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El esposo aprovecha un encuentro con otra pareja para gozar de ver a su esposa cogida por otro

Mi nombre es Marino, ya tengo 56 años y estoy felizmente casado desde hace 30 años con una hermosa mujer, hermosa en todos sentidos y además muy guapa, su nombre es Grace, es una mujer físicamente estupenda a sus 50 años, tenemos 4 hijos y 6 lindos nietos, y hemos llevado una vida feliz y plena. Soy funcionario de una dependencia de gobierno y tenemos una aceptable condición económica.

Mi esposa y yo nos llevamos estupendamente, sobre todo en los últimos años, pero si hubo algunas ocasiones en que nuestro matrimonio se estancó en una cierta etapa de aburrimiento, de que no pasaba nada importante, y no sé qué hubiera pasado si no hubiéramos dado un giro en nuestras relaciones sexuales como a continuación lo explico.

Como todas las parejas el acto sexual se hicieron rutina y se fue adormeciendo el interés mutuo por el mismo, yo comencé a tener relaciones con otras mujeres y eso me hacía sentir mal, yo siempre he querido a mi esposa, ella me gusta, me excita, pero su comportamiento no mostraba interés por el sexo. Un ida lo comentamos y ella entendió mi preocupación y me pidió que yo llevara la iniciativa sobre cómo íbamos a reiniciarnos es las cosas del sexo que tantos bellos momentos nos habían regalado.

A mí se me ocurrió que pudiéramos desarrollar entre nosotros las fantasías de sexo que todas las persona y parejas tienen, y fue así como inicio una nueva y muy activa etapa de nuestras vidas, así fue como nos contábamos nuestros respectivos sueños, como mientras cogíamos nos imaginábamos intercambios de parejas, como imaginábamos historias de sexo con otras personas, con grupos, como a ella la cogían otros hombres y ella participaba con placer.

Como era muy frecuentemente penetrada por el culo, como ella disfrutaba mamando vergas, como siempre buscaba hombres bien parecidos y con enormes vergas que apenas les podía chupar el glande de tan enormes que eran, y que con mucha frecuencia tenía que recibir no solo por su panocha sino también por su culito, en fin fantaseábamos de todo lo imaginablemente sexual, a mí me excitaba tremendamente cuando ella me contaba historias y me decía que yo participaba viendo como se la cogían y yo mismo hacia tríos con sus amantes.

Así fuimos levantando nuestro amor sexual y eso nos sirvió incluso para llevarnos cada día mejor, el jugueteo era constante, teníamos ciertas claves para comunicarnos, y cuando estábamos en reuniones hacíamos juegos de palabras que solo entendíamos nosotros y abiertamente escogíamos parejas entre los presentes para hacer tríos u orgías. En general le sacábamos mucho placer a las fantasías, pero eran solo eso, fantasías, y cuando le decía que deberíamos llevarlas a la realidad, ella siempre me decía que de ninguna manera, que ella me quería mucho y que nunca podría coger con otro hombre ni aceptar que yo lo hiciera con otra mujer.

Se me fue convirtiendo en obsesión el hecho de hacer realidad mis fantasías, pues en verdad me excitaba mucho el solo hecho de imaginarme a Grace cogiendo y disfrutando una cogida con otro hombre, y además tenía que buscar cosas nuevas que nos permitieran seguir con ese entusiasmo por el sexo, ya lo habíamos despertado y teníamos que seguirlo disfrutando.

Grace, a pesar de sus 50 años, que no los aparenta pues se cuida físicamente, hace ejercicio y conserva su línea.

Es una bella mujer de 1.70 m de estatura, morena clara, lindas piernas, pechos de muy buen tamaño un cintura preciosa y lo que me más me gusta de su cuerpo es ese tremendo y femenino culo que tiene, son unas nalgas respingadas preciosas, muy firmes y muy lucidoras, cuando usa pantalones me siento tentado de prohibirle que salga a la calle pues llama mucho la atención, no lo hago porque también despierta en mi un morbo delicioso, y siento excitación cuando veo que los hombres voltean a verla a su paso.

