Sandra volvió a sentarse de nuevo, pero mi vista seguía prendida en aquel bonito culo. Decidí inspeccionar un poco el resto de su cuerpo. Sus tetas, aunque no eran muy grandes, estaban bastante bien.
Después de esperar casi media hora en una salita y cuando por fin llegó el doctor, resultó ser una chica de no mas de 26 años.
Uno de los grandes placeres, no hay nada como tomar una ducha y dejarte llevar por tu propia fantasía.
Ella se vistió y acercándose a la cama, me dió un pico y se despidió de él besando su polla hasta la próxima vez que volviera a Hotel Berlín.
Su andar grácil, marcaba su juventud, rubia ojos marrones, labios perfectos, eran el blanco de las miradas de todos los hombres al caminar llevando esos jeans ajustados, 15 años escondidos tras los senos firmes y sensuales, nada decían de sus sentimientos, sus deseos sexuales, sentarse con los mecánicos del padre en el bar de la plaza, daba una imagen desprejuiciada acorde más a las amigas del tío que de su padre.
Las ocupaciones me han alejado de mi mayor placer, el sexo. Pero hoy es mi última reunión con mi asesor de tesis y tendré tiempo para vivir lo que mi vagina me pide y mi mente ha maquinado.
Después de estar por lo menos una hora ayudando al viejo marinero, cuando íbamos devuelta en el bote para el muelle; este lo amarraba en la dársena de La Coruña; me iba hablando de sexo, de que, si había que tener cuidado al hacerlo, que hacerlo con mujeres era peligroso, que se podía contraer muchas enfermedades, que hacerlo entre nosotros no nos contagiábamos, y bla bla bla.
La típica alumna que hace tambalear la integridad del profesor... de música
Un día estaba navegando por internet y por pura casualidad encontré una página de incesto y de sexo con maduras. Mi impresión fue de ver algunos videos donde aparentemente salía un nieto con su abuela manteniendo relaciones.
Pero por fortuna para mi y la de mi propio marido, alcance a llegar al automóvil, donde solamente tuve que cuidarme de que el valet del estacionamiento no viera demasiado arriba por mis piernas al abordar el vehículo y pudieran así haber sido en vano todos mis apuros para procurar no enfrentarme ante la ignominiosa situación de que alguien pudiera haberse dado cuenta de todo aquel vertedero de semen que traía entre las piernas.
Muchas veces les he escrito confesiones y creo que lo hago para liberarme de la carga que me entregan y tengo que decirles que en parte he sacado al viento propias bastante pesadas.
En esa ocasión me dijo mi novio, que te parece si vamos al cine a ver una película porno, al principio me dio un poco de temor por que si alguien nos viera, se me caería la cara de vergüenza, pero después de todo, como ya me había tomado unas cervezas en la comida, me relajé y le dije que aceptaba.
La presencia de ese joven albañil en su casa no le produjo en veces anteriores ninguna sensación, ver su torso desnudo esa mañana movió sus ganas de sexo, cuarenta y siete años, dos hijas ya adultas, se sentía sola, sabiendo que cuando salto el sello , sintió correr su sangre italiana caliente en sus arterías del deseo.
Mi esposa con esa película se entona así que había de usar todas las pócimas a mi alcance para hacer de esa noche un a noche de sexo. Estaba superexcitado pensando en las posibilidades que nos iba a ofrecer la noche. Cenamos y mientras la película se desarrollaba masajeaba a mi esposa.
Ella se bajo a abrir la tranquera de alambres , con un candado con cerradura de seguridad dando una imagen de un esnobismo propio de citadinos, la naturalidad que desde su infancia adquirió en años de hacerlo aún a caballo en las tranqueras de madera más ensalzaba su figura
El exquisito sexo oral que me procuraba su diminuta boca, me tenía moviendo mi pelvis para sentir la estrechez de su garganta, su delicioso culito rosado estaba bañado con mi saliva y mi lengua se insinuaba en su interior.
Como el expreso, no es momento de dejar ningún trabajo, a los 26 años me encontraba en otra ciudad, trabajando con compañeros nuevos, jefe nuevo y una actitud personal que me intrigaba, mis hormonas estaban lo más parecida que en esa edad donde todo es sexo, tema tabú para muchos considero que por suerte que siempre pensé en el sexo como un entretenimiento en espera de esa química esperada pero siempre ausente.
Aquél día, como tantos otros de verano caluroso y pegajoso, me encapriché con un vestido camisero de color ocre con flores silvestres que acentuaban la expresión de mi rostro; no así a mi cuerpo, algo metido en carnes por la dejadez y el paso de los años, que estaba pidiendo a gritos un buen reciclaje, empezando por la estética, que me pareció era lo mejorcito que podía hacer en aquellas fechas.
Al mediodía llego Antonio, un automóvil Torino gris, coupé dos puertas, un cuerpo atlético, me hizo sentir que gustaba, en verdad como otras veces con otros, me dieron ganas de seducirlo, sabiendo lo que tenia que hacer me levante de la mesa y me tire a la pileta a refrescar mis ideas y mis hormonas, vi de reojo cuando mi hermano "lo empujaba" y se tiro, esa noche salimos al centro.
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