Se acercó y me la empezó a acariciar, me tocó la puntita, y me la acariciaba con la yema de los dedos. También me tocaba los huevos, se había olvidado de taparse y podía ver sus dos inmensas tetas en todo su esplendor.
La historia que voy a contar, es completamente real y bueno aunque hace tiempo que se esta fraguando ha llegado el momento en que ha pasado lo que se intuía que iba a pasar y por eso he decidido contarlo a todos ustedes en este momento.
Debe ser que cogió fuerza de la otra polla o del hecho de sentirme más poderoso, con aquellas dos herramientas follando a la vez, que pude aguantar sin ningún problema el tiempo que tardo el comenzar a correrse, y menuda corrida.
A ella le fascina lucirse cada vez que salimos de paseo, sus trajes de baño son pequeños, lo que ha provocado grandes discusiones dentro del círculo familiar, a mi no me molestaba eso al contrario me gusta verla, asisto con ella a todos sus eventos y voy al mismo gimnasio a entrenar con ella.
Se enteró que era conveniente hacerse un chequeo ginecológico, y por suerte allí estaba su vecino que se lo haría muy gustosamente en su propio apartamento.
Ella se siente abrumada por mi ataque simultáneo: mi boca succionando sus pezones casi con desesperación, mi mano izquierda acariciando su costado tembloroso, dibujando los bordes de su seno, mi mano derecha filtrándose por debajo de sus muslos y sus húmedos glúteos.
Se paso comprando ropa y se quedo sin dinero para pagar al tendero que la llevaba la comida a casa... al tendero se le ocurrió otra forma de cobrarse, y ella estaba obligada a aceptar.
Me dejé llevar por la alegría de las copas, me dejé arrebatar por la mirada picara de sus ojos celestes, me dejé arrebatar por sus palabras envolventes, sobre un tema que no recuerdo, porque solamente me interesaba escuchar el sonido de su voz y mirar sus labios semi abiertos y a veces húmedos.
Ahora yo disfrutaba plenamente mi relato, de modo que con placer casi morboso le conté el momento en que montada sobre Pipo había metido la cabeza de su miembro en mi haciéndolo avanzar hasta mis profundidades hirvientes mientras el se quejaba invadido de ese placer tanto tiempo esperado.
Marga es mi novia desde hace seis meses y esta imponente; de cara es preciosa y su largo pelo castaño y sus ojos verdes me vuelven loco, del resto del cuerpo mejor ni comentarlo, mide 1,68 m. y tiene un tipazo.