Un día, el menos pensado se presentó la oportunidad de llevar a cabo mis fantasías y ver si ella estaría dispuesta a seguir más adelante como yo se lo pedía.

Resulto que como parte de mi trabajo tuve que atender a un extranjero que vino a mi dependencia a dar ciertas asesorías técnicas y que había aprovechado la ocasión de venir a México para hacer turismo, viniendo el con su esposa.

Ellos venían de España y pasarían aquí 5 días. Él trabajaría dos días con nosotros en las oficinas y el resto se irían a vacacionar a alguna playa.

Nos hicimos amigos desde el principio, nos caímos bien, nos presentamos a nuestras respectivas esposas, salimos a cenar, teníamos gustos muy afines y coincidíamos en conocer muchos lugares de América y Europa.

Luis y Malena, así se llamaban, eran más jóvenes que nosotros como parejas pero en el ambiente que desarrollamos eso no era relevante, eran muy bien parecidos, él en los 48 años y ella 45 años, también muy bien conservados y físicamente muy aceptables.

El fin de semana que se iría de vacaciones a la playa me pidió que los asesorara y les recomendara algún bello y tranquilo lugar para descansar y además que si porque no hacíamos el plan juntos, que nos la pasaríamos muy bien. Lo consulte con Grace y estuvo de acuerdo pues Malena también le había caído muy bien.

Le pedí a un compadre mío una casa de playa muy bonita y a 2 horas de la ciudad, en una playa tranquila y casi privada

Salimos por la mañana del viernes en nuestra camioneta, y las dos horas para llegar se nos hicieron nada con las pláticas y la música. 

Llegamos y los encargados del cuidado de la casa ya habían arreglado todo, bebidas, alimentos etc. Es decir ya no había que hacer nada, solo divertirse.

Inmediatamente al llegar, con el sol todavía esplendoroso sugirieron que nos bañáramos en el mar, pues eran apenas la una de la tarde. Bajamos maletas y nos arreglamos en trajes de baño para bajar a la playa. Nosotros nos tardamos un poco más que ellos pues le pedí a Grace que me modelara la ropa de playa nueva que sabía que había comprado para la ocasión y me sorprendió muy gratamente el ver

Que eran bastante más atrevidos que los que usualmente ella usa. Eran unos bikinis que le quedaban estupendos a mi mujercita y casi parecía que andaba desnuda, es más uno era casi color carne y en ese si aprecia encuerada, pero se le veían divinos, de inmediato sentí una erección mayúscula y casi no termino la exhibición cuando ya nos estábamos abrazando y besando, pero ella me dijo que no teníamos tiempo.

Le pregunte que si en verdad se atrevería a salir a la playa en esa ropa y me dijo

–Recuerda que son Europeos y nada los asusta, ellos de seguro hasta van a playas nudistas.

Fue en ese momento que le pregunte si no andaría alborotándose con Luis y lo quería impresionar mostrándole sus encantos con esa mínima ropa. A lo que me contesto que solo en mentes calenturientas como la mía se pueden imaginar esas cosas.

Finalmente bajamos a la playa y vimos que Luis y Malena jugueteaban ya con las olas, y le dije a Grace que si íbamos pero me pidió primero que quería asolearse un rato antes de mojarse para lo cual se quitó el pareo que la cubría y se recostó en un camastro y me pidió que le untara aceite bronceador.

Me quedé atónito cuando la vi a la luz del sol en aquel mínimo traje de baño, no sé qué sentí, si fueron celos o lujuria, pero fue algo diferente. De solo imaginarme lo que verían la pareja de españoles me ponía nervioso.

Le unte generosamente el aceite en todo su cuerpo y mientras lo hacía, de nuevo me vino otra erección, de plano andaba caliente pero no era el lugar adecuado para iniciar cosas de sexo.

Terminaba de ponerle el aceite cuando escuchamos que regresaban de la playa Luis y Malena.

Hola, que les pasa, porque no se remojan? , Preguntaron.

Es que Grace prefiere asolearse un rato primero, les conteste.

