Las relaciones fantaseadas, se hicieron realidad, la satisfacción en lo prohibido es el regalo esperado por siempre.
El hacer favores a cambio de nada no es lo mio y menos cuando se tiene una cuñada tan complaciente como la mia.
Carmen seguía frotándose contra mi boca y Sonia subía y bajaba a la vez que hacía círculos y refregaba de adelante hacia atrás su sexo contra el mío, haciéndome sentir que explotaría en cualquier momento. Yo no quería llegar tan rápido por lo que me concentré más en Carmen mientras dejaba a Sonia disfrutar de lo suyo.
Mi hermana es enfermera, entonces me dijo que la primera semana que yo estaba en su casa le tocaba guardia todas las noches, y ni modo me tenía que quedar con mi cuñado.