Cuando mi esposo me dijo que su sobrina Sandra, de 17 años, vendría a pasar una temporada con nosotros, me puse muy contenta, ya que me encontraba bastante sola en la casa a la que recientemente nos habíamos mudado, pues todavía no había hecho amistades en el nuevo barrio.
Quiero que sepas que esto que hago, lo hago pensando en ti, en ese pedazo de polla juvenil que tienes la cual me pone muy caliente- dijo ella, quitándome la toalla que cubría mi sexo.
Pero aquella joven acababa de llegar al castillo, y aun seguía enamorada de su amado, sin saber que ya nunca lo vería mas. Había sido vendida al señor del castillo por un puñado de tierras que su padre trabajaría para alimentar al resto de sus hermanos. Era un alto precio, pero al mismo tiempo el único.
A las once de la mañana fuimos todos, llegamos nosotras en dos autos, otras chicas (tres) en otro auto, los chicos en un total de quince ya estaban, habían llegado con distintos vehículos, algunos en moto otros en auto, todos fuimos a la alberca, la cual es grande, la casa de la quinta tiene varias habitaciones, el hangar de los aviones, los autos todos me parecían lugares donde íbamos a fornicar, cuando le comente a Laura, me dijo que estaba loca.
Al mediodía llame a Laura si tenia algún problema de pasar este fin de semana juntas, como buena amiga , su no te preocupes voy para allá, me calmo, cuando la jornada estaba en su meridiano no me extraño su llamada desde mi departamento (ella tiene llave) a partir de ese momento estaba segura que algo se nos ocurriría , entre dos es más fácil.
Entré en dos habitaciones ocupadas por parejas follando, hasta que, cansado ya de probar, me quedé en la tercera, ocupada por dos morochas infartantes que se estaban cepillando a un asqueroso pero seguramente muy adinerado gordo.
Allí todo cambió, él tomó la iniciativa, me sacó la remera, me estiró el brazo y se zambulló en mi axila. Eso me excito como nunca lo había estado y quise hacerle lo mismo.
Por otra parte, sentía que los chicos se asustaban, el tema del SIDA, estaba en su apogeo, virgen en realidad, me encontraba en una situación por demás alienante, los chicos que me gustaban creían que era una puta, los otros también , nadie creía en mi virginidad, ni mis amigas, puede ser que ellas, hubiesen creído todas mis fantasías, que había sacado de la televisión e Internet
Esto me desanimó, dada mi urgencia. Me dirigí al mostrador, me digeron que no había otra salida sino hasta cuatro horas después. No me quisieron devolver el importe, hice mucho coraje y el tiempo corrí. Fui a otra compañía y conseguí un servicio ejecutivo que demoraba sólo TRES HORAS.
A pesar de todo el sexo que tuvieron Sonia y su sobrino durante el día, aún les quedaban ganas para continuar estrechando sus "lazos familiares" en la noche.