El agua esta deliciosa dijo Malena

En ese momento me di la vuelta hacia ellos y me tomo por sorpresa ver el espectáculo, ella bellísima, con un cuerpo menos voluptuoso que el de Grace pero con muy buenas carnes, unos senos prominentes y en un bikini súper minúsculo tipo tanga con hilo dental. Se veía fabulosa. Vaya competencia de hembras que íbamos a tener ese fin de semana.

Pero si el que me saco de onda fue el traje de baño de Luis, también de hilo dental que lo hacía aparecer casi desnudo por atrás y por delante solo una pequeña bolsita para alojar su paquete, mismo que hacia un buen bulto. Con poco que se le pare a este pensé, se le sale de esa tanga. De inmediato y disimuladamente voltee a ver a Grace y por supuesto su traje parecía habito de monja comparado con los de ellos. Mi mujer puso una cara de sorpresa que el dejo muda de momento, pero reponiéndonos rápidamente les dije que estaban muy guapos y bien vestidos, a lo que ellos soltaron la carcajada.

Pues Grace no se ve tan mal me dijo Luis, se ve guapísima con ese conjunto, tu eres el que te veo muy conservador, si quieres te presto un traje nuevo que traigo extra y de seguro te quedara bien me dijo viendo mi traje tipo pantalón corto.

Si ándale Marino póntelo me dijo mi esposa sonriéndome burlonamente a lo que Malena la secundo y me dijo voy y te lo traigo. Se fue por el traje regresando con él en casi de inmediato. Ten póntelo… dijo. Si quieres aquí mismo, mira escóndete allá en esa esquina y listo.

No muy convencido me retire y me puse la tanga, me sentía raro con ese tipo de ropa y sobre todo sin traer nada por atrás. Para nada se me veía el bulto que se le veía a Luis pero pues ni hablar pensé, aunque pequeño, mi bultito funciona a las mil maravillas y el de Luis a lo mejor ni se le para, pensé.

Me reuní con ellos y Malena fue la primera en echarme flores

Oye que bien te ves, pareces del mediterráneo.

Grace se sonrío y me lanzo una picara mirada significativa como diciendo ya tienes otra admiradora.

Luis entro en la casa y Malena se tumbó en un camastro y me pidió que le untara aceite, yo voltee hacia Grace como pidiendo autorización y otra vez esa mirada picarona. Cogí la botella de aceite y le unte a Malena por la espalda y me pidió que también muslos y volteándose le unte asimismo por el frente del cuerpo. Grace estuvo observándome atentamente a través de sus lentes de sol.

Nos asoleamos un rato y luego Malena nos invitó a la playa, Luis todavía no regresaba de la casa.

Nos fuimos los tres a la playa y jugueteamos un rato brincamos en las olas y la pasamos muy rico, en ocasiones el agua les movía el traje de baño a las damas y enseñaban los senos, pero la playa efectivamente estaba sola y yo también solo con estas dos estupendas mujeres, me sentía alborotado y la verga siempre estaba en semi erección.

Seguimos jugando y Grace me dijo que se iba a descansar un rato al sol, Malena se quiso quedar y me pidió que la acompañara. Vi que mi esposa contoneándose alejándose de la playa y al mismo tiempo vi a lo lejos que Luis salía de la casa, pero algo a la distancia se me hacía extraño, parecía que estaba desnudo.

Seguimos brincando en el agua por un buen rato más y ocasionalmente volteaba hacia los camastros y veía a Luis sentado en el camastro donde Grace estaba recostado, me parecía que le untaba aceite bronceador en el cuerpo y ni modo de encelarme, yo también le había puesto aceite a su esposa.

Un rato después nos salimos del agua y nos dirigimos a la casa, y allí empezó mi inquietud pues en los camastros no se veía a nadie, así le dije a Malena tratando de aparecer normal y ella me dijo que a lo mejor se andaban sirviendo una copa.

Llegamos a los camastros y Malena me pidió que la secara y le untara aceite. Yo quería entrar a la casa y ver que hacia Grace y Luis, pero Malena me retenía con uno y otro pretexto, En ese momento aparecen Grace y Luis viniendo de la casa muy platicador él, y ella medio nerviosa, no era para menos, pues Luis estaba completamente desnudo con su verga al aire y aunque semidormida de enormes proporciones.

