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Fantasía acuática

Así que, le dije que parase, que ya tenía mi polla a punto para volver a perforar tu cuerpo, ella se sorprendió ante mi respuesta, la puse frente a la ducha y le dije que se apoyase en la ducha su cuerpo casi hacia un ángulo de 90º, ella misma abrió un poco las piernas.

Lo hice con la esposa de mi amigo

No puede aguantar más de 10 minutos empujando una y otra vez, y tuve una corrida tan abundante, ya que hacía algunos días que no me masturbaba, que el sofá negro de cuero resplandecía y brillaba con el espeso y límpido material acuoso, mezclado con el líquido que expulsaba Caro.

La espía que me amó I

Yo estaba avergonzado y más colorado que una grana, aquella chica me desconcertaba absolutamente, era totalmente desinhibida y no se cortaba por nada, el dominio de sí misma y las situaciones para mí eran totalmente desconcertantes, no obstante me sobrepuse y trate de coger las riendas de la situación.

Yamilé

Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi, era un miércoles lluvioso y frío, yo trabajaba como cada mañana en el despacho y Marta, mi secretaria, me comunicó que había una mujer en la sala de espera que deseaba hablar conmigo. Le dije a Marta que me diera cinco minutos y que luego la hiciera pasar.

Morbo en el cine

Sara es una chica de 19 años físicamente no esta nada mal, es una chica rubia, de pelo largo y rizado, ojos oscuros, ni muy alta ni muy baja, 1,67 mas o menos, delgada, su familia opina que demasiado delgada, incluso su madre ha pensado alguna vez que es anoréxica, pero os aseguro que no lo es, simplemente no engorda, su cuerpo no esta muy desarrollado, a pesar de que su culito es muy bonito

La última vez

Tomaste tu sostén para ponértelo, pero yo te dije que no, y quitándotelo me miraste sorprendida y me dijiste que como ibas a bajar así nada más, y ayudándote a ordenar tu blusa y abotonarla, te dije que así te quería, me diste un beso y me complaciste, y nos fuimos a desayunar.

Atada y humillada

Antes de subir a mi piso llame a mi vecina, que me presto un pantalón y una camisa, guardando mis ropas sucias en una bolsa, me preguntó que había pasado, yo solo la pude decir que había sido maravilloso, que mañana la contaría, prometiéndome ella contarme que tal la había ido con su chico.

Sandra, detective privado V

Apoye mis manos en la camilla y encorve un poco mi cuerpo hacia delante a petición de la Celadora, esta empezó a examinar detrás de mi pelo como si buscara algo, luego bajo la mano por mi espalda y antes que me diera cuenta de un tirón bajo mis bragas hasta los tobillos.

Ana laura II

De repente, una sola de sus manos lo subía en vilo y lo bajaba como comprobando su peso, a la vez que la otra mano bajaba estirando toda la piel abrazando con su palma el tronco firme del animal inerte hasta llegar a mis testículos donde éstos se hinchaban al contacto de esa suave, incitante e inexperta mano.

Mi pecado, mi amor con mi hijo I

El deseo sexual o el apetito sexual, nace con la propia vida del ser humano y la verdad sea dicha, desde que un hijo o una hija recién nacida, es amamantada por su madre, se despliega en su mente y en su vida, la primera relación sexual y nadie la cataloga de incesto.

Pasión por mi sobrina III

No podía creer que mis deseos de poseer a mi sobrina de veinte años se fueran a hacer realidad en pocos momentos más, a raíz de un encuentro casual que nos llevó a la oscura sala de un cine donde no supimos de la película, entretenidos como estábamos descubriendo nuestros cuerpos con las manos y la boca, ansiosos el uno por el otro.

Mujer I

Sin exageración, sin intención alguna ella iba derramando sensualidad con cada paso. Lo que la hacia aún más atractiva no era la inocencia de su hermoso rostro, o los cautivantes ojazos color miel, ni esos labios carnosos; sino que se podía ver por la espontaneidad de su mirada, su bella sonrisa y amigable conversación que no sabía remotamente lo atractiva que era.

Fantasía Incestuosa II: Baño con mi hijastra

Ella metió sus manos debajo de mi traje de baño, lo desabrochó y sacó hábilmente mi guevo. La llevó a su boca y lo mamó de arriba abajo. Parecía que se trataba de una competencia con límite de tiempo. Estaba alborotada y disfrutaba cada lamida con cara de picardía. Yo estuve a punto de venirme (correrme) en varias ocasiones, pero me apretaba el pene fuertemente y respiraba hondo para bloquear la excitación.

Lluvia dorada con Bianca

Desalentado, volví a subir a casa pensando que debía sosegarme lo suficiente para poder volver a dormir. Quizá miraría la televisión, quizá jugaría con el ordenador, o me abandonaría a la casi-vida virtual, o quizá escucharía algo de música y, casi con toda seguridad, me masturbaría con desesperación, en fin cualquier cosa que me serenase. Pero, mientras subía sudando los inacabables peldaños de la escalera, tramo tras tramo, la visión del delicioso balanceo del culito de la travestí más pequeña no abandonaba mi sobrecalentado cerebro.

Naturalmente III: Liliana

Regresamos después de la una. Tras cenar, habíamos paseado por la playa en penumbra, a la que apenas llegaba la iluminación del paseo marítimo, dejando que el agua tibia del mar acariciara nuestros pies. Habíamos estado hablando de mil cosas toda la noche; verdaderamente, Eva e Liliana estaban muy compenetradas, pero yo no me sentí excluido en ningún momento.

Sólo iba a recoger unos discos a casa de su amigo, pero al verle una extraña y a la vez muy excitante sensación, recorrió su cuerpo

Mi deseo crece enormemente, y en el siguiente instante me encuentro pidiéndote cógeme ya, por favor... No siento que me escuches, así que junto fuerzas y te lo digo más fuerte, hasta que levantas tu cabeza y me preguntas si dije algo, separo mis muslos y con mis manos tomo tu cabeza y la jalo hacia mí, te incorporas un poco y mirándote a los ojos te digo como en un ruego: necesito sentirte dentro de mí.