina, me senté al frente de su escritorio y seguí con mis preguntas, por fin contesto: salir a tomarse unas cervezas, conversar conocerse. Eso no tiene nada de anormal, le dije, eso lo hace todo el mundo, eso es una propuesta aburridora; me contentó, veras por algo se empieza…. Y enseguida me interrogó: ¿Qué tipo de propuesta tienes en mente?
Empezó a chuparme las tetas mientras me acariciaba mi coño con su mano. Yo estaba que me moría de placer, entonces cogí su polla y comencé a mamársela. No lo había hecho nunca pero me gustó mucho tener esa verga enorme en mi boca.
Y el mendigo no me avisó que se venia y el primer chorro de leche corrió directo a mi garganta y no pude tomarle sabor la saque y lo seguía masturbando cuando salió un segundo chorro directo a mi boca la cual saboreé un buen rato antes de escupirlo.
No pasaron diez minutos cuando él asomó por la puerta y dijo que llegó para comentarnos que se había excitado mucho en el autobús en el que llegó a la ciudad porque un desconocido creyendo que él dormía le había acariciado la verga y nos mostró como su pantalón mostraba un bulto enorme que se advertía completamente duro.
No pude hacer nada mas que emitir gemidos de protesta, y como pude, apoye mis pies en sus caderas, y empuje, tratando de sacar su herramienta de mi, pero el cabrón me jalo hacia el con fuerza, y me sostuvo mientras sentía que un liquido caliente me llenaba completamente mi vagina.
Abrí casi sin poder creer lo que descubrí: era dulce, quien con una sonrisa me dijo, espero no molestarte, claro que no, le dije yo, sólo vengo por mi bolso, lo dejé en tu cocina, ojalá que aún esté ahí, le dije sonriendo, y ella me respondió con una sonrisa, que si bien no fue del todo espontánea, sí podría calificar sin problema alguno de hermosa.