El chico siguió así, acariciándole las piernas, y viendo que ella cada vez ofrecía menos resistencia fue subiendo la mano por el interior de su muslo. La chica dejó que le separara un poco las piernas, hasta que notó la mano de Philip contactando con sus bragas rosa y hundiéndolas entre sus labios vaginales.
Sin decir palabra le sujeté la cintura y se la metía lentamente, pero sin detenerme. De la garganta de Yanet se escapó un grito, pero no me detuve, continué hasta metérsela completa. Mirtha chupaba su clítoris y yo la estaba sodomizando con ternura y fuerza, todo al mismo tiempo. El dolor no podía durarle mucho, así que pronto sus gritos de dolor se trocaron en expresiones de placer.
Mi abuelo y mi padre, a sabiendas de que yo estaba aún débil por mi anterior enfermedad, no buscaron tener relaciones conmigo, además, ambos se estaban divirtiendo con mi primo Daniel, que resultó un chico calentón, que le encantaba que mi padre y mi abuelo se lo cogieran.
La noche va ganando su batalla, el atardecer más temprano ya no deja tiempo para caminar con claridad, si bien el estado físico ella sabe se lo debe a su apetito sexual insaciable, nunca dejó de hacer su caminata, fue la que le proporcionó más de un amante circunstancial.
Comencé a besarle los pies, subí por sus piernas, amagué el pantanal de amor, continué clavando mi lengua filosa en el pequeño ombligo, deslicé aún mis papilas por su plexo, llegué a las sinuosidades esponjosas, saboreé los picos del volcán que se teñían en arenas rojizas cual lava en erupción, escalé con esmero y dedicación esas serranías, las conocí como la palma de mi mano, viajé más adelante y dulcemente probé su encandilante cuello hasta producirle un estremecimiento que por poco me desequilibra, llegué a su lóbulo y escudriñé en su oreja.
El caso era que un dia hablando con el dueño de la casa le había comentado que su sobrino no había estado nunca con una mujer y varios hombres y que le había comentado que sería una de las cosas que tenía que hacer antes de marcharse, ya que vivía fuera de España, en un lugar donde las mujeres son más frías, y que quería buscar a una mujer que estuviera dispuesta a hacerlo, en ese momento mi amigo se acordó de mí porque sabía que no había cosa que mas me gustase, y se lo propuso.
Su mano izquierda comenzó a acariciarme, sus dedos se movieron con rapidez, tocándome con habilidad toda mi entrepierna, mientras con su boca comenzaba a besarme los testículos. Alicia se afanaba en lamerme la parte anterior, que cada vez adquiría mayores proporciones y durezas, y sólo transcurrido un rato comenzó a subir hacia el prepucio.
Era del mismo color rosado de su vulva,estaba levemente inclinado hacia abajo en un ángulo de cuarenta y cinco grados, inmóvil, parecía mirarme como si tuviese un pequeño ojo en su extremo, era hermoso,pero era rotundamente nuevo para mi conocimiento, definitivamente lo que Vilma me mostraba y me ofrecía, no podría llamarse un clítoris, era simplemente un pequeño y maravilloso pene de unos cinco centímetros coronando agresivamente su vulva genial.
Un compañero de la oficina iba a casarse, y debido a que su experiencia en el tema del sexo era inexistente, nuestra protagonista decide ayudarle y darle algún consejo que otro.
Como en un sueño estaba en los brazos de mi papá que me tomaba no como a su hijita , sino como a su mujer, yo que había aprendido mucho con mi hermano, tome su polla y se lo mame haciéndolo gemir también, y él me decía que siguiera y yo seguía, cuando sentí su polla penetrarme fue un desvarío era la segunda polla que tenía dentro de mí haciéndome vivir de placer.
A pesar de que ella hasta ahora no le había dejado pasar más allá de unas caricias por encima de la ropa, la mirada de sus ojos cuando la besaba, el brillo de su mirada y su encantadora sonrisa cuando se encontraban y, sobre todo, sus protestas de cariño, le hacían confiar en ello.
Se estaba mandando un pollón de dimensiones enormes, delante mío, gimiendo, acariciándole los huevos a su macho aparecido, poniendo cara de puta en celo sin importarle nada más que gozar como nunca antes.
El único sonido que se escuchaba era el de unos tímidos gemidos que emitía Sara coincidiendo con los cambios que sufría en mi erección, yo sólo notaba un placer cada vez más intenso, no por el simple medio del placer físico, sino por mi sensación de plenitud y fortaleza, mucho más intensa que ninguna erección anterior.
