Últimos todo relatos:

Por darmelas de bravo

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Mi mujer gemía, sí gemía, como espasmaba se estremecía, tratando de meterse algo más de ese guevo y a la vez de no dejarlo salir creo que tuvo un multiorgasmo, que manera de salir flujo de su vagina revuelto con el semen de Mauricio.

La profesora

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La saludé, previa pasada por el baño para arreglarme, ella me saludó de manera afectuosa como si jamás hubiéramos dejado de vernos y me invitó a sentarme a su mesa, estuvimos conversando sobre los viejos tiempos y yo no podía dejar de mirar el movimiento de sus senos cada vez que movía su cuerpo de manera brusca.

¿Seré lesbiana?

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La que debutó mas tarde fui yo, que lo hice casi al cumplir quince años, manteniendo relaciones desde ese entonces sin caer en la ninfomanía pero con el gusto de probar de todas las maneras posibles esas vergas de todos los tamaños, de jefes, cadetes, profesores, novios, cuñados...

Me gustan los desconocidos

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Acto seguido, me levantó y tras desnudarme del todo me colocó un collar de cuero en el cuello, al que se enganchaba una cadena de hierro y comenzó a arrastrarme por la habitación hasta llevarme a una especie de potro que no pude haber visto antes porque se encontraba plegado.

La culpa fue del gato

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Unos segundos después, se separaron un poco de mi, haciéndome levantar del sofá, se desvistieron las dos en un santiamén, dejándome tiempo a que yo me desnudara por completo, y se pusieron delante de mi de rodillas, una a cada lado de mi pene, acariciando mis piernas, mis testículos, y mi verga, que hacia ya rato que estaba mostrándose en su mayor esplendor.

Natalya III

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Nos dimos un beso sensual entre las tres y me propusieron afeitarme mi cosita, yo encantada acepte; me dijeron que habían olvidado el agua, por lo que tuvimos que regresar a su habitación.

Mis aventuras con Balma y Luis II

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En una actitud egoísta de mi parte no los animé a continuar por detrás (quería que ese monumento de placer fuera solo mío, al menos por ahora), y Balma que supongo estaba algo dolorida de su culo, tampoco lo hizo.

La cordobesa

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No se separo de Carlos y de sus caricias paternales, todo ese verano, continuaron sus idas a la quinta, aprendió de espermicidas, forros lubricados y otros métodos anticonceptivos, pero esencialmente vio como su cuerpo se transformo en el de una hermosa mujer, sus senos crecieron y estaban exultantes de ganas.

El retorno del panqueque

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Con trabajos me retiré del arma que tenía inserta en el intestino, me recosté a su lado, nos dimos un apasionado beso jugueteando con nuestras calientes lenguas y.... nos quedamos dormidos.