Pero Sonia permanecía con los ojos cerrados y frotando su raja, apretando los dientes mientras el caluroso roce de la ropa interior la encendía más y más hasta llegar irremediablemente a un delicioso orgasmo, que apagó entre pequeños gemidos. Según recuperaba la respiración contenida, jadeando silenciosamente, abría los ojos, sin apenas darse cuenta de que aquel miembro de goma le miraba directamente a la cara situado en el valle que formaban sus tetas.
La presencia de ese joven albañil en su casa no le produjo en veces anteriores ninguna sensación, ver su torso desnudo esa mañana movió sus ganas de sexo, cuarenta y siete años, dos hijas ya adultas, se sentía sola, sabiendo que cuando salto el sello , sintió correr su sangre italiana caliente en sus arterías del deseo.
Esta se puso cómoda, se tumbó en el sofá apoyando su cabeza en el reposa brazos, mientras subía su pierna derecha al respaldo del sofá y reposaba la otra sobre la mesilla situada a su izquierda dejando así vía libre a todo su flanco central.
Alrededor de dos años que vengo fantaseando con la idea de ver a mi novia (Brenda) ser cogida por otro hombre y que otro hombre tenga la oportunidad de sentir la profundidad de esa vagina.
Soy un chico de 22 años que vive en España, y bueno, la que antes era mi novia (ahora exnovia) que se llamaba Laura, tenia una perrita llamada Nora que me pegó la mejor chupada de mi vida, que ahora les voy a contar.
Ella se bajo a abrir la tranquera de alambres , con un candado con cerradura de seguridad dando una imagen de un esnobismo propio de citadinos, la naturalidad que desde su infancia adquirió en años de hacerlo aún a caballo en las tranqueras de madera más ensalzaba su figura
Bueno, pues el roce de lenguas terminó y fue él quien siguió por mi cuello, mi pecho, lamió mis tetillas, les dio pequeños y delicados mordiscos, siguió por mi barriga, llegó a mi pubis, sólo lamió mi dura verga por encimita, fue hacia mis huevos y los chupó uno a uno, sin lastimar, tiernamente..... me abrió las piernas, siguió hacia el agujero de mi culo, lo lamió ávidamente, se daba un respiro y luego llevaba su lengua hasta mi hoyo.... la metió lo más posible, ensalivó sus dedos y me metió uno, luego dos y hasta tres dedos toleré jugando dentro de mi recto....
Una amiga mía llega a usar gruesas pijas de goma en sus encuentros sexuales. Otra, que es bisexual, disfruta cogiendo tanto con hombres como con mujeres y con estas últimas disfruta el montarla provista con una pija que no se arruga y está siempre parada.
Les quiero decir que no me importa, que la quiero y que voy a seguir con ella". Mi madre, la madre de Minerva y Minerva misma se quedaron con los ojos de plato. Después de la sorpresa, reaccionaron compungidas: "Esa lagartona te va a arruinar la vida, es una loca (supongo que querían decir puta, pero era natural, porque aún no me había cogido a mi madre), divorciada, amargada, vieja, tiene muchos mas años que tú, no tienes futuro con ella, etcétera, etcétera, etcétera.
Con cierta timidez le cogió la polla y se la llevó a la boca. Con delicadeza su lengua recorrió todo su glande y cuando pasó por su base logró un suspiro de placer de su marido. Esto la animó y la decidió a tragar aquella verga pero solo pudo entrar el glande y poco más. La succionó con ganas. Le empezaba a gustar.
Luego se encabalgó sobre mi barriguita y comenzó a rozarme los pezones con las yemas de los dedos, pues sabía que los tenía muy sensibles, con el fin de excitarme, de ponerme la polla dura y poder así clavarse de nuevo. Sin embargo, no lo conseguía con la suficiente dureza como para volver a penetrarse y por mucho que se esforzaba no conseguía que se mantuviera firme.
Y volví a sentir el trallazo de la correa, mientras mi pito apuntaba ya directamente a su coño y ella me sonreía y me besaba, llena de felicidad porque había conseguido su propósito. Así es que me la cogió, se la metió en su coño y me dijo a mí que me autorizaba a que me corriera y a su amante que siguiera azotándome.
Cuando estaba a punto de correrme, se la saco de la boca y me tumbo en la cama quedando mi pija completamente levantada, entonces la puso entre sus dos enormes tetas y me la comenzó a menear así, chupando el cabezón cuando asomaba entre ellas.
Empecé a acariciarle la verga y fui bajando hasta ponerme entre sus piernas como lo hago siempre porque se que a él lo enloquece y me la metí casi toda en la boca, dejando mi culo y mi conchita paraditos apuntando para fuera de la cama como si estuviera esperando algo.
En un momento dado apoyó su cabeza sobre mi concha y me prodigó varias lamidas sobre el clítoris hasta que, finalmente, me penetró con su lengua y allí exploté sin contenerme y tuve mi primer orgasmo. Nunca había sentido nada igual. Mi marido me miraba sin entender nada.
Rápidamente fui a mi habitación, encendí el acondicionador de aire y cerré las cortinas, un poquitín de maquillaje, unas gotas de perfume. Me puse una tanga de encaje transparente, estaba lista. Mojada y nerviosa como una virgen en su primera cita, aunque no sabia muy bien porqué.-
Recuerdo que llevaba un camisón y estaba muy despeinada. Se sentó en la cama y me cogió la polla con la mano derecha. Alguien me había dicho lo bien que hacía las pajas mi hermana, cosa que me costó muchísimo.
Mi hermano me invitó a curtir, inmutable , pero expresándolo con deseos, ganas, me estaba seduciendo, recordando mis masturbaciones por el, mis ganas contenidas, quería y sabía que era para pasar un rato, pensé en las olas que llegaban y se escondían , accedí, enfilo a un motel que con seguridad él conocía.
Cálidos, pegajosos, lo sentía correr despacio, los probó, como tantas otras veces, ya sin control alzó su muslo para beberlo directamente desde su piel, hubiera deseado poder comerse su propia intimidad de haber podido, en un acto de lujuria (su cordura había sido abandonada hacía ya mucho) recordó la regla, se desabrocho la pollera, quedando nada más sus medias por las rodillas, y la tela blanca caída.
Finalizando ya el año escolar aproveché la ausencia de mis padres por un viaje al extranjero para llevar a mi profesora jefa a mi casa con el pretexto...