Con dificultad nos movíamos, pero yo podía sentir claramente ambas vergas moviéndose húmedas dentro de mí. Xavier que estaba debajo de mi, me besaba en la boca pasando su lengua por mi cara y chupando mis labios, mientras Iván metía su lengua por mi oreja y cuando volteaba a mirarlo también metía su lengua en mi boca.
Los chorros de cera se fueron acumulando en las nalgas, al espalda, el cuello e incluso los testículos de mi primo, haciendo que este gimotease de placer y dolor, hasta que justo antes de que la vela se consumiese, mi padrastro extrajo el consolador del ano de Kosuke y vertió en su interior una buena cantidad de cera que se deslizó por su recto como si de semen hirviente se tratase.
Fue así como por la tarde, llegué a una granja que quedaba alejada de las demás y en la que vivían dos granjeros como de 35 años cada uno, y los vi que estaban con un toro que era el semental, y que estaban tratando de ayudarlo a montarse en una vaca, pero de cartón y me causó tal curiosidad, que les pregunté que hacían.
Aun así, estaba un poco desconcertada, abrió el cajón de la mesita de noche y sacó una pluma, me dio un medio ataque de risa cuando la vi, le pregunté que para que era y él me hizo un gesto de silencio.
Se trata de una temática no encontrada en internet. Soy un chico joven al que sólo le interesa el sexo oral con ingestión de fluido incluido, para lo cual somete a una mujer como esclava a satisfacerlo diariamente con dicho procedimiento.
Luego me cargaron a mi habitación, me arroparon y se fueron. La verdad había quedado excitada por la culeada, pero no había sido suficiente para mí, así que me metí en el coño el mango de mi cepillo de cabello para calmar mi excitación.
Para sorpresa de Jazmín y mía se la saco y dijo que sé tenia que ir porque se le había hecho muy tarde, ella le rogó que le acabara adentro y que luego se fuera, el tomo su ropa y le contesto que la única forma que se quedaba un rato mas es si le dejaba darle por la cola.
Me explicó que la única forma de controlarme es cuando estuviésemos juntos, a escasos metros, por lo cual ya nunca se separaría de mí, por mucho que yo protestase; ya podía ir olvidándome de todo, de mi novia, de mi familia, de mis estudios, de mi vida, y que a partir de ese día solo viviría por servirla, adorarla y darle placer.
Mientras tanto Carla, que no había quitado la mano de mi sexo, comenzó a moverla lentamente con movimientos circulares, al tiempo que sonreía y me derretía con sus ojos celestes.
Tiré de su bañador hacia abajo, para sacar su estaca, cuando la tuve ante mis ojos me la acerqué a la boca y empecé a chuparle la punta, a mordisquearla, hasta metérmela en lo más profundo de mi garganta, Ana seguía comiéndome el coño y el ano, mmm estaba muy, muy caliente, tardé segundos en correrme en la boca de mi amiga, la cual saboreó hasta la última gota.
Me di una ducha antes de vestirme y mientras lo hacía recordaba que hace tiempo que estaba dedicada a mi trabajo por completo y no daba tiempo a mi vida personal, tal es así que hace tiempo que no tenía un novio y el agua tibia que caía en mi cuerpo, me hacia fantasear que tenia un hombre guapo y fuerte acariciándome con sus manos.
Jorge, no perdió el tiempo en desnudarme, casi me arrancaba la ropa, me besaba y me chupaba las tetas como solo él sabía hacerlo, me acariciaba las caderas mientras deslizaba sus manos hacia mi culo, para apretármelo con fuerza.
Tanto yo como él, habíamos caminado libremente hacia el encuentro final y si bien yo fui muy explícita, en algunos momentos, consideraba que había obedecido a mi condición de mujer enamorada.
En cuanto todas estuvieron en sus lugares hizo su entrada el señor Takechi Kayoe, todas las chicas se quedaron sorprendidas al ver a ese hombre, alto y extremadamente corpulento, tanto que a más de una le vino a la mente la imagen de un luchador de Sumo.
Una vez que estuvieron todos desnudos y con los ojos vendados empezó el juego, Susana agarró a Toñi y la obligó a ponerse de rodillas delante de la polla de Fernando, Toñi se tragó su polla y empezó a chupar sin ninguna pasión, se limitaba a comprobar el tamaño de aquella polla.
