Últimos relatos eróticos:

El Don Juan

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Lo sentí muy estrecho, y ella disfrutaba, aunque fuese su primera vez. Era una explosión de su morbo. No dejaba de toquetearse el clítoris. Cuando la saqué salió semen con algo de agua y restos.

En los vestuarios

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Yo esperaba que siguiéramos y ella me empujó suavemente para quedar tumbado sobre el banco y dijo... ahora yo, te follaré a ti, y de un solo golpe se montó en mi palo y comenzó a moverse y a cimbrear de manera espectacular, apretaba mi verga con fuerza en su interior y su calor era más de lo que podía soportar.

Venancio el viejo tendero III

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Anda se bueno, abre la boca y hazme una mamada, que estoy que reviento. Justo cuando estaba tragando aquella verga, se abrió la puerta, y aunque esta no pudo abrirse de todo, el que quería entrar, pudo ver perfectamente en qué situación nos encontrábamos el viejo tendero y yo.

Memorias de un señorito andaluz

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Y mientras seguía diciéndole obscenidades, que le ponían como un jamelgo, noté como su lengua repasaba la entrada de mi culo y como apoyaba el glande en mi esfínter esperando la orden de ataque. Me eché un poco hacía atrás, como una gatita en celo para que los primeros centímetros inauguraran aquel pasadizo del pecado.

En el colectivo

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Tras unos minutos en que la seguía masturbando bajo el cierre de mi pantalón y comenzó a acariciarme frenéticamente mi verga, yo estaba a punto de estallar, comencé a bajarle suavemente la calza mientras ella se retorcía de placer me pidió que la penetrara ahí mismo, y abriendo sus piernas acerco la cabeza de mi pene a su concha.

El tío I

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Esto no es lo interesante del asunto, pues un día tal vez por remordimientos de conciencia, o por la confianza que hay entre nosotros, Zahra me confesó diciendo, lo que a partir de este momento empezare a narrar, tal y como ella lo vivió.

El reencuentro

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Estaba tan caliente que me comía la polla de Paco, esta rápidamente se puso a tono, entonces hizo que su hijo se echase en la cama y yo montara en su polla, el por su parte puso saliva en mi ano y comenzó a empalarme por detrás. Era la primera vez que lo hacia conmigo pues en Ibiza nunca lo había hecho.

Venancio el viejo tendero II

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Nada más entrar cerró la puerta de la tienda, y agarrado a mi espalda, me abrazó por detrás y sobándome el culo a la vez que me arrimaba su paquete, me susurraba al oído, esta noche no vas poder dormir por el placer que te voy dar. Te voy dejar preñado y el culito repleto de leche. Hoy vas a ser mi princesita, y tu papi te va hacer gozar como nunca.

Amor platónico

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Pocos días después Carlos me llamo al despacho para interesarse por mí, como estaba el coche y cosas por el estilo, ya me despedía, pues estaba atareada, cuando me pidió para salir a cenar, primero le dije que no, que estaba casada y que no solía salir con desconocidos. Carlos insistió con mil argucias, así que finalmente accedí a ir a cenar con él al día siguiente.

Como una madre con su hijo

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La cantárida nos desinhibió totalmente a ambos, pero especialmente a mí, que me porte obscenamente cuando su lengua iba y venia como un pincel, por mis labios mayores. Mientras que yo me acariciaba los pechos y tiraba sin saber que hacia, presa de la lujuria más frenética de mis pezones.

La visita de mi sobrino

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Nosotros acostumbrados a estar solos nos paseamos desnudos por la casa, y como hemos contado antes incluso cuando esta la sirvienta o criada, y es habitual en nosotros que de repente tengamos relaciones en cualquier parte de la casa, ambos gozamos a plenitud el sexo, además de la excelente comunicación que tenemos.

Encuentros inmobiliarios

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En ese momento estás con la polla tan tiesa y el coño tan húmedo que nos da igual a ambos. Que queréis que os diga. Un sueño, aquello es como un sueño. Yo que nunca me había acostado con otra mujer que no fuera la mía, estoy con dos!

Tomando café con Eva… y el postre

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Llegó el momento y me presenté puntual en su casa, salió a abrirme ella y nada mas verla, ya sentí como un impulso me recorría el espinazo, llevaba puestos unos minipantalones de pijama(que me dejaban adivinar sus braguitas) y una camiseta de tirantes sin sujetador, pero tuve que calmarme porque su familia estaba en casa.

