Últimos relatos gay:

Mi hermosa tía

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Esa noche me metí al cuarto prendí el tele y la video-casetera y comencé a ver la película, la historia de un chico que se enamoraba de su tía pero empezó por follar a las empleadas hasta que un día se topó con su tía y esta cedió a su oferta.

Una familia muy unida II

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Se acercó a Lorena y le rozó la mejilla con suavidad. Cómo has crecido, Lorenita. Escuché que le dijo y mi amiga rió. Y Usted, sigue tan guapo como siempre. Mi abuelo rió y Lorena se puse de pie, para dejar su plato en el lavabo, mi abuelo se acercó por detrás y le restregó su polla en el culo a Lorena...

Mírame y no me toques VII:Trapecio para la novia

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Si bien desde ayer deseaba que fuesen las siete de la noche para encontrarnos en el Metro, ahora era la locura, pues puse a trabajar a todos los de la productora para que me editaran una versión especial de "Lunas", en que pusieran sólo mis escenas y aquellas que eran necesarias para dejar ver el desarrollo de su trama, mientras que a los diseñadores gráficos los pues en chinga a diseñar una portada especial.

Amor

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En cada relación ponía el rostro de él, hasta cuando salí con un japonés, que no entendía nada al escucharme a reír a carcajadas (yo analizaba mi fantasía, que me permitía actuar), después de cuatro años, con Clara hacíamos una perfecta pareja para ejecutivos, sociedad que incrementaba nuestros ahorros y un buen pasar, ambas seguimos estudiando y conseguimos hacer un curso en Harvard .

El viaje al que me envió mi empresa

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Contar con palabras lo que sentía en ese momento, sería solo un pálido reflejo de la verdad, ya que mientras yo subía y bajaba con fuerza, mis tetas se movían de tal forma que él por más que quería, no podía alcanzarlas para mamarlas.

Sabor de un viaje

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Al verlo bajar las escaleras la sangre me bullía con fuerza y muy caliente, y antes de que nadie de los que viajaban en el piso inferior abrí la puerta del baño y nos metimos los dos juntos y cerré la puerta detrás de mí con el pasador.

Mi segunda virginidad

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Yo lo dejaba hacer, mientras buscaba ansiosa, la forma de abrir su pantalón lo que conseguí por fin en medio de la agitación de una pasión desbocada y entonces por primera vez pude ver el bulto monumental de su slip tensionado hasta la desesperación por la fuerza del miembro erecto que parecía agitarse desesperado en la tenue jaula de la tela.

Historia de Daniela I

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Nunca he visto una, pero deseo tocarla, deseo palparla, abarcarla con mi mano. Puedo sentir una ligera humedad surgiendo de un pequeño agujero en la punta. En mi ignorancia, pienso que tiene ganas de ir al baño. Pero sus gemidos me dicen otras cosa que falló en entender...

Sexo frente al parque

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Estas en la universidad, te veo todos los días esperando el autobús, los días que no te prestan el auto azul, me saludas con respeto, mis canas te infunden un respeto que yo no quiero que me tengas porque cuando te veo lo hago como si fueras un objeto deseado, porque en realidad lo eres.

Carol, una alumna muy especial

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Caroline se había sentido morbosamente atraída por él, un hombre maduro para la edad de la chiquilla, pero a la vez atractivo, de facciones vigorosas y varoniles, moreno, con el pelo muy negro, surcado por algunas canas, unos labios gruesos, carnosos y bien formados y aquellos ojos de mirada penetrante.