Su cabello era negro azabache, le llegaba a la altura de los hombros, y enmarcaba una cara de belleza latina de ojos también negros y grandes, que le daban a su mirada un aire de ingenuidad que contrastaba con la malicia que su sonrisa pícara transmitía desde esa boca grande y sensual de labios carnosos tan de moda en los últimos años.
Fue entonces cuando le propuse que nos casáramos. Un día ella viajó a Murcia, nos casamos en el Juzgado, aunque la noche de bodas la celebró ella con un chico muy guapo, con un gigoló que yo le busqué y pagué, y que ella celebró como debía, gozando como una loca, follando toda la noche con él.
Fue esa mi primera relación con Esteban, a el y a mi nos había encantado, fuimos encontrando los momentos de repetirla , mientras Carlos creía que en cada vez, me estaba haciendo más su pareja, yo era la amante de ambos. Siempre desatada totalmente con mi suegro, el cual en el desenfreno me enloquecía.
Estaba a pocos metros del cielo, en mis manos un vehículo hermoso, convertible, tapicería de cuero, buena música y un motor que daría envidia a cualquier corredor de carros y mas aún, a mi lado, dos hermosas y celestiales piernas que sostenían el cuerpo y cara mas divinos que yo había conocido, ni qué decir de su cola, parte la que sostengo, es la primera que nos fijamos los hombres en una mujer, eran firmes y levantados
Mis dedos entraban fácilmente en su húmedo coño rojo, mi otra mano iba de sus tetas que apretaba con fuerza a su boca donde su lengua lamía mis dedos sin cesar y volvían a sus pechos para agarra sus pezonazos, estirándolos y pellizcándolos hasta que gritaba de dolor y placer, metí uno de mis dedos en el orificio diminuto de su ano.
Las sales que acostumbraba a usar, daban al agua una una textura de por si suave, y el roce de nuestros cuerpos impregnados era una sensación imposible de imaginar, sentía cada centímetro de piel suya y mía, y nos besábamos los pechos sin descanso, con la excitación en puntos no imaginables.
Comencé a revisar a Jhoanna, la cual actuaba inocentemente, le dije que se diera vueltas y se subiera la polera, ella lo hizo sin preguntar nada me di cuenta que estaba con sostenes, luego le dije que se colocara boca arriba y lo hizo y le dije que se subiera la polera y como antes lo hizo sin decir nada ya que se la subió hasta arriba dejando ver sus grandes tetas, yo no lo podía creer ya que le estaba viendo las tetas a mi prima chica que la mirarlas me daba cuenta que no tenía nada de chica.
Hacía 4 meses que no tenia sexo, salvo alguna que otra calentura que arreglaba masturbándome. Mi vida estaba en una rutina ya cansadora, del trabajo a casa, mi estado de animo tampoco era muy bueno, y por mis 20 años algunas de mis amigas no lo veían normal. Soy bonita de cara, linda cola, no muchas tetas, 1,65 de altura, me considero atractiva, pero siempre fui muy conservadora y vergonzosa.
Sin decir ni una palabra abrazo por detrás a su madre y agarro sus pechos Por encima su vestido. Alargó su mano hacia el frente del vestido de su madre y resbaló su mano hacía de su sostén, sintiendo el calor del pecho desnudo de ella.