Ella me estaba masturbando; para este tiempo la cabeza del pene se descubría sin problema, y sentía delicioso; el ardor y las incomodidades eran más fuertes; parecía como si quisiera hacer pipí y no pudiera aguantarme más por lo intenso; momentos antes de eyacular sentí un ardor fuerte en mi abdomen y pene
Me adelanté con la primera tanda y cuando subió me quedé con los ojos cuadrados: se había puesto esa playera y de falda agarró un pedazo de tela, que no le alcanzaba a dar vuelta a su cadera, le faltaba como un centímetro, pero la unió con un seguro, de lado se le veía toda la pierna y por abajo se le alcanzaba a ver el inicio de sus nalgas, no traía calzones y se había depilado su sexo.
Tuve que usar ambas manos para controlar aquella cosa inmensa, y no ahogarme con su grosor mientras la devoraba, y aun así casi me asfixio cuando el bestia ese me sujeto por la cabeza y me obligo a tragarme mas de la mitad mientras eyaculaba directamente en mi garganta.
Ella volteó y me dio la pauta para que siga acariciándola por detrás y no faltó más, la acariciaba por las tetas, le agarraba el culo, y le empecé a meter la mano por la chucha, y solo sentía que ella estaba poniéndose a mil y jadeaba y suspiraba.
Era como si el chico dormido hubiera desconectado la maquina, y yo me pusiera a los mandos. Me costo muchos esfuerzos, pero pronto aprendí como podia mover sus manos, brazos y piernas como si fueran los míos propios mientras el crio dormia.
Con mi lengua recorrí su vagina y ella soltaba unos gemidos de placer que a mí me pusieron aun más dura mi polla, lamía sus labios de arriba abajo y busque su clítoris, en el momento que mi lengua tocó su clítoris ella se convulsionó de una forma brutal, se había corrido.
El dolor era fuerte pero para mi sorpresa no era insoportable, sentía un escozor muy fuerte, sentía como la sangre fluía en aquel punto con fuerza y una excitación para mi desconocida empezaba a invadir todo mi cuerpo.
En estos momentos estoy muy molesto por no poder moverme y dejar que mis manos disfruten de esos cuerpos que ahora tengo ante mí y mi excitación va en aumento, veo y siento como mi miembro, a pesar de la inmovilidad de mi cuerpo, se yergue ante las cosas que mi mente piensa, levanto la mirada hacia el techo y contemplo alucinado como cada uno de los pensamientos que me recorren son proyectados como si de un cine se trátese.
Cuando acabamos, caímos los dos sobre la cama, yo todavía dentro de ese culo majestuoso, en un susurro me pregunta si quería experimentar lo que ella había sentido, pero lo único que no me dejaría era mamarsela, yo no pregunté porque, solo le dije que si era su deseo estaba bien.
Aunque el chico ya tenia la pinza en su mano, note que se había quedado muy quieto, con una mano aferrada fuertemente a mi teta y la otra dentro de mis bragas; así que me gire, y vi que el pobrecillo al final se había corrido en los pantalones de seda.