Yo vi a Grace y ella se reía nerviosa. Mira me dijo acercándose a mí, como andan los europeos en las playas. Te juro que he tratado de no darle importancia y me he comportado muy natural pero la verdad me tiene nerviosa y me da miedo esa cosota tan grande, me gusta más la tuya, más manualita.

Me pidió que lo acompañara a servirnos unas copas, no vayas a pensar más. Mira voltea para atrás me dijo. Malena se había también quitado el traje de baño y ya los dos estaban desnudos.

Marino, convence a Grace que se quite el traje de baño me dijo Luis, yo lo intente pero no pude convencerla, se le va a marcar en el cuerpo con el sol, y tú también quítate la tanga.

De pronto Malena se levantó del camastro y se acercó a mí riéndose, ándale me dijo no seas tímido y me jalo la tanga hacia abajo dejándome también desnudo.

Todos rieron y a mí no me quedo más que también reírme. Solo que daba Grace con ropa y ahora fueron los dos los que la rodearon jugando y forcejeando para quitarle el bikini, pero Grace se defendía muy bien, así que decidí intervenir, pero para ayudarles y entre los tres le bajamos el calzón y Malena le jalo el brasier y listo. Todos estábamos desnudos.

La cosa era tomarlo como cosa natural pero al menos nosotros nos sentíamos turbados, así que grite ¡vámonos al agua ¡y tome de la mano a Grace y me la lleve a las olas, más que todo para pasar el bochorno de estar sin ropa delante de otras gentes.

Poco a poco nos fuimos acostumbrando a estar así, ya al rato que nos salimos de bañarnos lo tomábamos más natural.

Nos recostamos en los camastros, Malena y Grace formaban una estupenda pareja de hembras, tremendos culos y tetas que lucían ambas, y me parecía que Grace al caminar se contoneaba de una forma que no había yo notado antes, me estaría coqueteando o a Luis? Eso se sabría más tarde como les contare.

Se levantaron ellas a traer bebidas y botanas. Luis aprovecho para decirme, oye que preciosa mujer que tienes eh? Y ese culo de diosa esta antojable. Yo reí nervioso y le correspondí. Pero sí que pero le pones a Malena, le dije

Te gusta? Me pregunto

Pues la mera verdad sí

Intercambiamos? Me dijo

De pronto vi la posibilidad de llevar a cabo mis fantasías y casi sin pensarlo le dije que me encantaría, pero solo que ellas den su aprobación.

Por parte de Malena te aseguro que sí, pero a Grace tendrías tú que convencerla o me dejas a mí hacerlo?

Dude un rato y le dije. Ok tú inténtalo y yo ayudare si es necesario, pero con una condición:

La condición es que ellas estén de acuerdo de que disfrutemos nuestras respectivas compañías y que después no queden complejos de culpa le dije.

Me parece bien me contesto Luis, y sugiero que yo le pida a Malena que ella inicie todo para que Grace oponga menos resistencia y se vaya sintiendo más en confianza.

Una vez hecho los acuerdos nos dirigimos al interior de la casa buscar a nuestras esposas y comenzar nuestros planes. Yo iba temeroso de que mi mujer se opusiera completamente, hasta allí todo iba bien, ella ya había estado de acuerdo en andar desnuda y decía que se imaginaba andábamos en un campo nudista y como los europeos no aparentaban morbo pues más o menos lo acepto de buena gana.

Al entrar escuchamos risas femeninas, estaban tomando unas tequilas y ya más relajadas platicaban de la situación, de los trajes de baño y de nuestra resistencia a andar como, ellos desnudos, todo iba bien pensé yo.

Luis se acerca a su esposa y el abrazo por atrás pegando las nalgas de ella a su enorme aparato, yo me sentía un poco acomplejado por la enorme diferencia en el tamaño. Yo también me acerque a Grace y la abrace y bese cálidamente, ella me correspondió más apasionada, la sentí un poco tensa, me abrazo y pegamos nuestros cuerpos, de inmediato sentí la respuesta de mi verga y comenzó a parárseme, me sentía caliente y con la cabeza que me daba vueltas solo de pensar en lo que enseguida vendría.

