El marido de Mónica, después de un duro invierno, se permite el lujo de unas vacaciones paradisiacas. Un día enferma y ve que su lugar en la sauna lo ocupan los 6 chicos del equipo de voléibol que juega en la playa.
Estaba excitadísima porque pocas veces me ha besado igual, con la boca abierta y toda su lengua dentro de mi boca..... empezamos a morrearnos cada uno con su pareja, estábamos los cuatro excitadísimos....y muy juntos... yo besando a María y Marcos besando las tetas de Elena; la escena era de película.
Me abrió el mismo chico, que se encontraba en shorts, con una camiseta y unas sandalias. Con su sonriente cara me miró y me hizo señas para que entrara. La casa era como yo me la había imaginado por fuera, con un gran patio central, y muchas habitaciones.
No había pasado ni una hora desde el inicio de nuestra conversación cuando comenzamos a caminar por las instalaciones del club, caminábamos por los alrededores de la playa y me invito a que la acompañase al faro del muelle, allí por lo general nunca hay personas ya que se encuentra cerrado, me dijo que quería ver como estaba el bote de una de sus amigas.
La escena era increíble, ahí estaba tirada yo, con los pechos al aire, a pocos metros de mi novio, con dos tipos metiéndome manos por todos lados, y yo estaba fascinada, tantas caricias y besos me habían puesto muy caliente y lamía de vez en cuando, ya que las caricias ya no solo eran en mis tetas sino que me metían mano entre las piernas.
De pronto, sin cambiar el gesto de su cara, hace un pequeño movimiento con la cintura e introduce la cabeza de su polla en mi conejito, que se abre paso como un cuchillo caliente con mantequilla.
No me ve los ojos por las gafas de sol, pero veo que me recorre con los suyos insistentemente. Intento parecer natural, y sin variar de postura le digo, claro!, ofreciéndole el bote de aceite.
Cuando estuve bien lubricada Carlos me acomodo y comenzó a follarme entraba y salía de mi vagina con fuerza disfrutaba mucho mirando como Nicole era follada al igual que yo y como a Luis Andrea y Laura le mamaban el pene mientras Mónica estaba montada en su cara recibiendo una rica mamada.
Así nos quedamos un ratito pero viendo como Marcos se echó encima de Elena y empezo a follarla besándola como un loco y tocándole las tetas a un metro escaso de mi, yo hice lo mismo con mi mujer y me coloque encima abriéndole de piernas y metiendole toda la polla en su coño.
Luego empezamos con las tonterías en el agua, bueno... empezó ella y me corto el royo de una manera, nos alejamos de la orilla y no teníamos pie, ella se hundió bajo el agua y no la podía ver, de repente note como me bajaban el tanguita del bañador y me rozaban las nalgas.
Era una visión divina, delante de mí, sobre sus piernas musculadas, sus nalgas, dos órbitas perfectas de piel morena, entre ellas se podía ver su ano, abierto de par en par, y debajo, tras unos huevazos inmensos que formaban una esfera oscura, la mano de Marcela deslizándose a lo largo de su columna de brillante azabache.
Una aventura muy caliente en la playa Era una cálida noche de verano, las chicharras canturreaban a lo lejos. Las olas del mar golpeaban contra la playa, con susurros. Era incapaz de dormir, la luna se bañaba en el mar y el aire era claro y limpio; decidí darme un baño, para ver si se […]
Después de pasear por la zona observé que había un señor mayor, de unos 50 años aproximadamente, que estaba tumbado desnudo y le pregunté si podía sentarme a su lado, a lo que accedió.
Un encuentro en una playa nudista con un hombre que se había tumbado junto a él y con la excusa de echarle crema para no quemarse empezaron un juego de masajes y fricciones que fueron caldeando el ambiente.
El primero que perdió fue un chavo y nosotras lo castigaríamos, entonces le dijimos que se bajara los pantalones y nos enseñara el trasero, que por cierto no lo tenia nada mal, entonces el lo hizo entre aplausos y risotadas ejecuto su castigo, y empezamos a jugar de nuevo, entonces la otra chava perdió y pidieron que le besara los senos a mi amiga, mi amiga se saco esos magníficos senos y se los puso en la cara a ella, y la chica empezó a besárselos, les confesare que en ese momento hubiese querido ser yo la que se comía a mi amiga...
En una ocasión mi esposa organizo un paseo a nuestra casa de la playa, invito a dos parejas de amigos y a sus hijos para que la semana fuera agradable para todos, el esposo de una de ellas decidió no ir por lo cual ella fue sola, y el otro quedo en llegar después.
