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El ausente

El ausente

La mañana en la ciudad indicaba claramente que era un fin de semana, el tránsito era menor pero por la cantidad de vehículos no había dudas era sábado, ella se levanto temprano a caminar, despreocupada, iba pensando que es lo que haría de su vida en su ausencia.

Profesional, con trabajo, departamento propio, su pareja estaba de viaje por Europa y no vendría por lo menos hasta dentro de dos meses, su vestimenta deportiva, contradecía a las mujeres que iban surgiendo ante su vista, vestidas seguramente para hacer compras, le extraño ponerse a mirar vidrieras, solo llevaba dinero como para tener (unos cuarenta pesos), algo en ella le decía que algo pasaría , se sentó en el bar que siempre con su amante, pareja, novio eterno o como quieran llamarlo asiduamente visitaban, leyó el diario, las noticias no eran muy alentadoras, cada una de las hojas destilaban odios de distintos tipos, recordó los mails recibidos, de todos aquellos chicos y hombres que quieren conocerla, pasarla bien , hacer realidad sus fantasías que en los relatos afloran cubriendo su personalidad de trabajo, amante del hombre buscado, sabe que su edad es complicada, ya terminan los 26 .

Comprendió que como otras veces, se le pasaría esa nostalgia cuando regresara, esa mañana le era distinta miraba detrás de sus anteojos de sol a esos especímenes en extinción denominados hombres, el sol de primavera calentaba a su cuerpo ¿ eran sus ganas de sexo ? ¿ el segundo café cortado que bebía? o ¿su sangre en ebullición? por segunda vez pensaba como extrañaría esas noches llenas de lujuria de entrega total , esa vida que hizo realidad y potenciaba con sus fantasías literarias en relatos eróticos.

Era apuesto, vestido deportivamente, un poco transpirado, que daba un brillo varonil en su cara que marcaba una falsa adustez con su barba candado, al verlo de reojo sentado en la mesa de al lado, se sintió tocada, estaba asistiendo a una química conocida solamente con su pareja ausente, atracción, ganas de un revolcón, en pocos minutos más, lo inevitable comenzó.

Para entrar en dialogo, el le pidió una parte del diario, ….al segundo un piropo muy ejecutivo… un minuto más la invitaba a seguir caminando… pago la cuenta y allí estaban charlando de cosas triviales, todo fue fácil, ambos estaban en el mismo camino, alegremente se acompañaron mutuamente hacía la costanera, paseo ideal, el marrón del río el verde de los arboles, se contaron en pocas palabras que es lo que cada uno hacía, Esteban y Laura , sin ningún tipo de compromiso ambos, profesionales , el médico , ella contadora, el 27 ella 26, la ancha calle cual escenario de las casas del barrio residencial por excelencia de la ciudad, paso a ser utilizada en una corrida para alcanzar el destino, aduciendo que tenia que ir al baño, ya que pasaba por su casa, la invito a entrar, comprendió que aceptar, era el inicio de su entrega , igual lo hizo, la rueda empezaba a girar, después de esperarlo en el living, le pidió pasar también al sanitario, las indicaciones se unieron a una invitación sutil salida de sus labios.

Si quieres tomarte una ducha todo está a mano.

Lo miro , no le dijo nada, desnuda vio en el espejo esa mujer refregando sus senos calientes, un flujo lubricante de simple excitación en sus labios vaginales , indicaban que la tentación era mucha, comprendió las confesiones de algunas amigas, que consideraban irresistible las ganas, cuando se presentan, abrió la ducha y lo llamo, asomando su cara y viendo su rostro, con sus ojos lo invito, sus manos diestras lo desvistieron .

La ducha unió los cuerpos en caricias de agua y jabón, sus dedos primero y su falo penetraron en ese cuerpo deseoso, el coito termino en una acabada bajo esa ducha apoyando sus nalgas en la ingle, al secarse se besaron, era el principio no el fin de una aventura.

La jineteada posición que con su novio trataba de evitar (considerando sus años), era su intención lograda, en la cama enorme contigua al baño, el pene erecto, soporto abrir esa vagina, su liviano cuerpo con sus piernas en cuclillas, la hacían aparecer una adolescente, al acabar ambos, en jadeos de aprobación, hizo que la risa a los pocos minutos hiciera su presencia, por lo que habían hecho, en dos horas se conocieron y ya llevaban dos batallas, tomo su falo entre sus manos y acariciándolo respondió, su tamaño erecto parecía más grande que lo sentido en su vagina, puso una almohada bajo su trasero hasta sentir con comodidad jugar con sus labios suavemente, una mejor posición la obtuvo arrodillándose en el piso, la altura quedo perfecta, el glande se apoyo en su lengua, cerro los labios y succionándolo el juego en movimiento hasta que acabo fue totalmente sincronizado, trago ese semen , limpio ese falo y no extraño al ausente.

Las sombras de los arboles daban sobre la avenida, el sol golpeaba las verdes islas, algo distinto iba tomando forma, se intercambiaron las direcciones de todo tipo, en sus fueros internos la sangre joven pedía y querían más, quizás el silencio le hizo recordar a su pareja y tomar conciencia de la infidelidad de ese día.

Llamo un remise, una depresión por ser tan débil estaba latente , ya en su departamento, pensaba que todo fue un error, al recibir una llamada espero a escuchar su voz , el pedido fue aceptado, sobre la mesa de madera sólida entrego su cuerpo a los embates ahora totalmente consciente que la infidelidad tiene causas diversas, el estar ausente es una de ellas.

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