Últimos relatos eróticos:

La fascista, el liberal y el democristiano

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La fascista estaba sentada en un trono, descalza. El liberal y el democristiano estaban de rodillas ante sus pies y se los iban lamiendo, desde la planta hasta los tobillos, sin olvidarse de sus diez deditos. El liberal prefirió quedarse con el pie izquierdo, por aquello de que son el ala izquierda.

Carla y su peculiar zumo de cebada

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A Carla se le ocurre un plan para vengarse de esos guiris asalvajados. Coge una jarra vacía y entra en los baños de mujeres. Descarga su vejiga en la jarra. Un tercio de su capacidad queda llena de orina. Sale del servicio y le dice a la camarera, que es una buena amiga...

Carla y su peculiar café cargado

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En el espacio de tiempo en el que Carla se quedó sola en la mesa, quedó pensativa, se le había caído el cielo encima. Entonces ideó un plan de venganza. Estaba acatarrada, tenía carraspeo. Comenzó a acumular saliva en la cavidad bucal. Carraspeó dos o tres veces, con tanto ímpetu, que...

Carla y su peculiar sopa de pezuñas

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En una palangana de agua caliente remojó sus pies unos minutos. Después se fue cortando las uñas, aprovechando que estaban blanditas. También se cortó las uñas de las manos y las depositó en el interior de la palangana. El agua estaba muy turbia ya. Recordó que debía rasurarse los sobacos.

En Semana Santa me reúno con mi familia política

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Mi cuñado jugaba con ventaja, solo tenía que trajinarse a mi mujer y a mi hija. Yo, en cambio, tenía que follarme a su mujer, a su hija y a mi suegra. Esta última, tan macizorra y tan zorra que casi me excitaba más cabalgar sobre ella que sobre mi sobrina, que era más seca de carácter.

Una pareja de lesbianas me usó a su capricho

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Me arrodillé y comencé a lamer las cuatro plantas de sus esbeltos pies. Tragándome casi sin saborear mucho, mi propia lefa. Emma y Rosa se reían al ver la desagradable cara que yo ponía. Después fui chupando los veinte deditos, muy despacio. Succionaba y mordisqueaba cada uno de ellos.

En la tranquilidad de Montana

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Eleanor toma una decisión: invitar a Maya a acompañarla junto a su hijo, James, en un viaje a su cabaña en Montana. El pretexto es simple y lógico: realizar algunas reparaciones necesarias y aprovechar la oportunidad para disfrutar de un fin de semana lejos del implacable mundo empresarial de BD-SBS

Sombras de deseo I

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Isabella anhela algo que Santiago no le da, buscando un escape en secretos digitales. La llegada de Mateo, un socio turbio, sacude la aparente perfección de los Giraldo Abad.

Una mansión que acoge infinidad de orgías IX

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Lourdes ideó una sesión peculiar de sadomaso. Ata a la pared a sus clientes, a unas argollas, totalmente desnudos. Ella se dedica a darles patadas en su entrepierna. Primero descalza y luego cambiándose de calzado, desde el más suave (como unas alpargatas), hasta el más rudo (como zapatones).

Un viaje en tren con gayola incluida

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Ella, bajando la cremallera sacó del interior mi rabo a tomar el fresco, comenzó a machacarlo, con garra, hasta ponérmelo bien enhiesto. Cubrió mi entrepierna con su abrigo por si alguien asomaba por el pasillo, y sin perder el ritmo del machaque me iba lamiendo el cuello, sacando brillo.

Mi esposa con dos hombres

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Cuando sucedió esta historia teníamos unos 40 años, quince de casados y dos hijos aún pequeños. Se trata del encuentro con dos hombres que cogieron a mi esposa frente a mí.

Una semana muy romántica en un crucero

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Sonia le trabaja orejas, cuello, pezones y ombligo, yo me centro en pantorrillas, muslos, ojete y almeja; sus caldos mendigo. Ya le llega la flojera, el cuerpo se le estremece, le tiembla, apoya sus cachas sobre mi cara y de caldos viscosos la siembra.

La novicia que no llegó a profesar al probarme

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Cuando el ascensor se paraba en una planta, nos separábamos y guardábamos la compostura. A veces entraba alguien que la conocía. Se saludaban y tenían una pequeña charla. Otras veces entraba gente desconocida, visitas de pacientes, y le hacían una reverencia y le besaban la mano.

Una enfermera muy eficiente

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Todo el personal sanitario fue muy atento conmigo, pero desde el primer día de mi ingreso noté que una enfermera ponía mucho interés en mí. Para ella había sido un flechazo, amor a primera vista. El hecho de enterarse de que yo tenía pareja, no le hizo desistir de su actitud insinuante.

Una mansión que acoge infinidad de orgías VII

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Un grupo de chicas mete sus pies en una tinaja llena de agua caliente. Se cortan las uñas de los pies, cuando comienzan a ablandar. Con una lima se van deshaciendo de las pieles muertas de los talones. También aprovechan para cortase las uñas de las manos. Todo ello lo echan en la tinaja.

Mi vecino mayor me desvirga el culo por ser una viciosa

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Hasta que un día nos vio otro vecino más mayor, no nos dimos cuenta de que se acercaba y no sabíamos exactamente lo que llegó a ver, pero cuando me di cuenta de que Jose estaba mirando fijamente hacia nosotros, era tarde porque tenía la polla de Antonio en la boca.

Carta de una esposa a su marido preso

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No pude evitar mojar las bragas cuando me hablaste de Jack, tu chulo. ¿Le queda mucho para salir de prisión? Si le queda mucha condena, intenta agenciarme un vis a vis con él. Sabes que me pierden los malotes. Cuando estéis los dos fuera podríamos montar un trío. Tú harías de mamporrero.
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