El año no había sido muy bueno, académicamente hablando, y me habían quedado algunas asignaturas para septiembre, por lo cual me pasaba casi todos los días, y incluso algunas noches, encerrado en la biblioteca estudiando cómo un desesperado.
Este fin de semana pasado pensaba descansar, salir de paseo con mis hijitos, llevarles al cine, al parque de atracciones, en fin, lo que debe hacer cualquier madre decente, no como yo, que los tengo demasiado abandonados por causa del trabajo. Estoy cansada debido a mi embarazo, en su octavo mes, de mi tercer bebé. No por eso mi jefe me tiene contemplaciones. Dice que ya descansaré tras el parto.
Relato de Mi esclava cris,que habla sobre lo que es la sumision
Me cambié de ropa y espere 5 minutos a que los alumnos llegaran y bueno, cual fue mi sorpresa de ver a unos 44 jóvenes gritando.
Me cansé de que constantemente me la metiera sin motivación, que se moviera un poco y me soltara su leche cuando le pedía un poco de variación; y me cansé de tal modo que le tuve que ponerle los cuernos, sin proponérmelo…
Todo empezó una tarde de Noviembre cuando me encontraba solo en mi casa, estaba aburrido y no tenía ninguna cita con mujeres esa tarde y tenía ganas de salir a divertirme, el problema era que mis amigos ya habían quedado pero tuve la suerte de que en ese instante recibí una llamada de una mujer la cual me dijo que leyó uno de mis relatos y que quería que la satisficiera sexualmente a cambio de dinero.
No estaba seca de ganas de vivir, se sentía a gusto con su amante con el cual recorría el ahora curso lleno de aguas blancas , al mirarlo la metáfora de su vida con el río le llevaban a recordar a Mariela su amiga de noches de caricias y orgasmos yermos, las rocas defendían el avance de las rocas, como sus pruritos lo hicieron la primer vez con ella, infructuosamente , sus goces y deseos se parecían a esa roca ahora un canto rodado que río abajo descansaría en el lecho.
A ella la llamaré Andrea, es una linda mujer, tiene 24 años, mide aproximadamente 1,75 m, es de piel trigueña, pelo negro y lacio, cortado en forma de melena, ojos verdes y grandes, nariz pequeña y respingada, labios gruesos y siempre están rojos, boca mediana, su carita es suave y redondeada, es muy atlética, colita redondita y bien formada y tiene un atractivo muy grande para los hombres que es su senos firmes y grandes (si bien nunca la he medido, calculo unos 99, 60, 90).
Antes de nada voy a decir que soy rubio, de ojos verdes y mido 1.70 cm y mi prima Sandra es castañita, ojos marrones claros y mide sobre 1.67 cm, tiene 18 años y unas buenas tetas (creo que utiliza la 95). Bueno, yo suelo ir a casa de mi tía para jugar con mi primo de 18 años a la consola, cuando entro a casa de mi tia le suelo dar dos besos a todos los familiares que se encuentran en su casa,
Una imagen esconde muchos significados y da apariencias de algo que no es, quizás deberiamos fijarnos en algo más allá de lo que vemos o creemos ver.
Estaba alli parado en aquel cine viejo que hacia algun tiempo habia sido el centro social de muchos capitalinos, pero que desde hacía un lustro era el centro de encuentro de todos los deseos sexuales de los hombres gay -declarados o no- de toda la ciudad.
Comencé por frotar mi pene en el clítoris de Jane que estaba tumbada en la cama. Luego me follé a la rubia directamente, apoyando mis fuertes brazos a ambos lados. Lo hacía sin condón. Siempre me arriesgo y creo que las mujeres con las que me acuesto ya han tomado las debidas precauciones.
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del consejero de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
La cena fue maravillosa y ella era encantadora. Todo maravilloso hasta que me dijo algo al oído. Posiblemente a causa de la bebida. Me dijo que era una transexual. "Soy una mujer con pene pero no la tengo muy grande. Mide sólo 13 centímetros en erección".
A cada paso que doy mi vestido se mueve ondulante, insinuante al ritmo que marcan mis caderas, exageradas en su movimiento por esos tacones que hacen aún más esbelta mi figura.
La verdad es que poco se puede adivinar de una persona viéndola trabajando, menos aún habiéndola visto apenas 45 minutos, pero Miguel creía que aquella sería la mujer de su vida, de modo que no dudó en llamarla para quedar, eso sí, dejando un margen prudencial de tiempo para no parecer un desesperado.
Me llamo Juan, tengo dieciocho años y soy alto con los ojos y cabellos castaños. Tengo un hermano, el se llama Pablo y dos años menos que yo. Desde siempre nos habíamos llevado muy bien y lo habíamos compartido todo como buenos hermano, incluso las masturbaciones. Y fue en una de esas masturbaciones, cuando me pregunto sobre mi novia.
Pero no la dejé responderme me acerqué de nuevo y la empecé a besar mientras metía mis manos debajo de su bata, mi pene estallaba dentro de mi pantalón, la apretaba hacia mí y noté unos pechos pequeños pero hermosos, con unos pezones duros, rosados como los de una veinteañera, sus nalgas hermosas, su piel muy suave, la besaba y recorría su cuerpo con mis manos.
Al observarla se sintió impresionado por su belleza. Ella se inclinó para recoger agua con las manos y mojarse el cuerpo, Aquel gesto acentuó la redonda plenitud de sus caderas y mostró la pile más pálida del interior del muslo, esta visión provocó en él una oleada de calor y deseo y comenzó a pensar en algo más que en la posibilidad de un baño.
Desde que era adolescente, Juan fantaseaba intensamente. El se encontraba en un paraíso tropical, en un penthouse con enormes espejos, paredes de vidrio y un enorme domo de cristal que permitía ver un cielo estrellado y en el horizonte, la inmensidad del mar. Allí, cada noche, una decena de mujeres desnudas mostraban su belleza y cualidades para ganar el privilegio de ser elegidas por este joven ardiente.