Yo me marché al cuarto de baño y algo confundida por lo que le había hecho, me di la ducha y pensé bien, Cris era mi amiga, a mí ni siquiera me gustaba de verdad y encima ella era hetero, ¿a que había venido hacer eso? ¡Dios, vaya par de borrachas!.
Dicho esto se echó encima de mí arriba del escritorio y me empezó a besar como toda una loca deseosa de sexo, me arrancaba prácticamente la ropa hasta dejarme en puras bolas, ella se apartó y con movimientos sexy de bailes se despojo de la suya se acostó encima del escritorio y abriendo sus piernas
Descolgué un espejo, y lo puse de manera que pudiera ver su cara cuando la follara por detrás... y de paso ella también podía verse. "Bueno, putita, ahora viene lo más divertido... te voy a follar como se folla a una sumisa... a cuatro patas, y por detrás... pero escucha bien esto: si se te cae una sola gota de semen, o te lo tragas, te castigaré, ¿entendido? o sea, que cierra bien esa boca mamadora que tienes...
Berenice pegó un grito fuerte al sentir que terminaba pero su hermana la seguía cogiéndole metió un consolador que traía en su bolsa para seguir dándole más placer lo cual consiguió plenamente, luego ella se quitó de encima y puso a Bere con las nalgas hacia arriba y le pidió que se pusiera en cuatro patas, ella obedeció y de inmediato comenzó a meterle la lengua en el culo, eso fue lo que acabó con la pobre de Bere ya que también se ponía de a mil si le hacían eso.
La temperatura continuaba creciendo mientras ella pegaba su pecho al mío y restregaba sus senos contra mí. Yo no daba más necesitaba acabar pero no me animaba a decirle nada a mi madre.
Por unos minutos más continué así hasta que emocionado y ella en órbita, dirigí el bombardero a su cueva posterior, no avisé, así que dolorosamente sufrió la intromisión del visitante, casi me parte el pito, vaya que era estrecho el condenado, no me arrebaté, al contrario me arreché más y proseguí hasta lograr que se excitara y gimiera de placer y dolor.
Cuando viajo a mi tierra natal al norte del país para pasar con mi familia las fiestas navideñas y fin de año, una semana antes de navidad hicimos el amor como desesperados pues no estaríamos juntos menos de 14 días.
Fue entonces cuando me decidí y me acomode se la chupe de a golpe y el jadeaba y me decía acomodate mejor, yo hasta ese momento no habría los ojos para nada solo me acomode en la cama y seguí chupando y acariciando su cuerpo, nunca pensé hacer eso y con mi hermano nunca aun, entonces me alejé de su pichula que por cierto ya estaba bien tiesa media unos 17 cm.
Mi forma de ser se vio descubierta de forma muy casual pero muy muy adecuada y aprovechada por mi astucia, la cual llego al dia inolvidable para mí y con la persona que menos pensaba.
Ya tenía casi 19, me llevó directamente al motel de la ruta, si bien no me pidió que me agachara escondiéndome de las miradas curiosas lo hice, asumí mi posición de amante, en forma natural, todos estos años pensando cómo sería estar con él, como gozar ese bulto que a simple vista era grande, podía ser mi padre, era viejo, era para mi algo fuera de toda normalidad, pero que era y es imposible negarse.
Yo creía que iba a ser yo, no era de los mejores cuerpos pero sí el más nuevo, sin embargo eligieron al chico de mi lado, un gitanillo quien era un artista con la navaja. Óscar se resistió y lo desvistieron de malas maneras.
Entonces ella sin decir nada se subió aún más la falda, para que pudiera contemplar mejor sus formas, bajo una mano hasta su rajita y sobre la tela se empezó a frotar su sexo, lo que me hizo empalmarme enseguida, instintivamente mi mano se apodero de mi polla y la empecé a masajear, no dando crédito a mi visión.
Comencé a desnudarme y de repente entraron dos amigos suyos en la habitación, intente taparme pero se me echaron encima enseguida, estaba aterrada, se reían de mi diciendo q vaya putita habían conseguido, que cuando acabaran no iba a poder ni caminar...
Lo que comenzó a levantar mis sospechas, de que algo estaba cambiando en ella, fue un día que estábamos en una cala de Cadaqués, ella se puso a tomar el sol desnuda y como a mí no me gusta tomar el sol me fui de excursión por las rocas del cabo de Creus.
Su fantasía era normal, pero no por eso dejaba de ser emocionante, irse a una isla con dos amantes, desde luego, uno su marido y perderse allí durante seis meses, sin preocuparse de nada, ni del dinero, ni los críos, ni las broncas de su jefe, ni de la compra diaria, ni la casa, solo sol, sexo y más sexo.