La habitación se componía de dos camas separadas por un metro y medio mas o menos, yo estaba en la cama de la izquierda, la luz era tenue, Lali se acerco a mí y miro para comprobar si estaba dormida, cosa que yo fingí.
Me coloqué debajo de ti, mis dedos acariciaron tu sexo, ronroneaste como una gatita, tomaste mi tremendamente excitada polla y la dirigiste con maestría hacia tu vagina, la penetración fue lenta y muy placentera, tu jugosa vulva se cernía sobre mi pene magistralmente y tu lubricación era mágica.
Abrí y flexioné las piernas, para hacerle más espacio y seguí empujando su cabeza hacia ese espacio entre los huevos y el culo, donde se siente debajo de la piel la raíz del pene.
El tiempo camina lento. Ya que prendí el calefón me voy a dar un baño de inmersión, es más largo que un duchazo. Me relajo, me limpio y el tiempo pasa ¿Qué más se puede pedir?
En un momento me dijo, ahora te voy a enseñar otra manera de seguir siendo virgen y me volteó boca abajo y del cajón de la mesita de noche sacó una tapita de vaselina, la cual unto en mi ano metiendo su dedo índice para que quedara bien lubricado.
La acosté boca arriba y comencé a lamerle la chucha que se encontraba mojadita y me comí su ano a lengüetazos, penetrándola luego por ahí mientras ella se metía sus dedos a la boca y se los chupaba.
Bertha mientras me besaba los labios, los senos sobandome con frenesí las nalgas y me besaba y tomaba con sus manos mis pechos hasta que por sentí como explotábamos por dentro que hizo que cayera en la cama casi sin sentido Berta me desato las manos y me quede profundamente dormida .
Baje los brazos hasta el elástico de las bragas y lentamente me las fui bajando de espaldas él, tenía mi culo a pocos cms de su cara, casi me caigo de lo nerviosa que estaba, me di la vuelta levanté los brazos y Tachaaan allí está yo totalmente desnuda frente a mi hijo y este con su enorme pene en la mano mientras me miraba con ojos de volverse loco.
Cuando volví a la habitación, vi que Mara estaba acurrucada en un almohadón a unos metros de la cama y Luciano se desparramaba boca arriba en el gigante colchón. La luz del baño me dejó verlo desnudo, sin miedo.
Después de acariciar los pechos tiró de los pezones con fuerza lo cual hizo gritar a la mujer y retorcerse en el columpio.. El negro no hizo caso y continuó con sus toqueteos.
Al preguntarse por su situación recordó que iba de camino hacia el instituto y de pronto una mano con un pañuelo le tapó la nariz y la boca y ella peleó para liberarse pero no lo lograba. Esto es lo último que recuerda. Su cuerpo se estremeció al constatar que estaba secuestrada. Instintivamente de cubrió con la manta
Nunca imaginó que al volver de su viaje antes de tiempo se encontraría a su amada esposa a solas súper excitada con el juguete que anteriormente se negaba a compartir.
Me pidió el teléfono, para salir, hasta ese momento no había hablado, fue cuando le dije, vos lo sabes PAPA, al escucharme, me reconoció, creía me iba a pegar, por el contrario, me beso como un amante, nos fuimos a una pieza y esta vez lo cabalgue, otra vez en éxtasis, paso el tiempo mi vagina parecía una doble puerta, para sentir el goce que mi alma pedía, con todo su falo adentro lo besaba y le decía !!bien papi, bien!!
Le pedí que se recostará en la cama boca arriba y que lo montaría pero cuando sentí que esa enorme paloma se deslizaba en mi interior únicamente grite de placer y desboque mi lujuria culiando sin parar, cada vez que sentía que se iba a venir me detenía para dar tiempo para que mi novio llegara; luego me incline sobre él y continué
Eso pasó y desde entonces y por un tiempo, cada vez que tenía oportunidad, yo creaba una situación parecida, con la esperanza de que ella volviera y me viera el guevo (verga), esta vez, colocado especialmente para que no hubiera dudas de lo que era.
La nueva esposa me puso en cuatro, su busto recaía sobre la cama, con sus manos tomaba mi pene y con sus boca, succionaba mis testículos, sus rodillas se apoyaban sobre el lecho y su cadera estaba levantada y erguida sobre la cama, mi amigo sin pensarlo dos veces la tomo de las caderas y la ensarto enseguida, yo note al ínstate que eso surtía efecto en la arrechera de la tía, porque inmediatamente fue en calibrada, procedió a gemir y a mamarme la verga.
Nos acariciábamos, las piernas, los muslos, las nalgas de Manuel eran maravillosas a pesar de sus años (tenía unos 45), tenía un culo que no dejaba de pedirme ser penetrado, y fue él quien dijo yo seré el primero para que mi hijo aprenda como se hace, solamente nos miramos y esbozamos una risita cómplice con su hijo y dándose la vuelta me ofreció el culo, me puse a besarle las nalgas, a lamérselas, abriéndoselas encontré su agujero, y me dediqué a meterle la lengua, él rabiaba de placer, mientras Rodrigo nos miraba y se masturbaba.
Salí del baño y fui a la recamara a esconderme, entré a al closet y esperaba que siguieran ahí. Ella entró sola a la recamara y estuve tentado a salir pero mi excitación era más fuerte que mi orgullo y dejé que siguiera el momento.
Dejamos el auto en el aeropuerto de Don Torcuato, hablo a alguien, para que retirara el vehículo, me dio el teléfono, para que avisara, le hable a Laura, le di el teléfono de Daniel (mi acompañante), yo igual llevaba el mío, en sus palabras de divertite, sabíamos ambas de que hablábamos.
Es un poco fuerte saber que la madre de una está revolcándose con el mismísimo amante de una y en la propia cama de una ¿cierto?. En esas dos horas que les dí tuve un millón de orgasmos en el cerebro; si caminaba, el rozar de mis piernas me era insoportable, montada en un taburete de barra de un bar casi me corrí y huí presa de pánico y en el cine en el que me refugié dejé el asiento encharcado. Por suerte, a esas horas de la mañana no había más de tres o cuatro personas aisladas en la platea.
Pensé que lo mejor era convencerla de una vez, así que insistí con mi propuesta y siguió negándose, por lo que le dije que el día menos pensado se encontraría con otro u otros tipos en la cama además de mí que la harían gozar como nunca. Me sonrió y me dijo que estaba loco, lo que me dio pie para jugármela.
De repente sentí la necesidad de sentirme una puta terrible y me dedique a darle a ese pene todo el placer posible con mi boca, sus movimientos indicaban que estaba logrando mi objetivo y cuando parecía que iba a acabarse me retire y me senté sobre él, de espaldas y fui penetrándome despacito con esa pija enhiesta y dura, sentí sus manos apretar mis pequeñas tetas y comenzó a pellizcarme los pezones mientras yo cabalgaba cada vez más a prisa sobre él, tras un rato de este placentero juego nos acabamos y sentí su leche caliente inundar mi interior.
No presté más atención al asunto pero con el correr de los minutos me di cuenta que el perro buscaba insistentemente a mi hermana olfateando por cualquier parte del cuerpo que le quedara a mano. Al principio interpreté esto como un pedido del perro para salir pero luego me di cuenta que apuntaba su nariz directamente a la vagina de mi hermana aprovechando que ella tenía puesto unos pantalones cortos de jean.