Comenzamos un mete y saca frenético, mientras me decía aaaaahgggg que rico papacito, no sabes cuanto me gusta mi amor. Soy sólo tuya mi amor, solo tuya. Seguíamos con nuestro mete y saca, llenos de lujuria, de placer y deseos, llenos de excitación.
Mi papá día con día me revisaba mis senos, me los acariciaba, los chupaba y me decía que me veía y me sentía más mujer que nunca.
Levanté las manos por sobre la cabeza, haciendo que mis tetas se levantarán todavía más dentro de su boca hirviente, y levanté las rodillas para que esa mano y los rayos del sol me acariciaran...
Después se recostó ella, el se puso a lamerle su vagina, entonces el otro negro se acercó y se quitó la bata, tenía un pene grandísimo igual que el otro y mi mamá sin decir nada se lo metió a la boca, hasta el fondo de su garganta, parecía un acto de circo de aquel que como espadas.
Ella dejó el alfiler para acercarse hasta mi pene, que comenzaba a descansar de su erección. Abrazó mi glande, lo estrujó entre sus brazos. Lo besó, lo lamió y se frotó contra él con furor, hasta conseguir que eyaculara otra vez.
No me aguanté y comencé a chupárselo cual niño a un helado en verano... traté de metérmela toda a la boca, cosa que al principio no pude, pero con un poco de comodidad, finalmente logré... él se echó en la cama y comencé a besarle los huevos...
Entonces Luis se levantó y me puso una mano en mi trasero y comenzó a acariciármelo, me mantuvo inclinada y con su dedo pulgar me frotaba en medio de las nalgas y por encima del vestido; comencé a sentirme muy caliente y le sonreí.
Desde aquel memorable polvazo en el parking, después de meses practicando cibersexo por chat en el trabajo, no habíamos vuelto a tener contacto físico, y sinceramente, lo echaba de menos.
Bese y recorrí con mi lengua sus hombros, cuello y espalda, mordisquee su culo y acaricie sus piernas, acaricie su vagina y sentí la terrible humedad y calor nuevamente, ella se volvió a doblar y abrió un poco sus piernas, yo aproveche para quitar la tanga y acariciar por abajo su clítoris.
Desabroché sus pantalones y braguetas y me deleité viendo sus pollas, mientras ellos me desabrochaban la blusa y sobaban mis tetas, ahoras si, con deleite por su parte, y aún mas por la mía, pues estas son uno de mis puntos débiles.