Después de saludarme, Anne me explicó que había tenido que inventar esa excusa para poder verme en su casa ya que su marido nunca salía de casa si no era con ella para cenar a algún restaurante de noche. Mientras me explicaba todo esto cerró la puerta de la caseta y hecho el cerrojo, a continuación empezó quitarme la camisa, arrancando los botones con los dientes mientras que con las manos me acariciaba el torso, su lengua fue bajando por todo el tronco hasta llegar a la zona inferior.
Los seguimos con cautela para que no notaran nuestra presencia y vimos como Luis la recostó con delicadeza sobre la cama, el volteo con sus nalgas hacia arriba, el culo hermoso de mi mujer en todo su tamaño y esplendor pidiendo que se la metieran. Luis se acercó despacio y le puso la estacota sobre las nalgas, fue recorriendo lentamente sobándola con el glande pasando despacio sobre le culito, ese hoyito virgen que mi mujercita nunca me ha querido prestar.
Me acerqué a donde estaban Lety y Abril quienes estaban masturbándose una a la otra, de inmediato Abril me pidió que se la metiera por la vagina y separó sus piernas, comencé a introducirla lentamente en su sexo hasta que entró toda ella gozaba como nunca y esperaba que siguiera cogiéndola con la verga que tenía puesta; de repente, sentí otro pene de látex en mis nalgas y era Zulema quien me dijo que me iba a coger por detrás mientras penetraba a Abril, acepté y esperé a que ella me metiera el pene en mi ano
Mis manos se hicieron hacia atrás para llegar hasta sus redondas nalgas, si quizás le faltara busto, había sido congraciada con mayor trasero, era muy rico estar pasando mis dedos sobre esa superficie redonda y suave. Mis dedos levantaron su minifalda para alcanzar cada uno de sus redondos cachetes posteriores, tomaba cada uno con mis manos y los separaba.
El asintió con la cabeza, así que fui deslizando me hasta encontrar su sexo enfrente mío, no sabía cómo hacerlo así que tuve que pedirle ayuda, pronto tomé práctica y escuchaba sus gemidos muy apagados, como si no quisiese ser escuchado, yo ya no podía más, comencé a sacarme la parte inferior del traje de baño, cuando el me detuvo, simplemente dijo que se lo dejara a él, me recostó en la cama, y se deshizo primero del sujetador, se detuvo un rato jugueteando con mis senos, lo cual me hacía sentir arder por dentro, fue bajando lentamente besándome cada rincón del cuerpo
Yo había visto en determinadas playas lugares reservados a los nudistas. Recordé la Playa del Inglés en Gran Canaria. La zona reservada está compuesta por dunas, con una rala vegetación, a un lado y relativamente lejos de la playa propiamente dicha, por la que pasea gente vestida. La mayoría instala una especie de paravientos, que los oculta de las miradas indiscretas. En alguna ocasión, había visto a alguna pareja, ya de más que mediana edad, que se bañaban completamente desnudos, aparentemente ajenos a la expectación que despertaban entre los "vestidos".
Los aullidos de entre gozo y dolor que emitía Iria eran muy fuertes. Se sentía empalada, pero pronto desapareció todo rastro de dolor. Su esfínter se acostumbró a la verga, por lo que comenzó a disfrutar plenamente. Pero justo en ese momento, Miguel se corrió: no podía aguantar tanta excitación. Iria notó el caliente esperma del chico deslizándose por su ano; queriendo terminar ella también, con una mano se restregó el clítoris y con la otra se pellizcó los pezones. Resultado: la rubita también se corrió.
Un joven conoce a una madurita muy sexy en la playa y dicide que tiene que follarsela. La mujer sacó un bote de crema bronceadora y se empezó a poner por todo el cuerpo empezando por sus perfectas piernas, haciendo un masaje en ellas, luego en sus pechos, vientre, brazos y cara.
Yo esperaba en la toalla haciéndome el dormido y viéndolo todo, ella salió del agua y la noté los pezones muy duros a través del bañador, se tumbó boca abajo y me habló pero no contesté haciéndome el dormido.
Ella se me acercó y comenzamos a besarnos, comencé a acariciar su espalda hasta llegar a sus nalgas, ella se estremeció cuando las sintió y se excitó más cuando mis dedos comenzaron a buscar su culito.
Me había quitado la falda frente al amigo de mi novio, afortunadamente el carro tenía los vidrios polarizados en color espejo, así que nadie podía vernos desde fuera.
Unos colegas salen de marcha con una chica a la que se intentan tirar. Pero las circunstancias hacen que ella termine en la playa con nuestro protagonista.
Un hombre corre a reunirse en el chalet de la playa con su esposa y la hermana de ella. Al llegar se encuentra con un tórrido cuadro en la cama del dormitorio.