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Esto es lo que me pasó cuando ayudé y consolé a mi vecina

Esto es lo que me pasó cuando ayudé y consolé a mi vecina

Esta historia que voy a relataros sucedió cuando tenia la edad de 16 años.

Acababa de jugar un partido de fútbol en el que vencimos por 6 a 3, yo juego de portero así que no estaba demasiado cansado.

Acababa de despedirme de 2 de mis amigos cuando me crucé a mi vecina, ella trabaja de limpiadora a domicilio, tiene unos 25 años es bajita, delgada, tiene unos pechos pequeños, cadera de avispa y un culo tremendo.

Al verla la salude y me contó que venía de trabajar e iba a casa y me propuso acercarme a casa. Yo no tenia muchas ganas de andar hasta casa pues quedaba bastante lejos así que acepté.

De camino a casa conversamos sobre temas diversos e hicimos una parada en un supermercado a hacer unas compras.

Llevaba una lista un poco larga así que baje a ayudarla.

Cargamos todo en el maletero del coche y nos dirigimos a casa.

Al llegar a casa la ayude a colocar todo lo que había comprado tras lo cual me ofreció algo de beber que acepte gustoso ya que colocar tanto paquete me había cansado.

Estuvimos largo rato charlando sobre temas triviales hasta que surgió el tema de los noviazgos.

Ella me contó que había roto hacia un par de meses con el que era su novio pues el no quiso comprometerse, yo note como cuando dijo esto bajo la cabeza y hablaba con un tono muy triste y le dije que lo sentía.

Ella dijo que no tenia porque sentirlo que era una etapa pasada de su vida y añadió que ojalá todos los hombres fueran iguales de comprensivos que yo, tras decir esto comenzó a llorar.

Yo me acerque a consolarla, la abrace, no sentamos en el sofá y se apoyo en mi hombro mientras lloraba.

Estuvo llorando sobre 10 minutos cuando me miró fijamente a los ojos y me besó, fue un beso cargado de dulzura.

Yo separe mis labios de los suyos y le pregunté que por qué me había besado, ella me dijo que necesitaba desahogarse y volvió a besarme, este beso fue mas dulce todavía y en esta ocasión no separe mis labios, fue ella quien lo hizo, me dirigió una mirada picarona y me susurro al oído que quería hacer el amor conmigo.

Al principio me sobrecogí un poco pero al instante me acerque lentamente a sus labios y nos sumergimos en un beso ardiente, mi lengua buscó su lengua y no tardo mucho en encontrarla, se entrelazaron mientras ella me quitaba la camiseta a duras penas.

Cuando lo consiguió yo me dirigí a hacer lo propio con la suya, se la quité lentamente observando con detenimiento su precioso sostén de color crema.

Nos pusimos de pie, desabroché su pantalón y lentamente se lo bajé hasta las rodillas, lo deje allí y ella se lo termino de quitar con un elegante movimiento con sus piernas.

Volví a besarla en los labios y, nada mas hacerlo, ella me cogió de la mano y me dirigió a una estancia de la casa que resulto ser su dormitorio.

Los dos estábamos en ropa interior y yo estaba especialmente nervioso pero decidí tomar la iniciativa.

La besé y mientras hacia esto dirigí mis manos al cierre de su sostén que cayó con facilidad, al notarlo baje mis labios de sus labios a sus pechos, los bese dulcemente, rodeando sus erectos pezones, tras esto me arrodille ante ella y bajé lentamente sus braguitas dejando a pocos centímetros de mi vista su precioso sexo, al verlo bese su escaso vello púbico y di un par de lametones a su ardiente sexo.

Tras esto ella se sentó en el filo de la cama y me retiró el slip que llevaba puesto quedando mi pene a la altura de su barbilla, lo miro con cara de deseo y se lo introdujo lentamente en su boca hasta el final, repitió este proceso unas tres o cuatro veces hasta que me dijo que no aguantaba mas.

Dicho esto se tumbo en la cama y yo me situé enfrente suya, abrió lentamente sus piernas y yo ocupe la posición que se me ofrecía.

La miré a la cara mientras mi miembro rozaba la entrada a su cueva.

Le metí lentamente la cabeza y ella gimió de placer, seguí introduciéndola lentamente hasta que ya estaba toda, ella me agarro del cuello, me acerco a su cara y me dijo que me diera prisa ya que no podía esperar mas.

La saque toda excepto la cabeza y de una brutal embestida se la introduje toda, seguía haciéndolo y ella gritaba como loca.

Me pedía mas y mas y yo no podía decepcionarla, seguí con el mete saca aumentando cada vez mas el ritmo cuando note como su vagina se estrechaba, al notar esto acelere mas el ritmo para acabar a la vez.

Su orgasmo vino unos segundos antes que el mío, los dos estábamos cansados pero ella aun me pedía mas.

Mi miembro estaba dispuesto así que nos tumbamos de lado cara a cara.

Se la metí de golpe y empecé con un ritmo frenético que hacia delicias tanto en mi como en mi amante.

En esta posición ella gozaba mucho mas que yo ya que ella tuvo dos orgasmos y yo solo uno. Había sido el mejor polvo de mi corta vida sexual y, según ella, uno de los mejores de la suya.

Me vestí y estaba dispuesto a irme cuando me dijo que fuera a su cuarto un momento y así lo hice.

Al llegar ella dio una ultima calada a su cigarro y me pidió que me acercara, me bajo el pantalón y el slip de una vez y comenzó a mamarme el miembro.

Lo hacia estupendamente, introducía todo mi miembro en su boca y su lengua jugaba con la punta de mi estaca.

Estuvo chupándomela sobre unos 10 minutos cuando yo ya no podía mas.

Le dije que me iba a correr y ella siguió chupando pero esta vez con un ritmo velocísimo.

Acabé en su boca y ella sorbió todo mi semen.

Tras este primer encuentro en ese mismo mes lo hacíamos todos los fines de semana y me confeso que le encantaba el sabor del semen y me pido probar nuevas posturas en otros encuentros, pero esto es algo que me guardo para mi mismo.

¿Qué te ha parecido el relato?


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