Últimos relatos xxx:

Vacaciones en las islas Cíes I

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La Isla en su zona Noreste tiene una serie de pequeñas calas con unas playitas preciosas totalmente rodeadas de espesa vegetación, es necesario ser un buen conocedor del terreno para poder acceder a ellas y ese era yo, desde luego mi sana intención era pasar el día en una de ellas puesto que mi compañera lo merecía sobradamente.

Una jornada tranquila

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Primero con delicadeza, y luego introduciendo su lengua en mi boca con tanta pasión que la saliva salía de nuestras bocas sin dar tiempo a que la tragáramos.

Tengo un novio aburrido

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Cojo dos cojines los pongo bajo su vientre, su culito respingon sobresale, entre sus nalgas su precioso coñito, su culito ya acepta dos dedos sin problemas, ella continua masturbandose, ha llegado mi hora, el premio al que sabe esperar.

Mi amigo chileno

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Alejandro me recordó que me quedaban 3 minutos, y con voz burlona me dijo que esta vez no lo conseguiría y, aprovechando la situación le reté a que si yo lo lograba el sería el siguiente, lo cuál fue el incentivo más poderoso que se me pudo presentar para conseguir que Aldo sucumbiera a mis caricias.

Encuentros con mi primo

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En la mañana me puse una bikini diminuto de esos de hilo dental, que solo cubría parcialmente lo necesario y por el frente se escapaban algunos de mis bellos, y me fui a la alberca de la casa, al rato él llegó al verme así se quedó mudo pero yo le eché agua y empezamos a jugar, después de un rato me senté en la orilla de la alberca él se dirigió hacia a mi nadando me tomo de las rodillas

Toda una sorpresa

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Bertha mientras me besaba los labios, los senos sobandome con frenesí las nalgas y me besaba y tomaba con sus manos mis pechos hasta que por sentí como explotábamos por dentro que hizo que cayera en la cama casi sin sentido Berta me desato las manos y me quede profundamente dormida .

Descubre su cuerpo al que no le hacía caso

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No siente pudor, al contrario, la excita observarse a sí misma como si de una película porno fuese espectadora y a la vez protagonista. Vuelve a acelerarse su pulso, su respiración y un deseoso revoltijo se deja sentir en su estómago, es el frío y el desenfreno de su deseo.