Ninguno de sus poros merecía menos, y por ello los atendía a todos por igual. Su dureza y su calor eran casi visibles. Conforma mis manos y boca se movían, hacían una sinfonía celeste, era como alzar la vista y ver las constelaciones.
Me quité el abrigo de visón para quedarme cómoda, con un suéter muy ajustado, que marcaba la redondez de mis senos y mis pezones, y una minifalda. Me había preparado muy bien para mi primera ocasión.
En ocasiones, me premia cogiendo parte de su comida y ofreciéndomela. La coge con su mano y me la da a la boca. Yo, arrodillado, aprovecho para chupar los dedos de la mano de mi Ama. No sé cómo agradecerle todo el tiempo en el que me siento feliz y contento.
Ellos jadeaban cada vez mas fuerte habíamos llegado al final , Hamed lanzo su liquido caliente en mi interior, notaba mi esfínter al rojo vivo, me corrí con él , Mohamed lo hizo unos segundos mas tarde llenando mi vagina .
Mery miró con pavor al escuchar un caballo acercándose. Su miedo desapareció apenas vio a Cuchillo pero todavía sentía su estómago revuelto. Hacía una semana que los vaqueros la habían atacado. Tenía demasiado susto de volver al arroyo así que se bañaba en su casa. Finalmente ese día se arriesgó y fue al arroyo.
Con agilidad le saco el bikini y ahora tengo ante mi boca la suavidad infinita de su intimidad abierta para mi, mas suave aún al recorrerla con la aparente dureza de mi lengua, que separa con habilidad su pequeña selva oscura y se posesiona de sus labios perlados de gotas brillantes.
Le apretaba tanto los maravillosos melones que pensé que se los iba a arrancar, pero a la chiquilla, entregada a su propio gozo y placer, no parecía importarle, así como tampoco se quejaba de los continuos mordiscos que yo veía que el Toro le daba a sus destacados pezones, de los cuales tiraba y pellizcaba yo cada vez que podía.
Lo poco que sabía era que en México no era permitido producir pornografía, sin embargo era obvio que el negocio en que Aura trabajaba al margen de leyes y permisos nacionales, la cajita decía "Para su venta exclusiva fuera de la República Mexicana".
Mi vida solitaria consagrada absolutamente a su cuidado, me había alejado de muchos ambientes normales en otras mujeres y en mis treinta y cinco años, no sólo era virgen, sino que realmente el sexo no había sido para mi una preocupación fundamental.
La besé con mucha pasión, haciendo mía su boca. Luego le besé las tetas oprimiéndolas contra mi boca. Comencé a meter su pezón entre mis labios, a lamerlos, a enloquecerme con ellos. La agarraba de la cintura para que se mantuviera firme.