La vertió en un cuenco y la puso levemente encima de una de las velas de una palmatoria para que se derritiera, unto sus dedos en la grasa y se la dio a lamer y a oler al perro y después me la unto por los pies y subió untándomela por las piernas hasta el sexo y el ano.
Puse mis piernas a la altura de su cabeza quedando mi culo casi encima de su cara y el otro que estaba fuera de la cama, me ayudo a inclinarme hasta la altura de la verga del que estaba debajo mío, y su verga quedó al alcance de mi boca.
Al momento de estar allí dentro estábamos de nuevo besándonos y mordiéndonos nuestras lenguas y yo no pude evitar hacer algo con lo que había soñado tantas veces poner mis manos sobre aquellas dos nalgas que estaban esa noche bajo una faldita no demasiado corta pero bastante ancha sin dejar de besarnos mis manos entraron por debajo de su falda y se posaron de nuevo en su culo apretándola contra mí y haciéndola sentir mi paquete que se había puesto muy duro.
Cuando estuve bien lubricada Carlos me acomodo y comenzó a follarme entraba y salía de mi vagina con fuerza disfrutaba mucho mirando como Nicole era follada al igual que yo y como a Luis Andrea y Laura le mamaban el pene mientras Mónica estaba montada en su cara recibiendo una rica mamada.
Vivía en el casco antiguo de la ciudad, en un viejo piso reformado, de techos muy altos y exquisita decoración, todo muy ordenado y limpio, me invitó a entrar a su despacho, donde tenía ciento y un trastos, revistas de informática y su herramienta de trabajo, un Pc.
Cada roce de sus hinchados pezones transmite a mi cerebro millones de estímulos que se agolpan en mi cerebro, llevándome a besarla y abrazarla con mayor intensidad, casi cortando su respiración.
Mi sexo se abría generoso a las caricias de la cabeza de su pene y mi deseo se me escapaba de control, aunque yo quisiera prolongar la tensión infernal de este momento de deseo desencadenado, hasta que no pude evitarlo.
Ella, en un primer momento, estuvo a punto de rechazar la oferta del viaje, dárselo a alguna amiga pero, como no, su viejo amigo Jake, un emigrante escocés, le ofreció la posibilidad de ir.
Sin hacerme de rogar, saqué la lengua y empecé a lamer aquella húmeda raja de abajo a arriba, incluso alguna que otra vez llegando al agujero de su culo que también lamía, provocando que la chica lanzara profundos gritos de gusto.
El que tenia la verga enorme se arrodilló a la altura de mi cara y tomándome de la nuca me llevó hacia su tranca, y empecé a chupársela con ganas, ya que quería retribuir las sensaciones que me estaban dando estos tres machos, chupándome literalmente todo mi cuerpo.
Estaba como siempre. Era una chica un poco alta, debía hacer un 1,75 m más o menos. No era delgada, mas bien algo rellenita, aunque su cuerpo conservaba todas sus curvas. Llevaba como siempre unos pantalones ajustadísimos y un top también ajustado, de donde sobresalían sus dos grandes pechos. Llevaba una melena larguísima morena.
Seguía mamando, esta vez con mas fuerza y la piel que cubría su pene se retiraba hacia atrás dejando el glande libre, que chupé como si se tratará de una ciruela grande. Sebastián aullaba de placer y mientras yo rodeaba con mi boca el grosor de su pene, él eyaculó inundando mi boca, me tragué su leche, pero era tanta que lo que no pude tragar empezó a resbalar por la comisura de mis labios.
Su bulto estaba allí a cincuenta centímetros de mis ojos. la tela del slip parecía estar tensada al máximo, entonces con movimientos casi automáticos de mis manos, deslice la prenda para liberar el tesoro que la noche anterior había tenido entre mis nalgas.
Yo observaba como mi tía le labia la concha a mi prima, se la labia como se fuese un helado delicioso yo al no aguantar mas me decidí a masturbadme, después de un rato decidí entrar y poder follar alas dos pero no me atrevía fue tanto mi excitación que valiéndome lo que fuera decidí entrar
Me quedo un rato observando esa deseada zona humedecida. Acerco mi rostro como para observar mejor, la miro a los ojos y le sonrío- No solo se ve lindo, también huele muy rico. Me mira un poco desconcertada, incomoda pero sigo sin moverme de allí, hablándole, relajándola.
Llegó la noche y vino el problema de donde podría dormir ella y le dije que si no le molestaba podríamos echarnos los dos en mi cama ya que ésta era muy grande, prometiéndole que no intentaría nada.