Por mi parte, yo se lo metía y lo sacaba casi todo para volvérselo a meter fuertemente, ya que era algo que a ella le gustaba mucho, solo hacia constantemente hasta que sentí que se tensaba en mis brazos y apretaba fuertemente sus piernas llegando a un nuevo orgasmo, que al igual que los anteriores, eran largos y deliciosamente fuerte.
Fui bajándoselo muy despacio y fue apareciendo su coño, muy bien depilado, solo tenía un pequeño hilo de vellos, cuando le quité el tanga, acerqué mi lengua y le recorrí la raja de abajo hacia arriba, muy despacio, cuando llegué al clítoris, me entretuve en el, mientras uno de mis dedos empezaba a hurgar en el interior de esa maravillosa y cálida cueva.
Una aventura muy caliente en la playa Era una cálida noche de verano, las chicharras canturreaban a lo lejos. Las olas del mar golpeaban contra la playa, con susurros. Era incapaz de dormir, la luna se bañaba en el mar y el aire era claro y limpio; decidí darme un baño, para ver si se […]
Nos quedamos durante un buen rato abrazados y sin sacar mi sexo de dentro de él, cuando empezamos a hablar de lo tontos que habíamos sido los dos durante tanto tiempo, teniéndonos al lado y sin darnos cuenta de nada.
Ella empezó a gritarme que le diera más placer, así que apoyé sus muslos en mis hombros y nuevamente nos pusimos en postura, yo se la metía y sacaba, pero solo el glande, pero ella en un arrebato de deseo me apretó con fuerza con las piernas haciendo que nuevamente la penetrara.
Estuvo a punto de conseguir sus propósitos, pero la condesa al cabo de semanas, hambrienta, le pidió a la joven que le traía la fruta se desnudara... y la condesa desesperada... lamió el sexo de la doncella hasta que consiguió que esta se corriera dándole flujos con los que alimentarse... y así fue durante mas de cinco años, distintas doncellas portaron la fruta y la condensa se alimento de los flujos de todas ellas
Empecé a masajeárselo con la palma empapada de mi mano y luego con mis dedos decidí abrirle los labios oscuros de su vagina, fue entonces cuando acerqué mi boca y mi lengua a esos labios que me recibían con placer.
Ella cerraba los ojos y comenzó a jadear, emocionada por mi inexperta ignorancia. me dijo que me acercara, abrió sus piernas y llevo mi mano hacia la vagina, húmeda hasta el calzón largo de dormir que llevaba.
Me tumbe un poco y pude coger su coño, le metía el dedo y ella al igual que yo estaba cada vez mas cachonda, le puse el dedo sobre su culo pero me aparto la mano, no se si es que todavía no ha probado que le follen su hermoso culo, pero algún día se lo propondré.
Yo luché hasta el cansancio para no venirme pues quería prolongar ese momento tan delicioso pero no pude más, era demasiado, la leche brotó abundantemente mojando esas dos preciosidades que no olvidaré jamás.