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El voyerismo

Comenzó a bailar con mucha sensualidad, movía sus caderas, y sin ningún pudor dejó al descubierto su chochito rasurado, como a mí me gusta, metiendo sus deditos en su cuevita húmeda, mientras los muchachos sin el menor recato se pajeaban con fuerza, halándose las pijas como queriendo acabar con ese dolor que debían tener en los huevos.

Mi mujer es una jodida

El tipo se corrió y como seguía con su erección, se lo metió entre el chocho, y se pudo de tal manera que los demás pudieran juguetear con el culo de  mi mujer, y todos se lo hicieron uno a uno, mientras el seguía esforzándose por delante.