Con las hermanas

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Terminando de darle esa mamada a Elena tomo a Mónica de la mano y la pongo de frente mío y la empiezo a penetrar mi calentura era tal que no creía lo que me estaba pasando, seguía cogiendo a Mónica y Elena nos lamia los sexos a Mónica y a mi.

La máxima expresión del placer

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Poco a poco nos fuimos desnudando y una vez en la cama le recorrí todo su cuerpo con mi lengua, primero me detuve en sus pezones hasta que se pusieron firmes, luego en su vulva jugosa, chupándola y observando como se retorcía de placer.

La lección

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Tenía un tatuaje en uno de sus grandes senos- que por cierto no llevan silicona- ; el culo es pura pornografía. Coincidimos en que nuestros cabellos son largos y rubios. Y en cuanto a Juan , que todos los días va a un gimnasio, la tenía dura como siempre.

Teléfono erótico VI

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Pero no entendía por qué, su estado de embriaguez provocaba que no pudiera evitar entusiasmarse con la idea, porque en el fondo siempre lo había deseado, y, el colocón la hacía lo suficientemente atrevida como para plantearse seriamente hacerlo delante de esos hombres.

Venancio el viejo tendero I

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Como veía que no le decía nada y me había quedado quieto, el viejo se iba animando, y ahora me estaba bajando poco a poco el pantalón del chándal. Primero me sacó los huevos y a la vez que me los agarraba, con la otra mano me iba bajando por detrás, para que me quedara el culo al aire.

Fantasía de mujer

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La habitación era amplia, limpia y decorada en estilo sencillo, un amplio balcón entreabierto permitía divisar una pequeña laguna en la que la luna y las estrellas se reflejaban con una claridad que más parecía que flotaran sobre el agua, el viento había dispersado la tormenta y ya no llovía, el frescor de la noche y el olor a tierra empapada se colaba por la puerta del balcón.

El espejo

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Tome una guagua (autobús) y llegue a su barrio y a su portal, luego le toque en el interfono y me dijo que esperara que el bajaba, me extraño pero lo acepte, así lo hice en pocos momentos él bajo dándome un beso en los labios muy suavemente, y agarrándome de la mano me entro en el bloque, subimos por el ascensor y cuando le miro la mano le veo una especie de tela negra, lo miro interrogante y él me sonríe, cogiéndola con las dos manos y llevándolas hacia mi.

Teléfono erótico V

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Lo había percibido en ella casi desde el principio, por eso su comportamiento había sido cuidadosamente misterioso, con clase y detenidamente estudiado, la inteligencia sería su mejor arma si estaba en lo cierto acerca de lo que intuía de ella, y estaba en lo cierto, los acontecimientos de ultima ahora se lo habían confirmado.

Mi inteligente y madura y joven Sonia

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Me lancé sobre su cuello y lo comencé a besar. Le acariciaba las tetas y le acabé dando un buen beso hasta meterle la lengua en la garganta. Ja ja ja, tendría que irse acostumbrando a tener otras cosas ahí dentro… La desnudé levemente los pechos, lo suficiente para chupárselos. Ya se le estaban poniendo duros.

Teléfono erótico IV

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Se puso de pie y sus senos comenzaron a encogerse con el viento; caminó despacio hacia la orilla, con toda la naturalidad de la que fue capaz, y se metió en el agua. No pudo hacerlo de golpe, estaba demasiado fría, aunque quería hacerlo lo antes posible dado que sabía tener clavados muchos ojos.

Me vuelven romper el culo en el parque de Santa Cruz

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Me había cogido en sus brazos, y había terminado por meterme toda aquella polla dentro de mi culito. Y luego ver como miraban aquellos 2 jovencitos con aquella cara de asombro y lujuria, al ver como me daba por el culo aquella tremenda polla, que no me extraña que no pudieran aguantar las ganas de volver a pajearse.

Descubriendo a mi esposa infiel

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Liza tiene 27 años, es blanca con cabello castaño un poco debajo de los hombros, delgada, tiene una cintura muy estrecha, lo que hace lucir mucho sus nalgas que tienen buen tamaño, incluso alguien dijo alguna vez que estarían ligeramente grandes en relación al resto de su cuerpo.