No, eso no papito me va a doler muchísimo, la tienes enorme, no va a entrar sin rajarme toda, por favor. Tranquila chiquilla, iremos de a poco, verás como te gustará y lo disfrutarás, relájate, no duele más que la primera vez por delante, y enseguida se convierte ese dolor en placer, ya verás, confía en mí.
Se arrodilló entre mis piernas y con sus manos me masajeaba la espalda desparramando su semen por todos lados, incluso por mis pechos, y bajando hasta mi culito, me llenó el agujerito posterior de ese excelente lubricante y así introdujo poco a poco un dedo en mi estrechísimo y virgen ano.
¿Recuerdan el relato anterior de como desvirgué a mi cuñada? Pues lo recordé porque hace unos días accidentalmente hallé en casa de mi suegra un diario íntimo, que resultó ser el que escribía la niña cuando era una adolescente; por la época en que sucedió aquello.
Pasaron varias semanas en que por que mis padres no salieron no pudimos hacerlo pero Jonatan se estaba comportando muy raro, me gemía me lamia mi mano, se pegaba mucho en mi, no entendí que pasaba, solo me extraño pero no le tome también mucha importancia de lo que estaba pasando.
El que la culeaba comenzó a morderle el cuello desde atrás mientras le hincaba duro y el pelirrojo, quiso rematar lo que casi ya no podía imaginarse. Le pidió a mi esposa que comenzara a decirme cochinadas porque quería ver mi polla de nuevo dura y echando la leche por segunda vez.
Cuando me corrí dentro del culo de mi madre, tenía metidos dentro de su coño tres dedos y sentí su orgasmo casi simultáneo al mío. Me retiré agotado y mi madre se dio la vuelta bajándose la falda. Me miró con lujuria y me besó en la boca.
El sabor de su piel es delicioso como los jugos que manan de su sexo cuando se prueba por primera vez, antes siquiera de calentarla, y es totalmente distinto del no menos delicioso sabor de los jugos que produce ese mismo sexo cuando está caliente como una perra luego de un rato de estimularla sexualmente.
La besé y mientras hacia esto dirigí mis manos al cierre de su sostén que cayó con facilidad, al notarlo baje mis labios de sus labios a sus pechos, los bese dulcemente, rodeando sus erectos pezones, tras esto me arrodille ante ella y bajé lentamente sus braguitas dejando a pocos centímetros de mi vista su precioso sexo, al verlo bese su escaso vello púbico y di un par de lametones a su ardiente sexo.
Los otros que se habían corrido aprovechando que mi esposa estaba a cuatro patas y sus pechos colgaban como los de vaca, se situaron cada uno de ellos dos, en cada pecho de mi mujer y comenzaron a ordeñarle literalmente la leche de sus colgantes tetas, cayendo literalmente de sus pezones a sus bocas abiertas.
Me la saqué de la boca, se la pegué contra el vientre y le comí las bolas, una a una, delicadamente, pasándole la lengua primero y metiéndomelas de a una después. Las tenía duras, rebosantes de leche aunque hacía apenas unos minutos había descargado una buena cantidad.
Sus pechos se pusieron como globos a causa de su producción lechera y no era extraño que en más de una ocasión, por la noche, me vieran mamando sus tetas porque, como ella decía "había tenido una subida de leche y le dolían mucho".
El pasillo de la universidad esta lleno de nuevos estudiantes! que jóvenes me parecen! ya hace más de tres años que termine la carrera y hoy fui a saludar a Marisa, la chica (52) que trabaja en la biblioteca, ella me ayudo mucho en conseguirme ese libro de derecho constitucional, al encontrarme en su oficina, estaba ella, morocha delgada, su busto bien formado y el traje entallado, decían a voces de sus ejercicios fue Marisa quien me la presentó, su nombre Soledad, pensé enseguida que no le quedaba bien, pero al escucharla
Cuando su amiga nos descubre tratamos de explicar lo que sucedió mientras nos arreglábamos la ropa, al no caber los tres en el reservado Jessica (la rubia) se va dejándome solo con Marcela, cuando estamos solos me dice que me desea y que podría calmar la calentura que le hicimos agarrar con nuestro espectáculo de susurros y por lo que vio al descubrirnos, al no responderle se acerca a mi y me besa en los labios mientras que con una mano
Esta historia fue de lo mas intensa que he vivido en toda mi existencia. Si alguna vez tienes la oportunidad, si te gusta tu primo!, solo hazlo no tienes nada que perder... solo la virginidad!.