Porque no bailamos? dijo Malena dirigiéndose al aparato de música y colocando un cd de música sensual.

Grace me jalo y me abrazo para bailar, pero Malena vino y nos separó y me pidió que si bailaba con ella y le permitía a mi esposa bailar con Luis. No me quedo de otra y dije que como ella quisiera. Ella vacila un poco pero al ver mi mirada de asentimiento, se acercó me dio un tierno beso en los labios y me susurro al oído.

Esto ha de ser idea tuya, lo haré solo por ti, pero solo será el baile, ni creas que voy a tener nada que ver con esa verga enorme. Yo sonreí, le di un beso también y con una nalgadita la envíe a los brazos de su verdugo. Sentí deseos de detenerla solo de imaginarme lo que la lastimaría esa enorme tranca si acaso se la metían, pero pudo más mi calentura y deje correr el asunto

Al empezar a bailar Malena se apretó a mi cuerpo y me abrazo con fuerza, sentía yo pasión en ese abrazo y muchos mensajes y promesas, sabía que esa tarde sería inolvidable. No me podía olvidar de mi mujercita en brazos de aquel verdugo o vergudo, ella veía yo que se defendía un poco, paraba hacia atrás su culito para no apretarse tanto a la trozote de carne que le estaba repegando de frente. Malena y yo estábamos de la misma estatura pero Luis era más alto que Grace, por tanto mi verga quedaba exacta en la panochita de Malena, no así la de Luis que se topaba a la altura del ombligo de mi esposa se doblaba hacia arriba y así allí se frotaba.

Bailamos un rato platicando, luego Malena y yo nos empezamos a besar y nos olvidamos de la otra pareja. Malena me arrastro poco a poco a una de las recamaras y perdí de vista a mi esposa yo estaba muy caliente y no pensé más, me deje llevar ya por la pasión y por lo que Malena quisiera. Nos acostamos en la cama y Malena se me puso en un 69 y comenzamos a mamarnos los órganos, su panocha estaba muy húmeda, le salía su liquido delicioso sabor agridulce, y con mi saliva le pasaba con suavidad desde su rajada hasta su culito bien cerrado y limpio, así estuvimos devorándonos, En varias ocasiones tuve que sacar mi verga de la boca de ella pues sentía que me venía y quería prolongar más el placer.

Me levante y me le acomode por atrás, metiéndole la verga en su panochita lubricada mientras con mi dedo índice le picaba su culito, la estuve bombeando despacio y me dijo que se iba a venir. Aumente el ritmo del bombeo y ambos tuvimos nuestro primer orgasmo de ese día. Nos acostamos abrazados y besándonos intensamente, desconectados del mundo, olvidados de todo, solo disfrutando el momento.

Poco a poco fuimos cobrando conciencia y voltee hacia la puerta. No te preocupes me dijo Malena, ella estará bien, Luis es muy tierno, seguro la hará gozar, déjalos. Yo escuchaba un murmullo que llegaba de la sala y que se confundía con la música. Voy a ver le dije. Ella me cogió del brazo y me miro intensamente y me dijo, déjalos, no los interrumpas, te conviene que ella también goce, si no, si ahorita la separas, ella te reclamara que culiaste conmigo, necesitas que las cosas sean parejas, déjasela a Luis, en la convencerá, ya lo he visto hacerlo con otras menos hermosas y buenas que tu mujer, además ella también tiene derecho a gozar no?

Sus palabras me hicieron vacilar y le dije que estaba bien, pero que yo también gozaría si pudiera ver discretamente. Buenos me dijo Malena vamos pues pero no hagamos ruido.

Nos levantamos de la cama desnudos y caminado cogidos de la mano nos paramos en la puerta sin que ellos nos vieran. Ellos ya no estaban bailando, ella estaba sentada en un sillón y el parado frente a ella inclinado como diciéndole algo en el oído. Ella aprecia escucharlo atenta, con los ojos muy abiertos se veía un poco nerviosa. Él le puso tiernamente los labios en su boca y ella lo rechazo pero no bruscamente, parecía que ya estaban en el final de la batalla, parecía que Luis ya sería el vencedor. Dos intentos más y ya me esposa acepto el beso, corto pero tierno, seguido de otro beso más firme y largo.

