Leo grito de dolor y placer, yo aumente la velocidad de mis frenéticas envestidas hasta que llego el momento en que un chorro de leche, invadía las entrañas de Leo el momento en que me fui deteniendo y quedando acostado sobre ella, que aun se movía un poco.
Pense que todo había acabado cuando el afortunado bicho por fin eyaculo, empujando de tal modo que arranco un nuevo y violento orgasmo a mi insaciable mujer, sacando del interior del trasero recién desvirgado de esta un trozo de carne roja aun mayor de lo que recordaba. Pero de nuevo me equivoque lastimosamente.
Tras varios minutos succionándola y saboreándola como si fuera un caramelo, de nuevo sus pies se hicieron cargo de la situación... siguió acariciándome con sus dedos... toda la saliva que había dejado en mi miembro hacía que estuviera más brillante y que sus pies se resbalaran y deslizaran a la perfección por mi pene. Era increíble, sus pies se manejaban con gran maestría, pero a la vez muy lentamente
Un sobrino que llega de provincia y se las ingenia para hacerle el amor a su tia... lo sorprendente es que descubre otra forma de amar con otro miembro de su familia.
Una jovencita pija y muy pechugona es sodomizada por tres zafios obreros en su casa.
Yo creía que había experimentado casi todo, en cuanto a sexo se refiere, y en anteriores ocasiones mis compañeros, me la habían mamado, pero como lo hizo el gordo, nadie. Tan fue así, que aunque no soy de las que lleva cuenta de sus orgasmos durante una relación, creo que debí alcanzar cerca de cien orgasmos, o más, por lo menos.
Me acordé en ese instante de que la fiesta continuaba, y gracias a Dios que la cinta aún seguía, pero más tarde la cambié por otra y pensé en entrar en el cuarto de baño -disponía de 45 minutos hasta se cortara la cinta-.
Un gordito acude el primer día al gimnasio, tiene algún problemilla aunque el tio se las ingenia para salir de todas, o casi.
Salimos de la biblioteca muy juntitos y, como tampoco era muy tarde, le propuse ir a dar una vuelta por el centro del pueblo. Cuando dijo sí casi se lo pregunto otra vez porque no me lo creía.
Me terminó de incorporar y ya de pie los dos me apretó contra si, besándome en la boca, recorriendo con su lengua todo mi paladar y mi lengua, yo sentía la dureza de su polla a través del pantalón y sus manos recorrerme los pechos y las nalgas mientras la dureza de su polla se apretaba más y más contra mi.