Besar sus pezones erectos, pasar la lengua por su vientre, detenerme en su ombligo y después continuar camino abajo, hasta su vagina, separar sus labios y chuparlos con morbo, esperando que comenzasen a salir líquidos de su cueva para recogerlos con la lengua y llevarlos hasta su clítoris, rodeándolo y excitándolo, chupándolo y mordiéndolo suavemente hasta que ella llegase al orgasmo.
Fue una genialidad dejar que mi carrera de actriz iniciara con esta escena, pues yo interpretaba venganza y era ciertamente venganza la que estaba haciendo, y Lauro actuaría su humillación, sus ojos reflejarían un sentimiento auténtico de que le están vulnerando la mujer, sintiendo asco, excitación, vergüenza.
Estando apoyada sobre sus pies comenzó un lento subir y bajar sobre mi miembro erecto y jugoso, yo la tomaba de sus manos para que no perdiera el equilibrio (tal vez, mejor dicho, para que no cesaran esas penetraciones que me estaban volviendo loco.
Me quité el abrigo de visón para quedarme cómoda, con un suéter muy ajustado, que marcaba la redondez de mis senos y mis pezones, y una minifalda. Me había preparado muy bien para mi primera ocasión.
Ella había venido vestida con un vestido negro, ceñido al cuerpo, que terminaba apenas sobre las rodillas, calzaba uno delicados zapatos de taco aguja que hacían que sus piernas se vieran imponentes.
No hubo necesidad de decir más; la abrace, le apoye la espalda en la muralla, tome sus piernas las puse en mi cintura y puse sus pies en el borde de la tina, y empezamos de nuevo, yo le metía mi pene con toda mi fuerza, era un animal en ese momento, y a ella le gustaba, se apretó a mi cuello y me pedía más, me pedía que se lo enterrara con mucha más fuerza, entre sus gemidos y mis empujes terminamos nuevamente.
Tenía alrededor mío como 6 hombres, y vi a mi amiga chupando las vergas de los que tenía cerca, así que yo también me arrodillé y empecé a mamar una por una, deteniéndome un poco mas en las vergas de los negros, las cuales me llamaban mas la atención por su color y tamaño.
Por fin, permitió a Eunice tumbarse sobre su cuerpo, y ambos se abrazaron estrechamente, mientras de nuevo las bocas se unían en un beso ansioso; su miembro se introdujo totalmente en su interior, y los movimientos acompasados de ambos incrementaron en deliciosas oleadas el placer de los dos sexos fundidos.
Y en ese mismo momento le toqué los pechos a mi madre. Fue la primera vez. Y a los dos segundos no me lo podía creer. No me lavaría jamás esas manos. Se los levanté un poco y pude comprobar lo riquísimos que los tenía, carnosos, duros, y preciosos.
Acto seguido, me levantó y tras desnudarme del todo me colocó un collar de cuero en el cuello, al que se enganchaba una cadena de hierro y comenzó a arrastrarme por la habitación hasta llevarme a una especie de potro que no pude haber visto antes porque se encontraba plegado.
Salimos y fuimos al edificio donde estaba mi apartamento, durante el camino la miré desnudándola, era tan alta como yo, y estaba "metidita en carnes", grandes tetas y un culazo como una plaza de toros pero me estaba poniendo a cien.
Yo por mi parte continuaba explorando su cuerpo y seguí desnudándola, le quite la falda y pude mirar nuevamente ese par de piernas que tiene, y vi esa hermosa cuca a través de sus pantys, llena de bellos, así como a mí me gusta, por la posición en que estábamos podía observar su magnifico culo, el cual me dedique a sobar mientras ella me daba una mamada sensacional.
Sus pechos desafiantes mirando al cielo, con esas areolas rosaditas coronadas por dos fresoncitos maravillosos, sus caderas perfectas, un ombliguito de lo más tentador, su mata de vello púbico goteando agua de la piscina entre esos muslos generosos.
