Mientras gritaba durante el orgasmo, sentía mi glande volverse cada vez más sensible, hasta que sus contracciones vaginales eran agonizantes. Aun así, seguía saliendo más eyaculado de mis testículos, y me condenarían si me retiraba antes de que cayera la última gota.
Nuestra pasión creció lentamente hasta un punto álgido. Jill me rodeó con sus piernas y me agarró los hombros con sus manos. Me abalancé sobre ella como un martillo neumático, dejando que mi circunferencia venosa rozara su punto G mientras jugaba con su clítoris con mi mano. Nos corrimos juntos.
El gesto fue en vano. El movimiento llamó la atención de Chloe. La observé mientras pasaba la mirada de la pierna de su hermana a mis pantalones, cada vez más ajustados, y luego se lamió los labios y retiró la pierna de Eve para que quedara sobre mi polla. Dejando claro que sabía lo que hacía.
Mi semen salpicó en el coño de mi hermana, pintando su interior mientras me presionaba contra la entrada de su útero. Después de asegurarme de que toda mi semilla había sido depositada dentro de ella, saqué mi polla gastada de su coño. El líquido se derramó y cayó al suelo.
De repente, al retirar mi polla, vi sus manos. Estaban entre sus piernas, bajo su tanga de encaje, frotando su clítoris lo más rápido que podían. Esto me llevó al límite. Inclinando mis caderas hacia adelante, atrapé su cabeza entre mi pelvis y el colchón. Gemí cuando mis bolas presionaron.
Todo comenzó con pura curiosidad y morbo, siempre quise fantasear con un intercambio swinger, pero mi mujer no estaba de acuerdo , pero todo cambió en la primera oportunidad
Gerry: cuando sentí a mi mujercita recibir la verga de Pedro por su culo, una gran lujuria se apoderó de mí, saber que tenía por mujer a una puta, me hizo darme cuenta que ahí tenía todo lo que deseaba, que me mamaría la verga
El tiempo, ese implacable cincel, había esculpido a Lupita. Ya no era la niña frágil que dominé en el sótano de Colima. A sus 33 años, poseía una madurez que irradiaba sensualidad, una belleza curvada por la vida que palpitaba con una fuerza propia.
La naturaleza humana al máximo; una chica que empieza a despertar sexualmente y todas las vivencias que encaminaron mis pasos hasta mi primer relación sexual con una persona muy especial.
Mi pasión es el futbol y en especial mi equipo san Antonio, desde que era chico lo sigo siempre, pero hace 5 años conocí a mi otra pasión. Mi novia Pili que también es una apasionada del futbol, pero en este caso es hincha del clásico rival estudiantes.
Días en el Paraíso. Por fin estábamos completamente solos, en un hotel y apenas habíamos pasado la primera de nuestras 3 noches. Resulta que mi hermanita tiene una imaginación muy activa.
No me dio tiempo a responder: se acercó y me besó con una intensidad que me encendió de golpe. La pegué contra la nevera, mis manos recorriendo cada curva, y sus gemidos se mezclaban con mis besos desesperados.
Mi padre era un hombre cariñoso y adinerado. Y mi madre una mujer hermosísima y bastante frívola, hacia que mi padre gastará y gastará sin saber que eso nos costaría demasiado...
Un joven sale a beber con su madre, mujer madura irresistible; en el bar, la invita a soltarse con otros hombres. Ella termina exhibiéndose sin pudor en la mesa, encendiendo a todos con su descarada entrega
La giré, me puse de rodillas y envolví su clítoris con mi boca. El agua de la ducha y la que caía en cascada de su cuerpo corrieron sobre mi cabeza. Sus manos volaron a mi cabeza y me empujaron contra ella gimiendo. Le di golpecitos y chupé el clítoris hasta que sus piernas temblaron y ella gritó.
Elise jadeó y se estremeció al alcanzar el orgasmo. Su coño se convirtió en un torno. Todo su cuerpo se puso rígido y gritó. Más semen salió disparado de mí para inundarla. Me desplomé sobre ella con el corazón latiéndome con fuerza por la fuerza del orgasmo.