Luis se hinco frente a ella sentada y ya la abrazo y la beso intensamente, Grace respondió apasionada a ese largo beso, yo sentí un arranque de celos y estuve a punto de lanzarme pero Malena adivino me cogió del brazo con una mirada de que me tranquilizara.

El idilio siguió por un buen rato. Luis empezó a besarle los pezones de las hermosas tetas de mi mujercita y ella con los ojos cerrados y su cabeza echada hacia atrás aceptaba todas las caricias que la estaban llevando a un estado de excitación que para mí era nuevo, no recordaba haberle visto esa cara de gozo y placer.

Él le levanto desde los muslos las dos piernas y las puso sobre el descansabrazos del sillón y toda la jugosa y brillante panocha de mi mujer, esa panocha que tanto placer le había dado a mi boca y a mi verga por tantísimos años, ahora estaba indefensa ante un extraño, y colaborando con placer en ese ilegitimo acto de placer, Y yo, el dueño legal de ese hermoso cuerpo luchando entre la lujuria por mis fantasías de verla cogiendo con otro hombre y los celos que me corroían. Malena se daba cuenta de eso y me abrazaba y besaba para distraerme.

Luis bajo la cabeza hasta la rajada de Grace y con su habilidosa y experimentada lengua comenzó a subir desde el culito virgen de mi esposa hasta abarcar toda la hinchada y roja rajada de ella que aprecia que le crecía desde adentro por lo excitada que estaba. De pronto ella le levanto la cabeza y lo beso furiosamente en los labios, abrazándolo con frenesí y diciéndole.

Culeame!, méteme esa vergota de animal que tienes! ya no aguanto más. Luis se paró, la tomo en los brazos y la llevo a la otra recamara. Nosotros los seguimos, yo tenía la verga de nuevo dura y bien parada. Malena me abrazaba también excitada por lo que vimos.

Los seguimos con cautela para que no notaran nuestra presencia y vimos como Luis la recostó con delicadeza sobre la cama, el volteo con sus nalgas hacia arriba, el culo hermoso de mi mujer en todo su tamaño y esplendor pidiendo que se la metieran. Luis se acercó despacio y le puso la estacota sobre las nalgas, fue recorriendo lentamente sobándola con el glande pasando despacio sobre le culito, ese hoyito virgen que mi mujercita nunca me ha querido prestar.

La verga de Luis siguió de frente y llego a la crecida panocha de Grace, coloco el glande en la entrada de su rajada y comenzó a hundirse en el interior de mi mujer, al llegar a la mitad de la estaca dentro de la panocha, mi mujercita trato de defenderse y estiro una mano hacia atrás como tratando de impedir aquella invasión monstruosa pero el firme y decidido pero con delicadeza siguió entrando sin detenerse para nada, ella abrió los ojos y la boca y escuche un gemido de dolor mezclado con placer en el momento en que Luis entro totalmente en ella acomodando aquel largo y grueso garrote en la panochita de mi mujer que acostumbrada a mi verga, sintió que la estaban desvirgando en ese momento.

Luis comenzó entonces un frenético meter y sacar la verga de esa panocha y yo deseaba gritarle para al menos decirle que no se viniera dentro de ella, pero todo fue tarde, comenzaron los espasmos de ambos, los dos se vinieron simultáneamente durante largo raro con unos grititos de placer y lujuria que nos provocaron más deseos y sin pensarlo más nos echamos también a la cama con ellos y Malena y yo comenzamos de nuevo a culiar con total desenfreno mientras Luis y mi mujer se recostaban completamente idos sin darle importancia a nuestra llegada.

Fue una locura aquello. Tuvieron que pasar como 30 minutos para que empezáramos a levantarnos.

Mi mujer fue la primera y se me lanzo a los brazos pidiéndome perdón por lo que había hecho. Yo la consolé y le dije que no había nada que perdonar que si acaso yo había disfrutado tanto como ella.

Luis y Malena abrazados dormitando ni le dieron importancia al asunto

Y apenas era la tarde del primer día.

Ya había cumplido mi fantasía y habría mucho más, luego se los cuento…

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