Cuando llegue a la playa me puse a tomar el sol tranquilamente, después de estar un buen rato , no recuerdo exactamente cuanto tiempo, decidí irme a una de la playa a una pequeña calita que estaba cerca mas tranquila, a llegar allí debían ser sobre las seis o las siete, ya casi no había nadie, así que extendí mi toalla en una pequeña zona que había arena y me tumbe.
Yo seguí bombeando hasta que no aguanté y sentí que me venía, y estuve a punto de sacarla, pero me dijo en un balbuceo rápido, tomo pastillas!!, con lo cual se la volví a meter hasta el fondo y la inundé con mi leche en tal cantidad que rebalsaba por sus labios vaginales y corría por sus nalgas mezclada con sus jugos cada vez más abundantes, y al mismo tiempo bañaban mis muslos y encharcaba las sábanas.
En aquellos años en que todavía existía en algunos colegios incluyendo el mío la imposición de natación obligatoria al desnudo para los muchachos varones que cursaban la secundaria.
En las horas de la tarde los insectos, principalmente los mosquitos, hacen la vida imposible en esta ciudad húmeda entre los ríos, que la cobijaron en su segunda fundación, la plaza principal es una zona de encuentros de los personajes del poder, que caminan por la casa de gobierno, tribunales, la catedral o el colegio de los jesuitas.
Desde muy pequeña tengo una amiga, se llama Elisa, y hasta ahora hemos compartido todas nuestras experiencias, en el cole, el instituto y la universidad, en la pandilla y hasta en nuestros novietes.
En aquél entonces fui a tomar clases de aerobics a un gym que estaba cerca de mi casa; se me ocurrió esa idea después de que mi cuerpo comenzaba a perder su forma, es decir, no era una chava con un supercuerpazo, al menos no como el que tengo ahora, pues antes mis medidas eran 85 – 70 – 112, y actualmente tengo 90 – 60 – 95, así que se podrán imaginar la lujuria y el deseo que provoca mi cuerpo hoy día.
Nos recostamos un rato y tomamos un par de cervezas mas mientras nos acariciábamos todos, mi pene seguía erecto y montándome sobre Marianita en posición de misionero la penetre suavemente, era una sensación extraordinaria, la cuquita de esa niña era estrechita, muy caliente y suave, ella solo gemía y abría bien las piernas para facilitar mi penetración
Su cabello era negro azabache, le llegaba a la altura de los hombros, y enmarcaba una cara de belleza latina de ojos también negros y grandes, que le daban a su mirada un aire de ingenuidad que contrastaba con la malicia que su sonrisa pícara transmitía desde esa boca grande y sensual de labios carnosos tan de moda en los últimos años.
Fue entonces cuando le propuse que nos casáramos. Un día ella viajó a Murcia, nos casamos en el Juzgado, aunque la noche de bodas la celebró ella con un chico muy guapo, con un gigoló que yo le busqué y pagué, y que ella celebró como debía, gozando como una loca, follando toda la noche con él.
Fue esa mi primera relación con Esteban, a el y a mi nos había encantado, fuimos encontrando los momentos de repetirla , mientras Carlos creía que en cada vez, me estaba haciendo más su pareja, yo era la amante de ambos. Siempre desatada totalmente con mi suegro, el cual en el desenfreno me enloquecía.
Estaba a pocos metros del cielo, en mis manos un vehículo hermoso, convertible, tapicería de cuero, buena música y un motor que daría envidia a cualquier corredor de carros y mas aún, a mi lado, dos hermosas y celestiales piernas que sostenían el cuerpo y cara mas divinos que yo había conocido, ni qué decir de su cola, parte la que sostengo, es la primera que nos fijamos los hombres en una mujer, eran firmes y levantados