Me saqué la verga y la puse a mamar a mi mujer, le cogía la cabeza y la hacía subir y bajar su boca por mi tranca, el tipo se masturbaba más, le indiqué que se sentara en la fila nuestra a una butaca de distancia y así lo hizo, mi mujer se trató de incorporar y yo la detuve diciéndole "lo hemos hablado, así que, pase lo que pase no lo arruines " siguió mamando. Alcé su falda y le mostré al tipo sus nalgas separadas por su tanga blanca, se acercó más con su verga parada y le comenzó a acariciar el culo, mi mujer mamaba más excitada entre nervios, ebria seguía chupando, la deslicé más adelante del asiento
El pasillo que conducía al único cuarto de baño de la casa, era en realidad una larga galería a un costado de la cual se encontraban los cuartos y por el lado opuesto un inmenso ventanal continuo formado por una infinidad de vidrios rectangulares que permitían que la galería fuese inundada por la luz.
Me que esperándola mientras me agitaba el pene para no perder la erección, tardo unos instantes para salir llevaba algo en la mano lo cual introdujo a su bolso, se sonrío y me dijo que ella también gustaba exhibirse pero en la tranquilidad de su casa y solo delante sus hermanas y amigas, pero que ahora había obtenido la visión máxima de exhibirse y estaba dispuesta a hacerlo ella también, le dije que sería su público el día de hoy, me pregunto por María y le dije que estuviera tranquila que hiciera como si ella no estuviera.
Yo no la amaba, pero amaba coger con ella. Me gustaba y suponía que podría ayudarme a pagar las cuentas. Ella, por otro lado me platicó que cuando las cosas empezaron a ir mal con su primer marido, se dedicó a coger con varios de los amigos y socios de éste, incluyendo uno negro, el primero con que lo hacía.
Le vino un vigoroso y prolongado orgasmo, que debió escuchar media barriada. Lo intensificó con unos quejidos intensos y fuertes. Yo no pude aguantar más y derramé mi leche sobre la pared de la terraza.
Luego de esto me dedique a realizarle todo un desfile utilizando todo lo que tenia disponible de prendas de mi mujer, fue un gran día el cual rematamos con una minifalda muy corta que me coloque pero esta vez sin tangas de manera que la parte inferior de la falda apenas tapara mi pene parcialmente erecto
Siempre había deseado ir a una playa nudista, pero nunca me había atrevido porque ningún amigo o amiga quería venir. Así que un sábado, prontito por la mañana, decidí ir yo solo.
Nuestro protagonista propone a su novia que llame a su hermana para que le dé unos masajes en los pies, mientras él, escondido en el placard del dormitorio, observa la escena que empieza a tomar tintes muy calurosos entre las dos hermanitas.
Una pareja aborda el metro en hora punta con la intención de que la esposa disfrute por igual del acoso de los viajeros como del marido, sintiendo las manos y las vergas pegados a su voluptuoso cuerpo.
Después del episodio en que mi mujer se cepillo al vecino en el ascensor pasó un tiempo en el que, fuera de malos rollos y sin que mi vecino Rafa supiera que yo les había visto, entablamos cierta amistad.
La llegada del travesti cambia el ritmo de la situación. Los tres se lanzan a gozar, quedando la vecina empalada por ambos extremos y siendo visitado su culo por segunda vez en el mismo día.
Tras un breve pero intenso encuentro con su vecina y una amiga que resultó ser un travesti, nuestro protagonista propone a la chica que se vean nuevamente los tres. Mientras llega la amiga travesti ellos se van calentando hasta que el empieza a follarla y le rompe su culito virgen.
Un joven está siempre pensando en cómo será tirarse a su espectacular vecina. Pero por casualidad ve a ésta con una rubia de bandera. Ambas se internan en el bosque y nuestro protagonista las sigue...
En un joven matrimonio el marido anima constantemente a su esposa, sexualmente poco experimentada, a que se vista sexy, provoque a otros hombres y, prácticamente la deposita en brazos de un amigo...
Una mujer, sabedora de su carga sexual y sensual, se masturba ante un hombre, dándole un espectáculo al que asiste como espectador inmóvil, hasta que se ofrece a él, a punto del orgasmo mutuo.
El marido contempla escondido cómo su mujer es follada y sodomizada por primera vez por un amigo de ambos y cómo ella se masturba recordando el encuentro.
Dos conocidos a través de la red quieren realizar su fantasía: masturbarse frente afrente, solamente ver el placer del otro y el de mostrarse en ese acto íntimo.
Una mujer, viuda desde hace poco tiempo, comienza a despertar del letargo sexual en el que ha vivido todos estos años, desde un acontecimiento sin aparente importancia: ver a una pareja haciendo el amor en la casa vecina.
Nuestro protagonista narra las excelencias del tipo de físico de la mujer que está delante de él en la cola del supermercado y el efecto afrodisíaco que le produce su contemplación.
Un marido sospecha que su mujer puede ponerle los cuernos cualquier día, porque ya le gusta exhibirse desnuda ante jóvenes que pueden tomarla en cualquier momento. Y a él le excita verlo....
Nuestra pareja de lascivos exhibicionistas se propone hacer el amor en un jardín de un hotel donde se celebra una boda cuando se percatan de la presencia de otra pareja de semejantes intenciones.
Un marido observa cómo su mujer es follada por el joven y apuesto vecino, dentro del ascensor. Al llegar a casa remata el trabajo tomándola contra la pared, en la entrada de la casa.