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Madre puta I

Esa noche antes de salir vi que mi madre estaba vestida para el infarto; vestía un vestido largo, con una abertura en la pierna, el vestido era tan ajustado que se le marcaban las tetas y se podían apreciar los pezones bien duros y parados, junto a la tanguita bien cavada que llevaba, tenía tacos altos, el pelo humedecido con gel, su boca y uñas pintadas de rojo y la cara maquillada como una gata.

Madre puta II

Encontré impresionante lo insaciable que resultaba ser mi madre. Por ser un lugar no muy recatado decidí guardar silencio y trate de bajarme del lado de la ventana, pero algo me obligo a volver a mirar y a deleitarme con la escena. Verla poseída por un viejo caduco y verde como el tío era simplemente morboso e inquietante. Pese a querer ver mas no pude ya que el lugar no era ideal para espiar, así

Madre puta III

Yo no podía creer lo que estaba ocurriendo, que todo eso estuviese pasando ante mis ojos, en un boliche con gente que los conocía y que si los descubrían se armaba un quilombo de la gran puta, y sobre todo no podía creer que esa guarra fuera mi madre.