Me quedé hecha un ovillo, llorando, convulsionando de placer, que extrañamente era superior a la vergüenza que sentía y al dolor. Se acerco a mí riéndose a carcajadas y cogiéndome del pelo…. Así terminó el último capítulo…
-No te pongas las bragas ZORRA, quiero tocar tu coño hasta que lleguemos a tu casa. Mientras se vestía miré mi móvil y vi un whatsapp de Paola -Paola. -GRACIAS SEÑOR. Así terminó el capítulo anterior…
Dos pollas se posaron sobre mis manos, una en cada mano, a la vez que otra no de pequeño tamaño se colaba en mi boca. La de mi coño seguía restregándose sobre él,
en ese momento sonó el teléfono y sin parar de follármela lo descolgué, viendo que eran las doce y sabiendo que era mi PERRA Susana. -Ufffffff, dime PUTA… Así terminó el último capítulo…
Conforme iba andando se quitó la falda, quedándose con las botas y las medias, y tirándose en el sofá abrió las piernas -Fany. -Chupa perra, quiero correrme, estoy chorreando solo de ver lo CERDA, que eres, aggg, Marisa se acercó a ella y empezó a comerle el coño… Así terminó el último capítulo...
Pablo se arrodilló frente al sofá, lentamente le quitó las bragas. Ella no podía evitar mirar hacia la puerta cerrada mientras separaba sus piernas y las subía al sofá quedando totalmente abierta para recibir aquel placer.
Avancé por el pasillo central flanqueado por innumerables bancos hasta llegar a la altura de la chica, que parecía más impresionante a medida que me acercaba. Yo iba con intención de llamarle la atención por su vestimenta totalmente indecorosa.
Tus ojos se encendieron y noté un ligero temblor en tu cuerpo. ¿Qué pretendía un abuelito como yo, con una diosa como tú? Tu sonrisa afloró en tu cara y posaste tu mano sobre la mía, en un gesto de enorme ternura y con una sonrisa en la boca. Departimos sin importarnos el tiempo y cenamos en ese
No hace mucho, descubrí que mi marido me la pegaba con su secretaria, algo muy típico. Mi primera reacción fue la depresión, me derrumbé por completo, porque yo a él tenía en un pedestal de santidad. Y me pasé varios días llorando a escondidas, al final me quedé sin lágrimas.
El esposo cumple su palabra y vuelve a la casa para darle a su esposa una monumental paliza, y sobre todo para follarla tan duro como a ambos les gusta.
Relación volcánica donde un joven marido tiene que atar corto a la potrilla de su esposa, a base de disciplina, como no podía ser de otra manera. Cada azotaina es mano de santo para ambos miembros del matrimonio.
Sigo mi relación de marido de mi emputecida madre, ella me complace en todo , me mantiene. Me da lo que quiero , esto pasó cuando su sobrina de 12 años se quedó en casa.
Un día llegando del trabajo estaba una amiga de ella, me pareció extraño por qué las ví muy serias y normalmente no son así, ese día en la noche me confesó que había estado con ella, me sorprendió que casi sentí celos pero me calme la escuché y tuve una erección solo de imaginármelas.
¿Usted quiere follarme? - Eres una mujer hermosa Estela, cualquier hombre desearía hacerlo contigo. Sentir los pechos de esa chica apoyados en su torso lo estaban excitando mucho, pero nunca haría nada que pudiera hacerla sentir mal.
El hombre me cargó y me dio la vuelta empezando a chupar mi sexo, yo loca me tiré a por su polla. La metí en mi boca y pude sentir que era muy gorda y muy larga. Una lengua en mi coño y otra en mi culo, me hicieron correrme tres veces más antes de darme nuevamente la vuelta.
Se puso de rodillas y se metió mi polla en la boca, y cierto, no sabía, así que fui diciéndole que hacer, por lo menos hasta que me la pusiera dura.
Y lo estaba consiguiendo cuando vimos aparece a Jara, con la comida… Así terminó el último capítulo…