Ese fin de semana hice lo imposible para que Marisol no venga a casa, me daba cuenta que no podría evitar que Julia se diera cuenta, si ella compartía la comida con nosotros. Hablé con ella y quedamos en vernos el Miércoles como siempre, en su departamento.
Tomo su miembro lo dirijo a mi boca y trato de comerlo todo, es demasiado grueso y me dice cómelo todo o veras intento pero no puedo entonces siento como me pega con un gancho de ropa a lo cual en lugar de indignadme, me hace sentir mas caliente lo vuelve hacer pero ahora con su mano y masajeándome pues trata de nuevo a lo cual estoy muy excitada
Sentí algo frío que bajaba por mis pechos, un hielo quizás... sii um se derretía al contacto con mi piel, chupaba las gotas de agua que se deslizaban, yo gemía y gritaba mientras le pedía que siguiera, que bajase hasta mi sexo y disfrutara, que me hiciera disfrutar.
Un poco indeciso por mi actitud, él tomó conmigo un par de cervezas y comentó tonterías sobre gente que conocíamos antes de ir al grano. Quería saber si yo estaba molesta por lo que me había pedido que hiciera con su jefe.
Quince minutos mas tarde estábamos de camino hacia las afueras de Madrid, a Sandra la habían metido en el maletero, todavía estaba bajo los efectos del agotamiento, conducía Paula y mientras Tatiana me iba poniendo al corriente de lo que me iba a encontrar.
Me pidió que se la chupe, que quería acabar en mi boca. Comencé a chupar entonces, y casi sin quererlo mi mano metió nuevamente uno de sus dedos en su culo, él sólo decía "seguí...seguí". y yo seguía.
Yo siento lo mismo, un placer desquiciable que me urge a lanzarme de una buena vez, pero al abrir los ojos la veo a ella, dejándose llevar por el placer, confiando en mi, y me controlo, no queriendo hacer nada que empañe este momento.
De nuevo me volvía loca de tanto gozo, y yo lo estrujaba contra mí, él sabia que me gustaba mucho, y sabia que así me tenia a su merced. Me daba todo el gusto, ahhhhh, oscar, sí!!!!!!!!
Doy una ligera tregua al clítoris, para atrapar y traccionar los pétalos de su conejito con mis labios, mientras sigo escuchando sus jadeos casi animales. Su rostro no refleja nada más que la búsqueda del placer, la culminación de estas increíbles sensaciones.
Debe ser que cogió fuerza de la otra polla o del hecho de sentirme más poderoso, con aquellas dos herramientas follando a la vez, que pude aguantar sin ningún problema el tiempo que tardo el comenzar a correrse, y menuda corrida.
Ahora yo disfrutaba plenamente mi relato, de modo que con placer casi morboso le conté el momento en que montada sobre Pipo había metido la cabeza de su miembro en mi haciéndolo avanzar hasta mis profundidades hirvientes mientras el se quejaba invadido de ese placer tanto tiempo esperado.
Marga es mi novia desde hace seis meses y esta imponente; de cara es preciosa y su largo pelo castaño y sus ojos verdes me vuelven loco, del resto del cuerpo mejor ni comentarlo, mide 1,68 m. y tiene un tipazo.
En cinco minutos estaba desnudo y en la ducha. Me besaba como desesperado, me decía que lo del micro le había encantado y que quería probar qué mas sabía hacer.
Mientras que la tengo estampada contra la pared, me doy cuenta que soy su único sostén en este momento glorioso. Ella no se esta sosteniendo por si misma, solo me abraza y se frota contra mi, contra mi mano, en enérgicos espasmos.
Me masturbé mientras mi mujer me comía los huevos sin poder ayudarse con las manos puesto que tenía ambas ocupadas en apoyarlas sobre la cama para no desplomarse por causa de los gustosos embates que recibía.
Aun así, estaba un poco desconcertada, abrió el cajón de la mesita de noche y sacó una pluma, me dio un medio ataque de risa cuando la vi, le pregunté que para que era y él me hizo un gesto de silencio.