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Inés nunca me permitió ver nada de ella pero esa vez fue distinto, pude ver y hacer todo lo que soñé

Mi nombre es Juan, soy de Madrid y soy un tío de lo más normal, cuyos deseos y fantasías explicaré a lo largos de los siguientes relatos, he de decir que hay algunos verídicos, como este.

Ella se llamaba Inés, y tenía algo que me volvía loco, pero nunca me atreví a decírselo por miedo a un rechazo, ya que nuestra relación de amistad era muy buena y no quería estropearlo, el caso es que me ponía a cien, pero creo que ella no sabía nada o se hacía la tonta.

Ella era una chica mediana de estatura, pelo largo y moreno, un culo, mmmmmmm, dios que culo!, y unas tetitas bonitas y pequeñitas. Su manera de vestir no decía mucho de ella y no daba lugar a calentones, pero para mí era suficiente con verla.

A los tres años de conocerla, yo deje el instituto, pero como no podía dejar de verla, me invente la excusa de montar en bici para ir todos los días a su pueblo para verla.

Las primeras veces era como una especie de atracción en su casa, conocí a su familia y me hice amigo de ellos, eso derivó en una confianza con casi todos, a veces, hasta tenía que ir a por los churros para merendar.

Pero en este tiempo, cada vez que iba a su casa ella me recibía vestida de calle, nunca en ropa de casa o pijama.

Hasta que un día me presenté por sorpresa, y que sorpresa, resulta que no había nadie en su casa y ella llevaba un pantaloncito de pijama de hombre y una camiseta de su hermano, sin sujetador por debajo.

Se sorprendió al verme, y me invitó a pasar, nos sentamos como tantas otras veces en el sillón, pero esta vez era distinto. Por la raja de la bragueta del pantalón se veían sus braguitas, blancas y con un tonillo negro de su vello púbico que se transparentaba, y sus pezones erguidos como nunca, asomaban por su camiseta cada vez que bebía café.

Yo ya estaba a mil, empalmadísimo, y ella creo que lo advirtió y decidió entrar a cambiarse, yo me quedé chafado, pero lejos de cejar, me incorpore y decidí ir al baño, así pasaría por delante de su habitación y así hice, cuando pase por su habitación, la vi, solo llevaba las braguitas, estaba de espaldas a mí, en esos momentos pensé: me la follaría enterita.

Ella se dio la vuelta y se asusto porque me vio ahí parado:

-¿qué haces?- dijo tapándose las tetas.

-Nada- y me empecé a reír.

-¿de que te ríes?¿a mi no me hace ninguna gracia?

-Me río de que parece que no hay confianza, nos conocemos desde hace más de 3 años y todavía te asustas de mí y te tapas, como si fuera a hacerte algo.

-Que listo! A ver si te crees que no me he fijado de que no quitabas los ojos de mi coño y de mis tetas

Me quedé mudo, todas mis fantasías hechas realidad y voy y la cago

-Bueno vale, me has descubierto, compréndelo a cualquier tío que le pongas delante un…

-¿Unas tetas como estas?- Y se descubrió

Para esos momentos mi empalme era enorme y ya pasaba hasta de disimularlo

-Por ejemplo, esas tetas, me han vuelto loco desde que te conozco.

-¿si? ¿Y que te gustaría hacerme?- acercándose sería hacia mi.

-Pueeeeeees, ahora mismo, no se-¿Porque diría yo eso en ese momento?

Y cuando creí que me iba a pegar un tortazo, me agarro el paquete, y me dijo

-Pues si no lo sabes, te quedaras sin hacerlo, yo me tumbaré en la cama, si quieres, ven.

Y allí estaba ella, la tía con la que mas pajas me he hecho, con unas braguitas blancas que dejaban ver su hermoso coño, y con las tetas al aire mirándome fijamente.

Me tire a la cama y besé aquellos labios que me volvían loco, quería que fuese especial, pero entonces me dijo:

-Hay que ser rápidos, mi hermano llegara de un momento a otro.

Eso casi me hecha para atrás, aunque la relación con la familia era buena, no era igual con el hermano, y encima era un 4×4, y me retire. Ella vio mi cara de susto-acojone y me dijo:

-Cierra los ojos, concéntrate que te voy a hacer una pregunta muy, muy seria.

Obedecí, y cuando esperaba una pregunta, me bajó los pantalones del chándal y se puso a chuparme la polla como nunca me lo habían hecho.

Con la mano derecha jugaba con mis pelotas y con la izquierda subía y bajaba por mi polla acompañando a su boca, era una mamada increíble, entonces de repente paró, me tiro en la cama, y con voz de mando me dijo:

-No habrás los ojos, saca la lengua y chupa!

Note como un pezón se ponía a tiro de mi boca y obviamente chupe, chupe como nunca

-¿no era eso lo que querías, comerme las tetas?-seguía con voz de mando

Ella era la jefa, yo hacía lo que me dijese, se volvió a quitar, y me volvió a ordenar que chupara, ahora lo que chupaba era un coño, el olor lo delataba, le pedí que me dejara abrir los ojos y accedió. Y ante mi el coño de Inés, con pelo por arriba pero la parte interesante sin ninguno, ella con dos dedos tiraba para atrás de su coño, dejando ver el clítoris y me dijo:

-Chupa como no has chupado nunca carbón, que como me pillen me la cargo, así que dame placer

Y chupe, chupe hasta que le oí que se corría y me lleno toda la barbilla de su corrida, sus gritos me ponían a mil, saber que era su puto esclavo me ponía aun mas, se quitó de encima mía abrió su mesilla, sacó un preservativo, era increíble, me la iba a follar, como tantas veces pensé, pero me guardaba una última sorpresa, me dijo:

-Esto por buen chico y porque quiero que te corras pronto, extralubricado.

Se lo puso en la boca, me hizo una mamada en la cual, me puso el preservativo, hasta ahí, era nuevo eso para mí, pero entendí lo de, quiero que te corras pronto, y mis temores o deseos se hicieron realidad.

Se lamió la mano, recogió el lubricante que había inundado su coño, se lo puso en el culo, cogió mi polla, mas tiesa que nunca y apuntó a su culo.

Los primeros gestos eran de dolor, ya que su culo no estaba a punto, pero cuando entró el capullo, despacito, despacito, se metió todo el resto de mi polla de un solo tirón, y se empezó a mover como si estuviese cabalgando.

Yo era la primera vez que se la clavaba en el culo a una chica y note una presión indescriptible, que me hacía ir a los cielos.

Dure muy poco, debido a las circunstancias, ella aceleró mucho el ritmo y me corrí dentro de su culo, me quede tirado en la cama, como una piltrafa, pero ella, sacó mi polla de su culo, retiro el preservativo y chupó todos los restos de lefa que quedaban en mi nabo, cosa que agradecí, y con lefa aun en la boca y mi polla entre sus manos me dijo:

-¿era eso lo que querías? Pues ya esta, ahora espero que no me mires mas a las tetas, y ahora cámbiate rápido no vaya a ser que venga alguien.

Y se fue al servicio.

Yo me quede paralizado pensando que la había cagado, pero tenía un polvazo a las espaldas, me levanté, y me cambie, y vi en la manta de su cama unas gotitas de sangre, probablemente de su culo, pensé, cuando salió, parecía más calmada y me dijo que ella sabía que me la quería follar y que decidió hacerlo para que la dejara en paz, no porque le gustara, me dijo que ya lo haríamos otra vez, que le gusto como le comí el coño pero que solo seria una vez más.

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