Últimos relatos gay:

El voyerismo

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Comenzó a bailar con mucha sensualidad, movía sus caderas, y sin ningún pudor dejó al descubierto su chochito rasurado, como a mí me gusta, metiendo sus deditos en su cuevita húmeda, mientras los muchachos sin el menor recato se pajeaban con fuerza, halándose las pijas como queriendo acabar con ese dolor que debían tener en los huevos.

Saliendo de la hacienda

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Solamente en ese momento pude ver que ella ya tenia la blusa abierta y como no tenia brasier, sus grandes pero bonitos senos de típica gringa se acercaban a los míos hasta que se juntaron en un abrazo donde nuestros pezones se conocieron mutuamente hasta él ultimo detalle.

Daniela

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Tomo su miembro lo dirijo a mi boca y trato de comerlo todo, es demasiado grueso y me dice cómelo todo o veras intento pero no puedo entonces siento como me pega con un gancho de ropa a lo cual en lugar de indignadme, me hace sentir mas caliente lo vuelve hacer pero ahora con su mano y masajeándome pues trata de nuevo a lo cual estoy muy excitada

La guerra del diablo V: Encuentros

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La bestia continuo con su labor, cogiéndose a la chica sin misericordia, impulsando con furia sus largos é interminables apéndices dentro de ese cuerpo semejante al humano. En tanto su víctima había dejado de luchar y ahora se abandonaba a las sensaciones que le producía su violación.

Coger a lo perro

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Penosamente pude desvestirme solo a medias, quedando desnudo de la cintura para abajo, en medio de sus empujones y no bien me puse en la posición como si yo fuera uno de su especie, o sea en cuatro patas, me salto en el acto.

La profesora era su tía

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En su mente trataba de recomponer las cosas, que ella misma no lograba entender , sabiendo que estaban fuera todo cauce, fuera de toda lógica, ella era la sometida por dos chicos, a un grado de dominación que nunca hubiese imaginado podría existir.

Flechazo de un noche con un desconocido

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Sentí algo frío que bajaba por mis pechos, un hielo quizás... sii um se derretía al contacto con mi piel, chupaba las gotas de agua que se deslizaban, yo gemía y gritaba mientras le pedía que siguiera, que bajase hasta mi sexo y disfrutara, que me hiciera disfrutar.