No se cuanto tiempo estuve penetrando esa vagina mi pene entraba y salía una y mil veces ya no aguantaba mas y nos vinimos los dos en un orgasmos mutuo, mi leche salía por la rajaduras de su vaginas en gran cantidad que quedando extenuado los dos nuestro cuerpos quedaron bañados en sudor y yo seguía prendada a ella como un perro por un rato.
Sus tetas se balanceaban como columpio, de arriba para abajo, y su cara de vieja con placer era maravillosa, cada embestía ella me pedía que se lo hiciera más fuerte, que yo era su manjar, que me iba a comer entero, a lo cual mi excitación se acrecentaba más y más, el final era previsible siempre terminando en su zorra grande y mojada ella mordiéndose los labios o una almohada.
Traté de moverme, de apartarme, esa fue mi primera reacción pero sus manos me lo impidieron, me agarró fuerte los brazos y sus suaves labios recorrieron mi cuello. La idea de irme se había borrado de mi mente, dejé que fuese él quien moviese mi cuerpo a su antojo.
Empecé a besarla lentamente hasta que la tenía casi atorada en la garganta, húmeda entera mientras con mis manos jugaba con sus pelotas y le metía uno de mis dedos, a modo de venganza, dentro de su propio culo.
Me obliga a masturbarlo con los pies mientras me decía que no había podido dejar de pajear por mi culpa. Me chupo el chorlito, el ano, las tetas y los pies, y me obligo a lamerle sus pies y ano varias veces. La verdad es que me gusto, pero si hubiera sido mas joven...
Yo ni tardo ni perezoso le comenté que sabía dar unos muy Buenos masajes y que tenía practica en ello, que si le interesaba le ayudaría en ese aspecto, a él le encanto la idea, así que le indiqué que como yo era muy profesional tenía el equipo indicado en casa, así que me despedí rápidamente para volver en unos minutos con todo mi equipo.
La ducha unió los cuerpos en caricias de agua y jabón, sus dedos primero y su falo penetraron en ese cuerpo deseoso, el coito termino en una acabada bajo esa ducha apoyando sus nalgas en la ingle, al secarse se besaron, era el principio no el fin de una aventura.
De ida todo fue muy tranquilo la mayor parte del tiempo fui de pie cantando con mis amigos y echando porras al equipo, llegamos al partido el cual ganamos con muy buena ventaja y todos estábamos contentos por eso, pero se hizo tarde y teníamos que regresar a casa.
Después de desayunar nos bañamos y decidimos que pasaríamos juntos ese fin de semana aprovechando el recién iniciado viaje de mi esposa por Europa, así que después de arreglarnos decidimos asear su departamento ya en la tarde después de la comida acordamos ir al cine.
Tanto desear a mi prima y pensar mil formas para llegar a ella, pero no me atrevía, hasta que después de una fiesta donde se emborracho todo cambio a mi favor. Ahora es mi mujer diariamente.