Últimos relatos eróticos:

Mi padre y la mafia II

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Mi padre ha muerto. Mi madre es la pieza de cambio y manipulación para hacer conmigo lo que quieran. Robar a la mafia siempre debe tener un castigo. Y el castigo era mío.

Detrás del cristal: mi esposa II

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Un esposo descubre que, tras una remodelación en su baño, los vecinos pueden ver a su esposa Susana, de 38 años, desnuda sin que ella lo sepa. La visión lo perturba y excita, abriendo la puerta a oscuros deseos prohibidos.

Las cuatro paredes I

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Su panty blanca estaba enredada en sus tobillos. Una pequeña y ligera playerita de tirantes azul cielo cubría su dorso, a excepción de su teta derecha, la cual se asomaba por encima de aquella delgadísima tela.

Despertar sexual – Mi primera vez IV

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Lentamente empezó a subir sus manos, de mis muslos pasaron a mi cintura… lentamente recorría mi cuerpo y mi corazón empezaba a exaltarse. Siguió subiendo hasta que llegó a mis pechos... Cuarta parte de mi historia real acerca de mi despertar sexual. Cada vez más cerca a mi primera relación sexual.

Me la meten entre varios estando embarazada

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Algunos de ustedes habrán leído uno de mis Relatos donde luego de varias orgias salí embarazada lógicamente sin saber quién era el papa. En esta ocasión, les voy a relatar como, en otra reunión, igual me la metieron entre 12 viejos pervertidos, pero ahora estando embarazada.

Swingers

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Swingers. Martin de 50 años bien llevados estaba en la sala de su casa trabajando en su notebook mientras era acompañado de unos deliciosos quesos. De pronto baja las escaleras su esposa Roxana de 10 años menor que el, hermosa con un vestido negro escotado de espalda

Me cogi a mi concuña

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Mis 12 años de terapeuta, respaldan mi trabajo, pero mi físico atrajo mujeres que solo quieren sentirse mujeres, les humedece la vagina sentirse sexis , y deseadas.

Detrás del cristal: mi esposa I

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El esposo descubre, por accidente, que los nuevos ventanales permiten a los vecinos ver a su esposa Susana desnuda en la intimidad del baño. Entre sorpresa, celos y excitación, comprende que guarda un secreto capaz de cambiarlo todo.

Amor al dinero IX

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La imagen de Ashlee reemplazando a Bella me vino a la mente. Vi su rostro flotando frente a mi polla. Sus labios carnosos y sensuales besaron suavemente la cabeza mientras sus uñas cuidadas rozaban mis muslos desnudos. Tragué saliva con fuerza al pensarlo, teniendo que luchar de nuevo para recupera.

El chico de la tienda II

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Tras aquel día que me metió su enorme polla mi vida cambio, al llegar a casa ya no fue lo mismo me sentía como que todos sabían lo que había hecho, ya dejé de ir por ahí un buen tiempo pero en mi soledad empecé a masturbarme aunque no salía nada pero si me daba placer y al masturbarme empecé a tocarme el culo

Amor al dinero VIII

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“¿Me dejarías sentarme en su cara mientras te la follas? ¿Te gustaría hacer que me coma mientras Erin se sienta en tu polla? ¿Podrías jugar con tu adorable asistenta mientras odio follar con esa pequeña zorra? ¿Y si las dominamos completamente a las dos, cariño?

Amor al dinero VII

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Todavía podía sentir sus labios alrededor de mi polla, pero ella había dejado de trabajar el sensible eje. Simplemente lo mantuvo en su lugar mientras comenzaba a bajar de mi euforia. Menos de un minuto después, gemí: "¡Joder! ¡Me corro!".

Amor al dinero VI

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Guíe su boca de vuelta a mi polla, y no opuso resistencia mientras sus labios se conectaban con mi miembro sensible una vez más. Soltándola, cerré los ojos y recosté la cabeza en la almohada, dejando que ella marcara el ritmo mientras disfrutaba de la experiencia de que Bobbi Nanford me la chupara.

En busca de trabajo

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Mariana tenía 34 años, hacía siete meses se había separado. En realidad, él la había dejado de un día para otro con la sola explicación de que el amor se había terminado. Tenían un hijo de nueve años y un lindo chalet de dos plantas en la calle…

Mi marido, mi cómplice

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En una tarde hermosa, en un área de juegos deportivos,ellos deciden ser cómplices, amigos,olvidandose por un momento de su relacion de 7 años y dejan que pase lo que tenga que pasar

Amor al dinero V

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Helen no esperó respuesta. Sin dejar de manipular mi polla con una mano, me sujetó la barbilla con la otra y me acercó la cara hasta que nuestros labios se encontraron en un beso lánguido. Mientras me besaba, me dio un suave empujón en el hombro y yo obedecí.
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