Últimos relatos sexuales:

Una hermana para dos I

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Era, lo he sido siempre, un chico con fantasías de dominar a las mujeres que se me sometían dóciles y sumisas y mis masturbaciones eran producto, en general, de fantasías en las que una chica era mi esclava y la obligaba a someterse a mí y luego la besaba los pechos o las nalgas.

Placer sin tabús

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Cuando me la saco ocurrió algo q me sorprendió, el otro chico se acercó a ella, me la cogió y me la descapulló de una manera un poco brusca, al principio me dolió un poco pero me gusto y siguió al mismo tiempo que con la otra mano le tocaba las tetas a mi novia.

Orgía canina I

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Y como mucho de ustedes sabrán, estas jaurías de perros son peligrosas, así que llamé a un policía, de esos que se encuentran en la vigilancia de los paseos públicos, para que me ayudara a recuperar a mi Belfort, que afortunadamente no había peleado, pienso que debido a su buen tamaño.

La guerra del diablo II

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Aquella fiesta de estudiantes estaba tocando a su fin. Casi todos se habían ido, excepto lo borrachos que esperaban que alguien los llevara de regreso a casa. Entre ellos estaba Li-Shen, veinticinco años, estudiante de intercambio procedente de Corea, quien pacientemente esperaba a que su amigo Ash ,también de veinticinco años, terminara de despedirse.

Yamilé

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Recuerdo perfectamente la primera vez que la vi, era un miércoles lluvioso y frío, yo trabajaba como cada mañana en el despacho y Marta, mi secretaria, me comunicó que había una mujer en la sala de espera que deseaba hablar conmigo. Le dije a Marta que me diera cinco minutos y que luego la hiciera pasar.

Secuestrada IV

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Descapulló la pequeña verga y lentamente y con mucho amor se la introdujo en la boca. Mientras chupaba el glande, con dos dedos masturbaba el pene y con la otra mano jugaba con los huevos dentro del escroto.

Mi sobrina

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Cuando mi esposo me dijo que su sobrina Sandra, de 17 años, vendría a pasar una temporada con nosotros, me puse muy contenta, ya que me encontraba bastante sola en la casa a la que recientemente nos habíamos mudado, pues todavía no había hecho amistades en el nuevo barrio.

La madurita en la playa III

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Quiero que sepas que esto que hago, lo hago pensando en ti, en ese pedazo de polla juvenil que tienes la cual me pone muy caliente- dijo ella, quitándome la toalla que cubría mi sexo.