Mustafá me había visto, y vio como dudaba en si entrar o no, así que, sin quitarme la vista de encima, llevó su mano a su entrepierna
Leandro hizo todo perfectamente, sus manos temblaban cuando procedió a echar la cremita a sus piernecitas, esos muslitos regordetes
El viejo no se lo hizo repetir, se colocó detrás de mí, sentí el bulbo de su cabezota deslizarse entre mis glúteos
¿Qué hacer un sábado por la tarde? Calcular que todo salga antes de que venga a casa.
La historia sexual de Silvia donde hace realidad su sueño de coger con su hermano.
Un amigo me invita a su casa con dos inglesas y acabo descubriendo el placer inmenso del coño de una perra.
Hace un par de años, en una convención, conocí a una azafata que trabajaba en un stand de una compañía que participaba en el evento.
No sabia que hacer, mi mujer se acostaba con Carlos y yo había propiciado eso, y, yo lo único que quería era montar un trío
Mas tarde al terminar de cenar subí por el postre mientras los demás seguían abajo en la bodega y me dijo José yo te ayudo, ahí me abrazo por atrás y pude sentir su pene duro que se apretaba a mi culo, me beso el cuello y me dijo me vuelves loco, yo estaba empapada y le dije venga para y bajemos, me contesto tu primero que a mi se me nota y a ti no.
En mi relato anterior describí los inicios de mi deseo por sentirme mujer y como fui descubriendo que era posible hacerlo. Descubrí una serie de increíbles sensaciones al jugar con mi cuerpo y la exploración comenzó.