Las cosas se apresuraron rápidamente...la discoteca se llenó muchísimo, era imposible de moverse y estaba todo el mundo muy apretado...como podía seguía bailando cuando de golpe comencé a sentir que me estaban clavando un paquete muy duro en mi culo
Al llegar a la casa las invite a comer, me dijeron que irían a avisar a sus casas y regresaban, yo entre y me cambie, ya que me sentía un poco incomoda con la ropa que llevaba ( traje sastre y blusa blanca tuve exposición en la escuela), me puse una mini de licra y un top, me fui a la cocina a preparar algo para mis nuevas vecinas, alrededor de las 3 de la tarde regresaron también cambiadas de ropa, usaban pantalones cortos y playeras
Todo empezó un día, mis padres habían salido a comprar, yo me desperté tarde y lo primero que hice fue ir al servicio, al abrir la puerta, me encontré a mi hermana totalmente desnuda, dispuesta a meterse en la ducha.
Tras aquel shock inicial, Mónica trataba en su cabeza de acomodar en perspectiva todos los incidentes y posibilidades, en tanto que acomodaba en su mente la presencia de aquellas cámaras, reunidas alrededor la cama, y finalmente, temiendo lo peor, volteo a ver los brazos y rostro de su captor que no era otro sino aquel vil hombre que la había sometido apenas unos días atrás.
El caso es que hace unos días quedé con una amiga para jugar al pádel, yo nunca había jugado y la verdad no tenía ni idea pero mi amiga estaba dando clases y lo cierto es que esta muy entusiasmada, así que acepté ir a jugar con ella, aunque hiciera el ridículo.
Luego de un par de preguntas, reitero la acción de arrojarse sobre el escritorio, a lo que respondí diciéndole que me gustaba mucho lo que estaba viendo y quería que sean mías.
Fui a la nevera y cogí unos fresones que guardaba para la noche y empecé a mojarlos en mi leche y ha comérmelos sensualmente, sus dedos entraban y salían de su coño ha una velocidad increíble cuando de pronto se detuvieron y su cuerpo cayó encima de la mesa.
Aquella noche Marta y Jorge estaban sentados en el portal de la mansión del licenciado Castella, al que por cierto Marta casi nunca veía, Jorge decía que no quería buscarle problemas y por eso habían mantenido su noviazgo oculto en la oficina.
Hacía poco Gerardo había decidido abandonar el ejercicio de la abogacía para aventurarse en el alquiler de equipos y prestación de servicios computacionales, y ella había ayudado a conseguir un local conveniente en el centro del distrito comercial donde la tienda abriría sus puertas dentro de pocos días.
La sensación de sentir sus labios rodeando todo mi pene era increíble, me agarraba los huevos con una mano, mientras que con la otra me acariciaba el pecho, pero siempre con el pene en su boca.