Este es el segundo encuentro que tuve con mi sobrina, unos meses después de haber ocurrido lo anterior descrito, ya que había pasado eso entre mi sobrina y yo, me asustaba la idea de que ella le dijera a mi hermana, pero pasaron las semanas, dos para ser exactos, y no ocurría nada pensé que lo que había ocurrido era pasajero
Al verme frente a ella, su frente se crispo, pues viéndome la cara ya no podía engañarse a sí misma diciéndose que quien estaba haciéndole algo tan sucio era un desconocido.
El difícil acceso, había hecho que tu negativa fuera repetidamente la respuesta, pero ese día no pudiste negarme el deseo de salir y escapar un poco de la rutina, vestida con una playera sin mangas, un vaquero a la rodilla y una camisa de vaquero sobre el top, me subí a tu coche, sabía que ibas un poco inconforme, pero pensaba que el paisaje sería la recompensa a tu desanimo.
Mi marido me llevó a ponerle los cuernos y me gustó. En la cama con mi marido, él suele calentarse si yo le digo que algún hombre me estuvo mirando o me insinuó algo, aunque todo esto era, en su momento, sólo una fantasía para excitarlo.
Ocurrió en los meses de verano cuando tenía dieciocho años, comenzó a darme fiebres, estirar los huesos y aflorar pelo negro en mis axilas y mi pubis, pero lo sorprendente fue el pene, de unos doce centímetros paso a casi veinte, estaba súper sensible y emanaba un peculiar e intenso olor de su capullo.
Ella es la típica morena pequeñita y delgada pero bien proporcionada capaz de hacer perder la cabeza a cualquiera y a la que mirarías con lujuria siempre y cuando no fuese tu prima, que es exactamente lo que es para mí.
Este relato es verídico ya que me sucedió hace poco tiempo, alquilé una casa para vivir solo ya que hace desde los 15 años que vivo solo, resulta que la mujer que me alquilo la casa vive adelante es casada y tiene dos hijas una casada, y la otra juntada con un pibe de 20 años y ella tiene como 40 pero se conserva bastante bien mide más o menos 1,60 cm muy buenos pechos, su cabello es rubio y su color de piel es bronceado por tanta cama solar que toma.
Nuestra barra de amigos es muy reducida: Ricardo, Gustavo, Hugo y yo. Ese día se casaba Hugo (el primero casado de los cuatro). Una vez terminada la fiesta de casamiento y casi al alba, nos dirigimos Ricardo, Gustavo , su novia Marcela y yo a la casona que Gustavo heredara de su tía, y en la que convivía desde hace tiempo con su novia.
Salí a buscarla, pero me quedé petrificado cuando vi que un pasillo contiguo a los sanitarios de hombres, estaba el ingeniero y mi Beatriz. Ella tenía las tetas de fuera y el ingeniero se las mamaba y acariciaba, mientras Beatriz le agarraba su tremendo pene, acariciándole de arriba abajo.