Hubo un momento en que yo no podía más y estaba a punto de correrme, así que la aparté, ella me pregunto si iba a correrme, cosa que no contesté, solo le dije que quería comérselo a ella, así que se quito el tanga y apareció ese coño depilado como ella me había contado por teléfono que lo tenia, que era prácticamente lo que mas me atraía de este encuentro esporádico, lo tenia totalmente depilado por la zona de los labios y en el pubis solo una delicada línea de pelo que le quedaba de infarto.
La transparencia del camisón dejaba ver que debajo del mismo solo llevaba puestas unas preciosas braguitas de encaje, quedando su pecho claramente visible. Luis colocó sus manos en las tetas de Clara, que instintivamente se despertó. Antes de que pudiera gritar Luis se sentó encima de ella, le tapó la boca con una mano y con la otra, le sujetó sus brazos.
Yo me quedé sin palabras, no podía creer que Gabriel se prestara todos esos años para los antojos sexuales de Gonzalo. Pero aunque no lo pudiera creer, Gabriel se arrodilló delante de mí y manoteó mi bulto, despertándolo y sacándolo al encuentro de su boca, su succionadora diría yo. La chupó, la lamió, jugó golpeándola en su lengua, la saboreó. Parecía un adicto a mi verga, deseoso de toda la leche que pudiera dar. Gabriel es un tipo alto, con unas piernas trabajadas, al igual que su culo. Una piel muy blanca y unos ojos celestes cegadores.
Eran las cinco y media pasadas, estaba ella delante de su casa masturbándose con medio cuerpo dentro de un coche. Pensé que había perdido el juicio y le dije, entra que te van a ver, pero solo respondió “me da igual!” y en un ataque como de lujuria se subió el vestido dejando a la vista casi todo su culo. Por suerte a esas horas no había nada en la calle, pero si algún vecino hubiera salido sin duda no habría creído lo que hacia su vecina.
Les quiero decir que no me importa, que la quiero y que voy a seguir con ella". Mi madre, la madre de Minerva y Minerva misma se quedaron con los ojos de plato. Después de la sorpresa, reaccionaron compungidas: "Esa lagartona te va a arruinar la vida, es una loca (supongo que querían decir puta, pero era natural, porque aún no me había cogido a mi madre), divorciada, amargada, vieja, tiene muchos mas años que tú, no tienes futuro con ella, etcétera, etcétera, etcétera.
Con mi lengua recorría desde la base hasta el glande toda la extensión de su mástil. Lo besaba, lo lamía. Él me tomó de la cabeza y me ensartó la pija en la boca. Pude sentir mi nariz chocar contra los bellos de mi primo. Suavemente metía y sacaba su pija de mi boca, mientras me miraba lujurioso desde arriba.
En ese entonces, trabajaba en una conocida empresa. Ahí conocí a Rodrigo, un compañero que, desde siempre, había querido llevarme a su cama, pero yo lo rechazaba, por mi situación de mujer casada y porque me parecía un tanto impertinente, ya que directamente me decía: "Como estás buena mamacita", "esas nalgas que tienes están apetecibles para una buena cogida", "me encantaría follarte hasta por la cola", "te propongo que le pongas los cuernos a tu marido", y cosas por el estilo.
A mis 17 años yo tenia el cuerpo ya casi completo de madurar, tenia mis pechos que crecían y se formaban redonditos y paraditos como yo deseaba y era caderona mi cintura llamativa a la vista de todos los hombres y lo que sí me enorgullezco son mis hermosas piernas que hasta luzco con felicidad, eran un par de piernas bien formadas con mis muslos que de pequeños a grandes hasta llegar a mi culo era algo bello verlas y causa de muchos problemas con los hombres por eso que no salía de casa muy seguido paraba encerrada sin salir.